Transmitir información considerada de importancia se ha hecho mediante todo tipo de cuidados y fórmulas, que guardaban lo que se pretendía fuese secreto para quienes no debían saberlo. Es así, escondiendo lo que no deber ser público, como trabajan aparatos de espionaje de carácter policial, militar, económico y político.
Wikileaks, Snowden y otros tantos nos han descubierto en los últimos años parte del mundo criminal más oscuro del imperio. El secreto puede adquirir un papel tan importante que en ocasiones vemos que se propagan seudo informaciones como si fuesen el descubrimiento de algo oculto, ahora está de moda por parte de EEUU acusar a Rusia de intervenir en sus elecciones, aunque no se aporte ninguna prueba, con sólo la acusación pública detectamos el interés por hacernos creer algo que es falso, y es que con ello se pretende ponerle el adjetivo de “enemigo”; leer bien la información nos puede descubrir la mentira intencionada como forma de atacar haciéndose pasar por víctima.
Hay secretos a voces: Obama dice querer la amistad de Cuba, pero se descubren una vez tras otra la financiación de grupos mercenarios, la falsificación de noticias, la intención de derrocamiento del poder popular en Cuba.
Cuántos mensajes discurrirán a diario entre el poder militar de EEUU y la ultraderecha venezolana. Cuántos otros cruzarán desde los despachos criminales del imperio hacía los mercenarios que paga en Siria, pues ya sabemos, porque se les ha cogido allí físicamente, que dirigen, dicho éstos días por el Secretario de Estado, Kerry, a los criminales. Cuántos mensajes secretos del sionismo para secuestrar, asesinar palestinos y palestinas.
Los comportamientos humanos más miserables llevan un secreto oculto de la peor ralea.
Para descubrir hay que arriesgar, para llegar al fondo hay que entrar en la corriente sanguínea del pensamiento enemigo, de ese aparato, y dejar que ésta te lleve. Por ejemplo, Resumen Latinoamericano se ve atacado, le roban todas sus pertenencias, y no hay ningún mensaje previo, el mensaje va oculto en la acción de robar a un medio informativo como Resumen sus medios de información, ¿qué se le dice?, ¿y entonces quién lo dice, quién envía el mensaje oculto?. Es fácil de deducir quién manda el mensaje, tirando del hilo deshacemos el ovillo.
La inmensa mayoría desconoce que haya secretos, de ahí que se crea a pie juntillas lo que “ha dicho la televisión”, lo que dicen esos medios que defienden el imperio, que son, ni más ni menos, medios educativos.
Alcanzar a mirar aquello que salta tras romper el caparazón del secreto, es aprender a ver de otro modo.
El Doctor en Ciencias Matemáticas y Director del Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información “Leonardo Torres Quevedo”, Luis Hernández Encinas, ha escrito un pequeño libro titulado “La criptografía” en el que trata la elaboración de los mensajes secretos a lo largo de la historia, desde los griegos hasta nuestros días. Y así nos advierte que los mensajes secretos se crean cambiando elementos que hagan imposible, o cuando menos dificil, el conocimiento del mensaje. El Doctor explica como la esteganografía (“steganos”, que cubre, “grafen”, escribir) trata sobre la escritura del mensaje secreto.
El libro “La criptografía” expone desde la primera forma que se conoce de ocultar un mensaje hasta las fórmulas últimas. Cuenta Herodoto (484-425 a. C.) que Demarato (515-491 a. C.) comunicó a los griegos la próxima invasión de Jerjes (480 a. C.) escribiendo sobre una tablilla su mensaje y luego la cubrió con cera, así parecía que no había escritura alguna. Herodoto también cuenta que Histaeaeo (494 a.C.) afeitó la cabeza a su mensajero y escribió su mensaje en el cuero cabelludo, una vez que le creció el pelo fue enviado a Aristógaras de Mileto, en el mensaje le pedía que se rebelase contra el rey de Persia.
Se nos describe el uso de tintas invisibles; la ocultación de un mensaje dentro de otro; textos que requieren para ser descifrados de otros textos o libros de claves; la microfilmación; la información que dentro del mensaje sirve para saber si ha sido detectado; la información no visible que impide la falsificación o la descubre; el mensaje cuyas reglas de interpretación requiere de reglas inversas a las empleadas para el “mensaje claro”, …
Pero el avance lo ha traído la revolución tecnológica, que ha medida que se ha hecho más compleja el mensaje secreto se ha ocultado más si es posible, requiriendo para descubrirlo los conocimientos y métodos interpretativos últimos, haciendose más difícil cuanto más largo resulte. Mayúsculas, minúsculas, sin espacios, números, signos, ... su descodificación es la búsqueda de sentido.
En literatura, más allá del significado secreto que la obra literaria encierre, como textos que trabajan sobre el secreto, el autor menciona 3 conocidos cuentos, el de Poe “El escarabajo de oro”, el de Sherlok Holmes “El misterio de los bailarines”, y el de Arthur Conan Doyle “Los hombres danzantes”.
Las máquinas cifradoras llegan a la 2ª Guerra Mundial y son empleadas por unos y otros, haciendo de ellas las nuevas armas con las que sortear y vencer al enemigo o descubrir sus propósitos. Todo lo relacionado con el mensaje secreto que se ha desarrollado con las nuevas tecnologías, ha encontrado también la tecnología protectora, que llega a alcanzar el voto electrónico, la identifidación electrónica y otras.
Lo que se ha colocado finalmente como objeto de estudio es la criptografía cuántica, si la forma tradicional es mediante bips, ceros y unos, circuito electrónico abierto y cerrado, “la información en la mecánica cuántica también se representa mediante valores discretos, como sucede en la transmisión de fotones polarizados, ya sea a través de fibra óptica o del espacio libre.”
Recuerdo que la invasión de Cuba Revolucionaria a través de la Bahía de Cochinos por los gusanos financiados por EEUU, fué descubierta por Rodolfo Walsh, que recogiendo un material transmitido en clave desde una base militar estadounidense, se había desechado. Walsh empleó para su desciframiento algún libro de descifrado y le dedicó un buen montón de horas en equipo, así supo descubrir el próximo crimen del régimen imperial. Con esa información, que llegaba justa en el tiempo, los revolucionarios cubanos se lanzaron a la defensa de Cuba. Eso si que fue un mensaje claro, sin secretos, a los pueblos del mundo.
Título: La criptografía.
Autor: Luis Hernández Encinas.
Editorial: Catarata.
Ramón Pedregal Casanova
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