Proyecto Nuestra América realiza acción pública por la proclamación del Socialismo en Cuba
“Pero debo decir que me tocó nacer en el pasado que no volveré, es por eso que un día me vi en el presente con un pie allá donde vive la muerte, y otro pie suspendido en el aire, buscando lugar, reclamando tierra del futuro para descansar.
Ahora quiero hablar de poetas, de poetas muertos y poetas vivos, de tantos muchachos hijos de esta fiesta y de la tortura de ser ellos mismos, porque hay que decir que hay quien muere sobre su papel, pues vivirle a la vida su talla tiene que doler…”
Recordábamos canciones de Silvio, Oda a mi generación, por ejemplo, o Testamento y su profundo verso (le debo una canción a una bala, a un proyectil que debió esperarme en una selva). O quizás En busca de un sueño, o Eva. Tantas canciones sentidas, revolucionarias, alas que nos remontaron a un 16 de abril de 1961.
En esa esquina prodigiosa (23 y 12, Vedado, La Habana) estuvimos un grupo de jóvenes, un colectivo llamado Nuestra América, un 15 de abril, un día antes de que Cuba, hace 66 años, en la voz de su líder Fidel Castro, asumiera no solo una posición ideológica definida, sino el precepto más humano: que la ley primera de nuestra república sea el culto a la dignidad plena del hombre y la mujer.
Y eso es el socialismo: la dignidad plena…
Un crucigrama hizo que la gente se involucrara, a partir de estos conceptos (valores socialistas): comunidad en la que vivimos/tener voz, tomar partido y trabajar por un asunto comunitario o social/aquello que nos hace a tod@s tener los mismos derechos/acción por el bienestar de otras personas/palabra que usa Ruperto (personaje del programa humorístico Vivir del cuento) cuando algo abunda mucho/actitud de lucha ante la dominación/todas las personas que habitan en la tierra/sentimiento universal que permite la felicidad humana.
Barrio, participación, igualdad (y equidad), solidaridad, rebeldía, humanidad y amor son manifestaciones claras de socialismo. ¿No es todo lo que se desea para ser feliz? ¿No es triunfo de nuestro país el incluir a cada una de su gente? ¿Y quién construye el socialismo? ¿Es el Estado o la gente?, ¿Necesario el socialismo hoy en Cuba? ¿Y en el mundo? ¿Cuál es nuestro futuro si la semana pasada (miércoles, 12 de abril) se arrojó sobre Afganistán por Estados Unidos la bomba no nuclear más poderosa del planeta?
Fueron algunas de las reflexiones e interrogantes que el Proyecto Nuestra América puso en escena. Quizás las personas que se acercaron en su mayoría no fueron jóvenes, pero los que participaron declararon algunas palabras; una muchacha recitó un poema sobre Fidel, otra preguntó por el contacto del colectivo, otras ayudaron a pegar, como parte de la acción, stickers con la figura de Elpidio Valdés, que enarbolaban frases como “¡El sueño se hace a mano y sin permiso!”; “¡Con Fidel hasta que se seque el malecón!”; “¿Es democrática una revolución donde los humildes tiene las armas?”
Como parte del ejercicio se realizaron entrevistas: las posiciones y opiniones de los entrevistados sobre la construcción del socialismo en Cuba fueron diversas, pero no contradictorias.
Un muchacho subrayó que ha sido la primera vez que ve este tipo de actividad en la calle. Y recordando la figura de Fidel y la fecha en que declara el carácter socialista precisó que Fidel lo era todo. Agregó que no quiere irse del país y tiene lo que necesita para ser feliz (su hijo) y gracias al socialismo estudia y trabaja…
Un hombre (que no quiso decir su nombre y el anonimato es permitido) nos regaló la historia de su tío, un combatiente de la columna del Che que se emborrachó e incumplió una tarea, y aunque se lo dijo al Che y este reconoció su honestidad, lo mando para Guanahacabibes porque las violaciones no pueden quedar sin castigos. Eso hoy en día no se ve, dijo.
Comentó que el Che llevaba a prisa a su tío, pero Guevara tenia moral porque era el último en comer, el primero en criticarse. Los temas de disciplina son extremadamente difíciles, apuntó. Tengo 67 años y sigo trabajando y no me pesa (me ha servido el ejemplo de mi tío).
“El legado de Fidel y del socialismo en Cuba es su paradigma, lo que hicieron, la honestidad, pero eso hay que interiorizarlo. No mentir jamás ni violar principios éticos, define también al socialismo”, pronunció.
La declaración del carácter socialista fue la salvación, dijo una señora y al valorar la acción compartió su agradecimiento por la participación de la juventud. El socialismo es lo más grande que tenemos en Cuba, y debemos echar esto “p’alante” sobre los principios de amor, felicidad, patriotismo, precisó.
Aunque todos los participantes no puedan definir teóricamente que es el socialismo, las palabras señaladas en el crucigrama apuntaron un consenso. Otras pudieran ser educación liberadora, diálogo sin jerarquía, pensamiento crítico, actuar coherente, transformación permanente, construcción colectiva, posicionamiento, mirada común de trabajo, respeto a la naturaleza, responsabilidad social y poder popular.
Recuerdo una entrevista que hice a una estudiante colombiana de la carrera de Historia y ella mencionaba que hay muchas personas que se quedan en la protesta contra la institucionalidad, en el debate sobre los problemas y no generan propuestas ni formas alternativas de participación política. Es por ello que en Cuba hay que hacer el socialismo con acciones concretas.
Sensibilizar a la gente de que el socialismo es la vía para ser feliz fue objetivo de esta acción pública, por un colectivo que impulsa el socialismo desde el territorio, la calle, la gente.
Hace un año rodaron por la televisión cubana una película sobre la dictadura en Argentina, en otro canal un documental sobre la pintora mexicana Frida Kahlo y yo sentada en el sofá me sentía inquieta, paralizada, sin respuestas sobre mi realidad. Hoy se que no soy la desintegración, como decía Frida, y que ya no estoy sentada.
“Yo no reniego de lo que me toca, yo no me arrepiento pues no tengo culpa pero hubiera querido poderme jugar toda la muerte allá en el pasado o toda la vida en el porvenir, que no puedo alcanzar. Y con esto no quiero decir que me pongo a llorar. Sé que hay que seguir navegando, síganme exigiéndome cada vez más hasta poder seguir, hasta poder seguir o reventar.”
¡Por el socialismo!
Lissy Villar Muñoz
Declaración del Proyecto Nuestra América por el 66 aniversario de la proclamación del socialismo en Cuba
16-04-2017
¿Por qué apostamos por el Socialismo hoy? ¿De qué socialismo hablamos?
Cuando todo avanza rápidamente tras la rueda sin fin del mercado, cuando suena el reggaetón de los desencantos y no el reggaetón de los sortilegios, tiempos en los que se promueve la desesperanza y se destruyen las utopías, por las derechas y por las izquierdas chatas y torpes, por la falta de creatividad y la burocracia de los sin afectos, venimos las compañeras y compañeros del Proyecto Nuestra América a reivindicar la apuesta por un Socialismo nuestro, creativo, popular y democrático, como aquel por el cual salimos a morir un día miles de cubanas y cubanos en Girón.
El 15 de abril de 1961 fue bombardeado nuestro país en tres puntos, Ciudad de la Habana, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba. Tales bombardeos fueron planificados desde los Estados Unidos con la dirección de la CIA.
Ese día fue la demostración del desprecio que practican los Estados Unidos frente a países que quieren labrar su propio destino. En el caso de Cuba la joven Revolución ya había firmado la Ley de Reforma Agraria y comenzaba a transformar para siempre las vidas de miles de seres humanos. Tal ejemplo era imperdonable y de mantenerse en el tiempo podría movilizar a todo un continente. La respuesta del pueblo cubano fue contundente.
Hoy hacen falta muchos Girón, porque al retorno conservador y destructivo de las derechas en el continente se le une la introducción paulatina en nuestra sociedad de relaciones de tipo capitalistas que empiezan a construir y socializar valores ajenos a nuestra historia de hace más de 50 años, que es la historia de la solidaridad, el escuchar al otro, el interés por necesidades básicas de otras personas, el apoyo a las luchas sociales de otros países que hicimos nuestras.
¡Es mucho lo que tenemos que salvar, y es mucho lo nuevo que tenemos por hacer!
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