domingo, 13 de julio de 2025

Burkina Faso también está en las miras del imperialismo


El Sahel es la zona de África que está conformada por Niger, Mali y Burkina Faso. Gobernados por gobiernos militares, desde hace pocos años, los tres países fueron expulsando los resabios de la colonización francesa con una orientación panafricana, bajo la influencia de Rusia y China. 
 El caso más emblemático es el de Burkina Faso. Desde el 30 de septiembre de 2022 gobierna Ibrahim Traoré, luego del golpe de Estado que derrocó al presidente de facto Paul-Henri Sandaogo, quien había derrocado a un gobierno civil ocho meses antes.
 Traoré es uno de los muchos oficiales formados en la lucha contra el yihadismo en el norte del país y ha obtenido una fuerte popularidad -que trasciende fronteras y continentes- levantando las banderas del líder revolucionario burkinés Thomas Sankara, quien fue asesinado por orden de Francia en 1987. En los cuatro años que duró su mandato, Sankara estableció estrechas relaciones con Cuba e impulsó campañas de vacunación masiva y de alfabetización, y sostuvo un programa panafricano y antiimperialista. 
 En la actualidad, en el plano económico se ha dado un crecimiento del PIB del país entre 2022 y 2024, de aproximadamente 18.800 millones de dólares en 2022 a 22.100 millones en 2024. El gobierno de Burkina Faso ha rechazado préstamos del FMI y el Banco Mundial. Le quitó el manejo de los los recursos naturales a Francia, y para la explotación del oro, por ejemplo, creó un sistema mixto - un acuerdo con la empresa rusa Nordgold, que adquirió una participación del 85 % en un proyecto de extracción. El gobierno, que conservó el 15 % de la propiedad, impuso que el oro se refinara en el país. Con esto se espera el aporte de 101 millones de dólares a sus arcas en un período de ocho años. 
 También nacionalizó la tierra, reconoció los derechos consuetudinarios a las tribus locales y distribuyó maquinaria agrícola e insumos para impulsar una reforma agraria, al tiempo que fomentó la obra pública. Con Rusia firmó un acuerdo para construir una central nuclear. 
 Además, redujo los salarios de ministros y parlamentarios un 30 % y aumentó los de los funcionarios públicos un 50 %. 
 En 2023 expulsó a las fuerzas francesas que operaban en el territorio con la excusa de combatir al yihadismo, -y con las cuales, según Traoré, bien por el contrario, colaboraban-. Las fuerzas norteamericanas también se retiraron del territorio. 
 Con Rusia tiene acuerdos económicos y de seguridad. Estuvo invitado por Putin a Moscú en el aniversario del triunfo frente a los nazis, pero Traoré es el único de los tres gobernantes del Sahel que se negó a darle el control del territorio a las fuerzas rusas. Por eso la presencia militar de mercenarios rusos es la menor de la región, lo cual es una demostración de soberanía, aunque al mismo tiempo lo debilita frente a los yihadistas. Para enfrentar este déficit, Traoré creó las milicias de Voluntarios en Defensa de la Patria (VDP).
 Burkina Faso, junto con las juntas militares de Malí y Níger, impulsaron una nueva alianza regional denominada Alianza de Estados del Sahel (AES), la cual tiene alcance en materia económica, política y militar. Esto último cobra importancia por la lucha contra el yihadismo, el cual controla parte del territorio de Burkina Faso cercano a la triple frontera.
 La AES aspira a convertirse en una confederación estatal, con autonomía financiera propia, con una política exterior común y unificar la ciudadanía de sus habitantes. Surge como una alternativa a la organización regional CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), a la que acusan de servir a intereses imperialistas, rivalizando en la región principalmente con Nigeria y Costa de Marfil. 

 La lucha contra Al Qaeda 

La principal consigna de Traoré es liberar la totalidad del territorio y con esta excusa ha pospuesto las elecciones para 2029, para consagrar la democracia en todo el país al mismo tiempo. Sin embargo, más de 17.000 personas han muerto a causa de la violencia yihadista desde que tomó el poder, más del triple de la cifra de muertos en los últimos tres años de gobierno civil, según un análisis del Centro Africano de Estudios Estratégicos, perteneciente a la Universidad Nacional de Defensa del Pentágono (Geopol21, 19/05).
 Según el Índice de Terrorismo Global (GTI), elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), Burkina Faso es considerado el epicentro del terrorismo mundial (idem), con 1.500 muertos a causa del terrorismo solo en 2024. 
 La principal amenaza a la que se enfrenta la Junta Militar en Burkina Faso es la organización terrorista, de naturaleza yihadista y filial de Al Qaeda, Jama´at Nasr al-Islam Muslimin (conocida por sus siglas como JNMI).
 Donde JNIM controla el territorio realiza proselitismo religioso como base para reclutar nuevos combatientes entre la población muy joven. Está muy infiltrada e identificada de manera indirecta con la etnia fulani. Esta etnia está compuesta por millones de personas que se extienden por el Sahel y África Occidental, carece de estado propio, pero consta de una unidad cultural con un fuerte componente islamista, idioma propio y en gran medida con una forma de vida nómada muy marcada por la ganadería (ídem). 
 Esta asimilación difusa de los fulani con los grupos terroristas ha dado lugar a campañas de represión desproporcionadas del gobierno de Burkina Faso contra la población fulani, a las que acusa de colaboracionistas con los grupos armados, y esto genera un espiral que retroalimenta al JNIM. 
 Pero, sin dudas, la principal fuente de apoyo a los yihadistas es el imperialismo que, como ya demostró en Medio Oriente, está decidido a resolver cada escollo que se le presenta de la mano del fundamentalismo islámico más reaccionario. En Siria y Afganistán el imperialismo los está reconvirtiendo en señores de traje y corbata como agradecimiento por los servicios prestados, aunque continúen con los viejos métodos fascistas en nombre de la Sharia. Este apoyo queda evidente en Burkina Faso en la mejora de la calidad del armamento y en la profesionalización de las tropas de Al Qaeda desde que se enfrentan contra el gobierno de Traoré. Las zonas en que el JNIM no logra asentarse debido al apoyo popular al gobierno y al rechazo que ellos mismos generan, realizan ataques pirañas de asalto y ejecuciones masivas a civiles.
 A mediados de mayo han demostrado esta capacidad de combate, llegando a tomar poblaciones de envergadura local al norte del país como Djibo o Diapara, causando centenares de bajas entre las filas gubernamentales. 
 Traoré ya tuvo varios intentos de golpe de estado, el último en abril, el cual fue rechazado por la fuerza y por una fuerte movilización popular.
 La puesta en escena internacional y la orden la dio -el 3 de abril, durante la Audiencia de las Fuerzas Armadas del Senado-, el general Michael Langley, comandante del AFRICOM, cuando acusó al régimen de Burkina Faso de estar sobornado por China y usar “sus reservas de oro para proteger el régimen de la Junta”, lo cual habilitaba a acciones oficiales de Washington en contra del gobierno burkinés.

 Aldana González 
 10/07/2025

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