domingo, 1 de noviembre de 2015
“Yo sí puedo”: un exitoso aporte cubano a la lucha contra el analfabetismo
Con exitosos resultados ha llegado a disimiles lugares de la geografía mundial el método cubano de alfabetización “Yo sí puedo”, que con orgullo puede exhibir haber enseñado a leer y escribir a casi diez millones de personas.
Implementado desde 2002 en una treintena de naciones, el programa cubano creado por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, ha sido reconocido por personalidades y organismos internacionales como la UNESCO, Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Premios como el Mestre 68, otorgado en España por varias instituciones, y el Rey Sejong, que entrega la UNESCO, son algunas de las distinciones que ha recibido este novedoso método que se ha puesto en práctica incluso en regiones de países más desarrollados como Australia, Canadá y España.
La voluntad política y solidaridad del gobierno y los educadores cubanos y el interés también de las autoridades de las distintas regiones y países del orbe ha hecho posible poner en práctica el “Yo sí puedo”.
Los diversos estratos de la sociedad se han beneficiado con este proyecto que exhibe entre sus logros haber posibilitado que naciones como Venezuela, Bolivia y Nicaragua fueran declaradas Territorios libres de analfabetismo por la UNESCO.
Hasta las comunidades indígenas en sus propios idiomas como el quechua, el guaraní y el tetum ha llegado este programa cubano de alfabetización que ha posibilitado también mejorar las condiciones de vida de muchas personas.
Su implementación tuvo un beneficio colateral que no podía prever su creadora, la ya fallecida pedagoga Leonela Relys. Su puesta en marcha en América Latina mostró que había personas que no podían leer y escribir porque tenían problemas de la vista.
Entonces comenzó la Operación Milagro para devolver la visión a esas personas y que no fuera una limitante para aprender, expresó en cierta ocasión la educadora cubana.
Impulsada por Cuba y Venezuela esta iniciativa ha devuelto la vista a millones de personas, primero en Suramérica y El Caribe, y luego en otras latitudes.
El “Yo sí puedo” tuvo su bautismo de fuego en el 2001 en Haití, donde en aquellos entonces la mitad de la población era analfabeta. Más de 100 000 personas fueron alfabetizadas en la nación caribeña con el método desplegado a través de la radio.
Un invaluable aporte a la lucha por reducir el alto número de analfabetos en el mundo ha sido el método cubano, nacido de la experiencia de la Campaña de alfabetización desarrollada en Cuba en los primeros años del triunfo de la Revolución cubana y que erradicó ese mal para siempre.
María Josefina Arce
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