La juventud francesa abre la herida fresca en el corazón del imperialismo: un mes después de las heroicas jornadas contra la reforma previsional, hace suya la calle contra el abuso policial.
A una semana del asesinato de Nahel, la juventud protagoniza puebladas contra la policía en Francia y algunas de las “colonias” que París mantiene, como la Guayana, en América del Sur, donde ya se produjo un muerto a causa de una bala pérdida.
Mediante despliegues exorbitantes de policías y decretos, multas y cargos por daños a los padres, además de un ojo represivo atento a las redes sociales y la reducción del horario de transporte público, el presidente Emmanuel Macron intenta contener la rebelión de los miles de jóvenes, de entre 14 y 25 años, que noche tras noche incendian dependencias estatales mostrando así la bronca contenida ante la violencia policial y estatal que tienen como política los gobiernos franceses.
Recordemos que en 2017 una reforma legislativa dio poder a la policía francesa para abrir fuego contra quienes desoyeran la voz de alto. Razón que adjudican los oficiales asesinos de Nahel. Desde esa reforma hasta el momento el gatillo fácil no para de crecer: solo el año pasado pasó de 8 a 23 casos.
Los aires de rebelión contra la violencia estatal tienen sus raíces en la barriadas más obreras y populares de Francia, principalmente en los “banlieues” (suburbios) de París, donde la violencia policial se concentra especialmente en la regimentación de las juventudes, en su mayoría afrodescendientes.
Estas revueltas exponen el hartazgo hacia un régimen, que en Francia y en todo el mundo, no tiene para ofrecer a la juventud más que opresión y miseria. Los jóvenes franceses muestran que las rebeliones son y serán siempre por izquierda.
¡Justicia para Nahel y todxs lxs pibxs asesinadxs por la policía! ¡Basta de represión!
Violeta Casas
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