jueves, 31 de octubre de 2024
El sionismo avanza con la “limpieza étnica” en Gaza y Cisjordania
Smotrich, cínicamente, propuso que Israel “facilite el traslado a otros países” -la expulsión- de los palestinos que rechacen este formato de ocupación. En realidad, la masacre en Gaza alcanza tales proporciones que las Naciones Unidas alertan sobre la posibilidad de un exterminio total de los gazatíes. La política de aniquilamiento persiste día tras día. El martes, el gobierno norteamericano tuvo que fingir preocupación –“EE.UU. interroga a Israel tras un 'espeluznante' ataque en el norte de Gaza que causa decenas de muertos”- después de que los sionistas bombardearon un edificio residencial asesinando a un centenar de personas, mayoritariamente mujeres y niños. Otro tanto hicieron, simultáneamente, en El Líbano.
Como parte de la limpieza étnica deben entenderse las dos leyes recientes que prohíben las actividades de la UNRWA, la oficina de la ONU para los refugiados palestinos, "en el territorio de Israel" (1). En el lenguaje de la ocupación significa desde Cisjordania hasta Gaza, pasando por Jerusalén. "Si Israel decide aplicar esta ley en Cisjordania y Gaza, más de 2,9 millones de palestinos de una treintena de campos de refugiados dejarán de tener escuelas, atención médica, recolección de basura y otros servicios municipales", declaró a Mondoweiss Lubna Shomali, directora del Centro BADIL de Recursos para los Derechos de los Refugiados Palestinos y su Residencia. “Sabemos que no hay alternativa a la UNRWA cuando se trata de suministrar alimentos y otras ayudas vitales en Gaza”, admitió la embajadora norteamericana ante la ONU.
“Una guerra sin brújula…”
La ocupación militar permanente de Gaza -y la orientación general de la guerra- sigue dividiendo al gobierno de Netanhayu entre los que aspiran a imponer un rediseño total del mapa de Medio Oriente, derrotando a Teherán, y quienes temen por la suerte de esa aventura. El 27 de octubre, poco antes del ataque a Irán, el ministro de Defensa, el genocida Yoav Gallant, envió una carta pública a Netanyahu, sus ministros y a los jefes del Shin Bet, el Mossad y el Estado Mayor. Dice que “la guerra se está llevando a cabo sin brújula válida y sin objetivos” (Haaretz, 28/10).
Gallant propuso cuatro nuevos objetivos. En Gaza, "establecer una realidad sin amenaza militar, impedir la mejora de las capacidades terroristas, asegurar el retorno de todos los rehenes y promover una alternativa al gobierno de Hamás". Para El Líbano, "crear una situación de seguridad que permita a los residentes del norte [de Israel] regresar a sus hogares"; para Irán, "la disuasión y mantener a Irán fuera de la guerra" y, para Cisjordania, "prevenir brotes violentos frustrando el terrorismo". Más claro, Gallant no quiere embarcarse en una guerra regional. La Oficina de Netanyahu le respondió tajantemente: "La carta del ministro Gallant es bastante desconcertante. Hay una brújula, que son los objetivos de guerra determinados por el gabinete de seguridad, que se evalúan constantemente y se ampliaron recientemente".
Sin embargo, también el presidente istaelí Isaac Herzog, en la sesión inaugural de la legislatura de invierno del parlamento israelí, señaló que las fuerzas militares y de seguridad, y sus familias, llevan una carga sin precedentes”. Herzog dijo que “los enemigos se han fijado como principal objetivo destruir la confianza mutua entre los israelíes, y lo hacen reduciendo la confianza de los israelíes en su ejército”. Algunos entendieron que estaba pidiendo que los religiosos se sumen al ejército, que está sostenido por judíos laicos.
Los muertos que vos matáis
La muerte de los soldados sionistas en El Líbano sacude al gobierno de un país que se jacta de tener el quinto ejército del planeta, pero está acostumbrado a combatir desde el aire y con tecnología. En el cuerpo a cuerpo con las milicias palestinas y libanesas, la historia es otra. Esta semana, en una conferencia de prensa, el ministro Smotrich se deshizo en lágrimas por la oleada de muertes de soldados sionistas en los últimos días. Y agregó que el costo de la guerra lo estaba pagando desproporcionadamente la comunidad sionista religiosa.
"En los últimos días, vemos, leemos y escuchamos historias desgarradoras de los caídos, incluidos muchos reservistas, incluidos ancianos, padres de muchos niños, religiosos y seculares, kibutzniks y colonos, pero no podemos ignorar el hecho de que la comunidad sionista religiosa está pagando un precio desproporcionado a su tamaño en la población, los precios más altos en esta guerra", sollozó el mismo que pretende dejar sin palestinos los territorios ocupados (Jerusalem Post, 28/10). "Israel está en guerra y desesperado por soldados y mano de obra", gritó Smotrich, en un reproche a los gritos a los haredíes que se niegan a tomar las armas. Es que nadie discute que la invasión a El Líbano ha dejado expuestos los límites militares de Israel. En principio, la incapacidad de interceptar los misiles de Hezbollah. Uno arruinó una merienda de la brigada de elite Golani, causando varios muertos y un centenar de heridos. Otro destruyó una de las casas de Netanyahu.
La guerra del sionismo -de la que el imperialismo yanky participa no solo con armas y recursos, sino también en la definición estratégica- genera problemas en Estados Unidos y no solo a la temblequeante candidata demócrata Kamala Harris, abucheada por cientos de votantes demócratas en Michigan. Un extenso artículo de Wall Street Journal (29/10) advirtió que “el Pentágono se queda sin misiles de defensa antiaérea ante el aumento de la demanda” y que “el gran número de interceptores utilizados para atacar misiles y aviones no tripulados en Oriente Medio hace temer por la preparación militar de Estados Unidos en el Pacífico”. Más clarito, China.
La escasez “plantea interrogantes sobre la preparación del Pentágono para responder a las continuas guerras en Oriente Medio y Europa y a un posible conflicto en el Pacífico”, se preocupa WSJ, que agrega que la producción no da abasto a reponer los que se utilizan. Un solo misil estándar puede costar millones de dólares.
Elias Yousif, un experto en Defensa de Washington, sostiene que "Estados Unidos no ha desarrollado una base industrial de defensa pensada para una guerra de desgaste a gran escala tanto en Europa como en Oriente Medio. Y ambas guerras son conflictos prolongados, que no formaban parte de la planificación de la defensa estadounidense".
En la misma línea, Mark Montgomery, contraalmirante retirado y director de un think tank conservador en Washington, se queja: “Estamos gastando un año de misiles estándar, misiles estándar que se supone que forman parte de nuestro rearme para China", dijo. "Así que, al 100%, hemos retrasado, una vez más en Oriente Medio, la preparación de la Marina para ejecutar operaciones en el Pacífico".
Olga Cristóbal
30/10/2024
(1) UNRWA trabaja en 58 campos de refugiados palestinos reconocidos en la Franja de Gaza, Cisjordania, Jordania, Siria y Líbano. Atiende a más de 5,9 millones de refugiados palestinos. Sus servicios incluyen 706 escuelas, que ofrecen educación a más de 660.000 niños y adolescentes. UNRWA también gestiona 147 centros médicos, que ofrecen medicamentos básicos. En Gaza, es la mayor organización de asistencia humanitaria: el 78 % de la población son refugiados de 1948 y sus descendientes.
miércoles, 30 de octubre de 2024
Naciones Unidas, declarada ilegal por Israel, advierte: “Toda la población del Norte de Gaza está en peligro de muerte”
Msuya, una médica bióloga, hizo hincapié en los ataques de Israel contra hospitales y refugios y en que impide el trabajo de los socorristas que deberían sacar a los heridos y a quienes está apresados bajo los escombros. En este momento no queda ningún hospital en funcionamiento en el Norte de Gaza, sometida a un asedio feroz durante todo octubre.
“Israel atacó los hospitales y detuvo a cientos de médicos, enfermeros y trabajadores de la salud. Vaciaron los refugios y les prendieron fuego. Impidieron que los socorristas rescataran a personas que estaban debajo los escombros. Separaron las familias y se han llevado a los hombres y los niños, en camiones; a todos los obligaron a desnudarse”, apuntó.
Las declaraciones de la funcionaria se produjeron mientras las tropas israelíes culminaban un ataque mortífero contra el hospital Kamal Adwan, en Beit Lahia, que atendía al 70% de los palestinos que permanecen en una zona de la que el ejército no les permite desplazarse y a donde está prohibido ingresar alimentos, medicación o agua.
El ejército de Israel (IDF) rodeó el hospital días antes y abrió fuego el jueves y el viernes, cuando había 600 personas en el hospital, entre ellos médicos, pacientes y acompañantes. “Dos niños murieron en la UCI cuando se pararon los generadores. Tres ambulancias y vehículos de transporte quedaron destruidos, así como el panel de energía solar. Las fuerzas de ocupación están registrando el hospital y disparando dentro de varios departamentos, aumentando el estado de pánico y ansiedad. En lugar de recibir ayuda, estamos recibiendo tanques”, informó desesperado el director del hospital, Hussam Abu Safiya, que también fue luego detenido. Uno de sus hijos había sido asesinado durante el operativo.
Después de que la ocupación secuestró a todo el personal médico en el hospital Kamal Adwan, solo queda allí un pediatra. Un comunicado del Ministerio de Salud urgió “a todos los que tengan habilidades quirúrgicas a unirse al Hospital Kamal Adwan para salvar lo que se pueda salvar de los heridos y los pacientes”.
Por su parte, el director de los hospitales de campaña, Marwan Al-Hams, dijo que soldados israelíes también destruyeron medicamentos al marcharse, “impidiéndonos salvar a los heridos”. “Es una situación catastrófica, ya que los pacientes y los heridos quedan en el suelo sin ningún tipo de atención médica”, declaró Al Jazeera. “Nos enfrentamos a graves peligros, y aquí estoy una vez más enviando un SOS al mundo entero. Rogamos a Dios todopoderoso que nuestra difícil situación llegue a su fin y cesen las masacres israelíes”.
“Toda la población del norte de la Franja se encuentra ahora sin ningún servicio médico después de que todos los hospitales han sido destruidos y obligados a dejar de funcionar”, continuó.
Un día antes, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk calificó los ataques del viernes como el “momento más oscuro” de la guerra. “Las políticas y prácticas del Gobierno israelí en el norte de Gaza corren el riesgo de vaciar la zona de todos los palestinos”, dijo Türk. “Estamos ante lo que podría equivaler a crímenes atroces, crímenes contra la humanidad”.
Sin embargo, este martes, el ejército israelí volvió a bombardear, “como si fuesen espejos”, con intensos ataques en el norte de la Franja palestina y en el valle de la Beka en el Líbano, que han dejado imágenes desgarradoras y más de 150 muertos. En las últimas horas, la aviación israelí bombardeó un edificio de cinco pisos en la zona de Beit Lahia y mató otros 65 palestinos, según informes preliminares. Asimismo, decenas de civiles resultaron heridos y numerosas personas están desaparecidas bajo los escombros del inmueble bombardeado. El edificio atacado albergaba más de 100 desplazados provenientes de las zonas de Jabalia y Tel Al-Zaatar.
Simultáneamente, el Parlamento de Israel (Kneset) ha aprobado con 92 votos a favor y 10 en contra dos leyes que prohíben en el país las actividades de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA, según sus siglas en inglés) a la que el Gobierno acusa de “terrorismo” y de ser aliada de Hamás. Algunos centenares de israelíes rodearon la Knéset protestando por las leyes.
La prohibición es extensiva a Gaza, Cisjordania y Jerusalén. Por lo menos 220 empleados de la agencia han sido asesinados durante la operación militar israelí en Gaza. El segundo proyecto de ley rompe todos los lazos entre los empleados del gobierno y la UNRWA y despoja a su personal de sus inmunidades legales.
Se trata de una medida sin precedentes en forma de “castigo colectivo” contra los palestinos, además de ir contra la Carta de las Naciones Unidas y violar las obligaciones de Israel en virtud del derecho internacional, según un comunicado del jefe de la agencia, Philippe Lazzarini. “Este es el último paso de una campaña en curso para desacreditar a la UNRWA y deslegitimar su papel en la prestación de asistencia y servicios a nivel humanitario a los refugiados palestinos. Pero no van a conseguir acabar con la condición de refugiados, aclara, que depende de la Asamblea General de la ONU”, agregó. La UNRWA gestiona 96 escuelas y 47 centros de salud en Cisjordania.
La población de Gaza, de unos 2,3 millones de habitantes, depende casi por completo de la ayuda para sobrevivir. Alrededor del 90% de la población ha sido desplazada. Cientos de miles viven en tiendas de campaña y escuelas convertidas en refugios, la mayoría gestionados por la UNRWA. Los expertos afirman que el hambre es galopante. La invasión de Israel en Gaza ha matado a más de 43.000 palestinos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza; se calcular que la cifra real podría superar las 200.000 personas.
Olga Cristóbal
29/10/2024
lunes, 28 de octubre de 2024
domingo, 27 de octubre de 2024
Occidentales, occidentalistas y psicoccidentalismo
Eso que desde el Renacimiento se llama Occidente, por más de mil años fue apenas una idea vaga y profundamente contradictoria del continente más violento del mundo. La mente tribal necesita aliados y enemigos en una permanente partición del mundo en dos (nosotros y ellos, el Bien y el Mal), como en cualquier torneo deportivo. Banderas, símbolos y mitos extendieron la barbarie de las tribus hasta fantasías mayores llamadas pueblos elegidos, razas superiores y naciones civilizadas.
El Occidente moderno no se forma ni con los antiguos griegos ni con la caída de Roma. Surge con el imperialismo capitalista en el siglo XVI y se radicaliza con el protestantismo, la fiebre del oro y la sociopatía de la conquista perpetua, la sumisión de los pueblos inferiores y la obligación de salvar al mundo imponiendo nuestras ideas, nuestras supersticiones, nuestro poder financiero, policial, y la eliminación de cualquier posible poder o visión diferente del mundo. Se asienta en el fanatismo supremacista que no vive ni deja vivir.
La reacción de esa fantasía llamada Occidente (hoy la OTAN) ante la mayor crisis existencial de su historia moderna es pasar por encima de todos sus sermones (igualdad, libertad, democracia, derechos humanos) para dejar al descubierto su verdadero rostro: si no podemos imponernos por la propaganda, por las finanzas, por el acoso económico, lo haremos por la fuerza del cañón.
Exactamente así surgió el Occidente capitalista: en el nombre de la libertad del mercado, fueron a destruir la libertad del mercado del por entonces Primer Mundo (India, Bangladesh y China), imponiéndole sus propias reglas a fuerza de cañón, de corrupción (que inoculó guerras fratricidas, como en India) y a fuerza de la adicción de drogas como el opio en China. En India se aprovecharon de un sistema de castas más radical que el de la Edad Media europea, creando colaboracionistas arriba y cipayos abajo. Tradición que continúa hoy. Basta con echar una mirada a los políticos en Inglaterra y Estados Unidos.
Según Jacob Helberg, experto en seguridad nacional y asesor de política exterior de Palantir “Ucrania, es la oportunidad de cumplir la misión de Palantir Technologies: defender a Occidente y joder a nuestros enemigos”. Enemigos. Para los CEOs de Palantir, como Karp, existe un imperativo moral en proporcionar a los gobiernos occidentales la mejor tecnología emergente. Por esta buena razón, “los Estados deben colaborar más con el sector tecnológico” ―las corporaciones privadas. El otro dueño de Palantir, Peter Thiel, naturalmente expresa la vieja fijación occidentalista: “A diferencia del mundo físico, en ciberseguridad es muy fácil atacar y muy difícil defenderse”. Así que vamos por lo primero (el viejo “ataque preventivo”), ya que la existencia humana se define por el conflicto y la guerra y la salida no es la paz o la negociación sino la exterminación del adversario.
Para el psicoccidentalismo, no hay lugar para dos “machos alfa”―otra de las nuevas metáforas centrales de la Nueva Derecha para expresar la vieja obsesión europea; si nosotros ganamos y dictamos, el mundo está en paz. Como para los mega negocios, competencia significa exterminar al competidor. Una visión diferente sería la negociación para un bien común, como negocian las pequeñas empresas, como cooperan los seres humanos que no están enfermos de esta psicopatía del individualismo.
Por esta razón, se ve a China como el enemigo a destruir, como fue destruida en la Guerra del Opio. Aunque la estrategia ha sido demonizar y acosar primero a la gran región que la circunvala (Rusia-Irán) a través de sus bastiones principales (Ucrania-Israel-India-Taiwán), los políticos ya no ocultan que China es el verdadero objetivo. ¿Por qué? Porque posee una economía demasiado exitosa y, aunque aún no ha disparado ni un tiro para convertirse en la primera potencia mundial (lo opuesto a cómo se construyó y se mantuvo el Occidente capitalista), sólo su éxito no alineado a nuestros intereses la definen como nuestro enemigo, el Imperio del Mal. No hace falta decir que ésta es la forma más directa de llegar a una guerra con China, la cual no esperará a último momento para invertir toneladas de capitales en su complejo militar y en más bombas nucleares.
Como tantos otros generales y congresistas estadounidenses, Mike Gallagher asumió el cargo de director de negocios de defensa de la empresa Palantir. El mismo Gallagher publicó en mayo de 2024, un artículo en Foreign Affairs titulado “No Substitute for Victory: America’s Competition With China Must Be Won, Not Managed” (“No hay sustituto para la victoria: la competencia de Estados Unidos con China debe ganarse, no gestionarse”), para lo cual Washington debe “rearmar al ejército estadounidense para reducir la influencia económica de China” y su “estrategia malévola”… Psicoccidentalismo estilo John Wyne.
El Instituto Quincy, teniendo en cuenta la sinofobia de Gallagher y Karp (director ejecutivo de Palantir), aseguró que nos dirigimos a una guerra contra China. No aclara que somos nosotros los que hemos decidido ir hacia ese violento escenario que dejará grandes beneficios (económicos y políticos) a empresas como Palantir y hundirá al resto del mundo en una crisis total, incluido Occidente ―sobre todo Occidente. Una guerra por Taiwán es el escenario deseado por Occidente, pero les resultará más económico y estratégico inventar una guerra entre China e India por Kashmir… Bueno, mejor no darles ideas.
Para ir haciendo boca, el candidato a vicepresidente J.D. Vance, dijo que contrarrestar a China será una prioridad de política exterior para Donald Trump, algo que se puede leer como un libreto recibido de gente mejor preparada, informada y poderosa que el aprendiz Vance, amigo de los millonarios de Palantir y otras tecnológicas, sus principales donantes.
El imperio estadounidense ya no podrá contar con la imposición del dólar, por lo que deberá sacar ventaja de las armas dotadas de inteligencia artificial, algo que ya está siendo probado en Ucrania y Palestina. En 2024, el Ministerio de Defensa de Israel llegó a un acuerdo con Thiel y Karp para “aprovechar la tecnología avanzada de Palantir en apoyo de misiones relacionadas con la guerra”. Si en el pasado se experimentaba con drogas y sífilis en América Latina, ahora se prueba la efectividad de toda este avance de la inteligencia para eliminar sin asco hombres, niños y mujeres para probar la efectividad de las nuevas armas y el impacto en la opinión pública que, se calcula, dejará de importar porque parte del plan es eliminar las incómodas elecciones de las disfuncionales democracias liberales―ver nuestro análisis de Curtis Yarvin.
Es la vieja mentalidad occidental es eso que, ahora sin máscaras, vemos en Israel masacrando sin límites porque “solo nosotros importamos”, “los demás son salvajes”, “somos la raza superior y debemos ser obedecidos”, además, “somo los preferidos de Dios” y tenemos un “destino manifiesto”. La vida ajena no tiene valor. Lo único que importa es ganar, y ganar a cualquier precio.
Ahora, la experiencia indica que toda esta super tecnología multimillonaria es una gran ventaja bélica, pero no está dando los resultados esperados. Ni en Ucrania ni en Palestina ni en el resto del mundo vigilado y manipulado. Uno de los talones de Aquiles de las High Tech son las Low Tech, es decir, cuanto menos sofisticada es una tecnología, más difícil de dominar o predecir a sus usuarios. Por eso se recurre a la fuerza bruta del bombardeo, como el israelí.
La Tercera Guerra Mundial, la última Guerra Mundial, es el Plan A. Debemos imaginar un Plan B e invertir todas las fuerzas de los sin poder para resistir a los psicópatas y a los mercaderes de la muerte.
Jorge Majfud | 18/10/2024
sábado, 26 de octubre de 2024
Escalan las tensiones en el cuerno de África
La cumbre de marras configura un eje contra Etiopía, que se encuentra inmersa en tensiones cada vez más ásperas con El Cairo desde que puso en marcha la construcción de una represa en el Nilo que el gobierno de Al Sisi considera una “amenaza existencial”, ya que su país depende de ese curso fluvial para cubrir casi la totalidad de sus necesidades de agua. Recientemente, el gobierno etíope logró sumar a otros países (Ruanda, Uganda, Tanzania y Burundi) a una declaración común que rechaza un usufructo exclusivo del río por parte de Egipto. Este texto, sin embargo, no fue avalado por Sudán, cuyo gobierno cerró filas con Al Sisi.
La escalada entre Egipto y Etiopía, dos de los pesos pesados de la región, hasta ahora retórica, eleva la temperatura de todo el cuerno de Africa, que está recorrido por conflictos interestatales (Etiopía-Somalia), guerras (como la de 2020-2022 en el norte de Etiopía, que dejó entre 150 y 600 mil muertos) y disputas de influencia de todo tipo entre potencias regionales y mundiales. Además, en el Mar Rojo, los hutíes yemenitas sostienen un boicot naval en solidaridad con el pueblo palestino, que Estados Unidos y el Reino Unido respondieron con bombardeos y la formación de una coalición náutica imperialista.
Etiopía vs. Somalia
El desencadenante de la última oleada de tensiones en el cuerno de Africa se produjo a comienzos de año, cuando Etiopía firmó un acuerdo con la región semi-autónoma de Somalilandia (parte de Somalia) para poder beneficiarse de su salida al mar (que Etiopía perdió en los ’90, tras la separación de Eritrea), a cambio, básicamente, de un apoyo por parte de Adis Abeba a su emancipación definitiva de Somalia. Mogadiscio resolvió, en consecuencia, expulsar al embajador etíope. Y, en los últimos días, el ministro de Defensa de Somalia advirtió a Etiopía que no tolerará ninguna agresión contra su país, luego de que el jefe del ejército etíope señalara que su vecino no podría defenderse, en simultáneo, de un ataque de Adis Abeba y de las organizaciones islámicas.
En el medio, como ya señalamos, se produjo la cumbre tripartita Egipto-Eritrea-Somalia, que cerró filas contra el gobierno etíope. Pero no fue la única respuesta de Mogadiscio, que decidió también afianzar vínculos con Turquía. Por ejemplo, estableció un acuerdo por el cual Ankara se compromete a patrullar sus aguas, a cambio de derechos de explotación de recursos pesqueros e hidrocarburíferos.
El gobierno de Erdogan, es importante aclararlo, hace su propio juego, ya que también vendió armas a Etiopía en el curso de la guerra civil de 2020-2022 con el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), como parte de un proceso de apuntalamiento de su industria armamentística en el continente. Turquía, que multiplicó sus inversiones en infraestructura, se postula como un jugador de peso en la zona. Ankara, además, rivaliza con Egipto, sobre todo desde el golpe militar de Al Sisi contra los Hermanos Musulmanes, en 2013.
Al interior de Somalia, el desafío de Somalilandia muestra que las tendencias a la desintegración nacional, que quedaron expuestas durante la guerra civil de los ’90, no han sido superadas. En paralelo con el pulso independentista en el norte, el grupo Al-Shabab mantiene su influencia en las áreas rurales del sur y el centro del país, mientras que el Estado Islámico contaría con medio centenar de combatientes, reclutados en países vecinos, y una presencia nada desdeñable en Puntlandia, en el norte somalí, otra región que goza de cierta autonomía.
Dentro de Etiopía, las cosas no marchan mucho mejor. Entre 2020 y 2022, el desplazamiento del ejército en la región de Tigray derivó en una guerra civil entre el TPFL y Adis Abeba, en la que, para más enredos, Eritrea se alineó con Etiopía. Si bien hubo un armisticio que restableció el dominio del gobierno central y condujo a un desarme de las milicias, las tensiones de fondo no fueron disipadas. Otros conflictos, a la vez, continúan su curso, como el de Oromia, donde el Frente de Liberación Oromo (OLF), que prestó apoyo al TPFL en sus batallas, puja por la independencia.
Las tensiones crecientes en el cuerno de Africa son parte de un desarrollo más general de las tendencias bélicas en el plano internacional, como resultado de la crisis capitalista y las dificultades cada vez mayores de los Estados y monopolios capitalistas para resolver sus disputas en términos económicos y político-diplomáticos.
Los trabajadores del mundo tienen que ponerle un alto a esta barbarie.
Gustavo Montenegro
jueves, 24 de octubre de 2024
miércoles, 23 de octubre de 2024
martes, 22 de octubre de 2024
Bajo la dirección del imperialismo norteamericano, el Estado sionista prepara la guerra contra Irán
Israel se encuentra preparando un ataque misilístico contra Irán en forma sistemática. La acción guarda una relación con la prosecución de las masacres en Gaza y Líbano por parte del Estado sionista. El objetivo de estas masacres es imponer un cambio de régimen político en Palestina y Líbano, algo insustentable sin la neutralización de Irán. La dinámica ascendente de la guerra de exterminio y el asesinato del liderazgo histórico de Hamas y Hizbollah, ofrece un momento excepcional para un bombardeo de misiles y drones contra Irán. Es lo que han buscado Netanyahu y su gabinete en todo momento, desde que bombardeó la embajada de Teherán en Damasco, en abril pasado, seguido por los asesinatos cometidos en la misma capital de Irán, en ocasión de la asunción del mando por el nuevo presidente de la nación persa. Cuando se tiene en cuenta la situación en su conjunto, queda claro que la dirección político-militar de la guerra se encuentra en manos del imperialismo norteamericano. Lo confirma el reclamo de Estados Unidos para que no sean bombardeadas las instalaciones nucleares bajo tierra de Irán. Sea verídica esta exigencia o una cortina de humo para hacer exactamente lo mismo que se aparenta negar, el imperialismo norteamericano ha fijado los parámetros estratégicos de esta guerra. De acuerdo a informaciones pertinentes, solamente el Pentágono tendría el armamento para perforar los túneles que esconden las investigaciones y ensayos nucleares de Irán.
La filtración de información de la Agencia Nacional de Investigación Geoespacial de Estados Unidos, hace pocas horas, confirma que a la batuta del operativo militar la tiene el imperialismo norteamericano. La autenticidad del informe de esa filtración ha sido confirmada por CNN y no cuestionada hasta ahora. Obviamente, puede ser un operativo de desinformación, pero no lo es el alcance de la cobertura de esa Agencia en el planeamiento y seguimiento de una guerra. El informe de la Agencia no dice cuáles son los activos que serán bombardeados por Israel, pero sí describe el material que usará Israel, en especial los bombardeos a distancia. El ministro de Infraestructura, Eli Cohen, advirtió de todos modos que los sitios nucleares siguen en pie como posibles objetivos. La vulnerabilidad de Israel ha quedado de manifiesto en la incapacidad de intercepción de misiles de Hizbollah por parte del ejército sionista y del dron que destruyó uno de los domicilios de Netanyahu. De haber estado ahí, se habría consumado el mayor asesinato de la historia de Israel, que Netanyahu no identificó con el que se cargó con la vida de Itzak Rabin, primer ministro del Estado en la década de los ochenta, a cargo de un fundamentalista sionista, sino con el asesinato accidental de Yaha Sinwar, el jefe de Hamas, por una patrulla israelí. El martes pasado tuvieron lugar ejercicios militares de las fuerzas armadas sionistas para la guerra contra Irán, con la inclusión de operaciones de recarga de combustibles en el espacio aéreo, en caso de que los encargados de ello se precipiten a tierra.
Como ocurrió cuando se organizó la defensa de Israel contra el primer ataque de Irán en represalia a lo ocurrido en la embajada de Damasco, un conjunto de Estados árabes deberán formar parte del ataque israelí, abriendo un espacio aéreo de cerca de 1.500 kilómetros. Los emiratos del Golfo ya se anotaron para el caso, a pesar de la amenaza de represalia por parte de Teherán. El ataque sin precedentes que Netahyahu prepara contra el Estado persa, requiere una articulación internacional que sólo puede llevar a cabo Estados Unidos, lo cual lo convierte en la dirección política de este gigantesco paso adelante en el desarrollo de la guerra mundial.
Por el lugar excluyente del imperialismo norteamericano en la guerra, las elecciones en Estados Unidos son evaluadas en función de esta situación. Como todo parece indicar que el final será, como nunca, cabeza a cabeza, no se puede excluir el estallido de una crisis política de magnitud y una nueva tentativa de golpe de Estado. Esto sugeriría que el ataque deberá esperar a que se clarifique ese escenario, algo que podría no ocurrir. Pero la crisis norteamericana no es el único mojón; también podría estallar en los Estados que habiliten el espacio aéreo al Estado sionista, al resto del Medio Oriente y al norte de África y el Cáucaso sur. En Moldavia ha estallado una crisis política ante el resultado inconcluyente del referendo para el ingreso a la Unión Europea; en Georgia se multiplican las manifestaciones pro OTAN para derribar al gobierno prorruso en la víspera de nuevas elecciones.
Existe una interrelación insuperable entre la guerra imperialista, la lucha nacional de las naciones oprimidas y las crisis políticas, o sea, la creación de situaciones revolucionarias propicias para terminar con las guerras y los gobiernos imperialistas.
Jorge Altamira
21/10/2024
lunes, 21 de octubre de 2024
El asesinato del líder de Hamas y sus consecuencias políticas
El asesinato del máximo jefe militar y político de Hamas en la Franja de Gaza, Yahva Sinwar, por parte de las tropas israelíes, desató el júbilo del imperialismo y el sionismo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó -con burdo maniqueísmo- que “el mal (sic) ha sufrido un golpe”. El premier, responsable de la muerte de más de 40 mil palestinos en un año y el bombardeo cotidiano de escuelas, hospitales y centros de refugiados sería, supuestamente, “el bien”. Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, confundió los intereses del imperialismo con los del planeta en su totalidad. “Es un buen día para Israel, para Estados Unidos y para el mundo entero”, dijo. Vale señalar que, el mismo “buen día” que fue abatido Sinwar, 28 palestinos murieron en el enésimo ataque contra una escuela en Jabaliya.
La información difundida por el ejército israelí y por Hamas permite reconstruir que Sinwar murió en áspero combate con las fuerzas sionistas, atrincherado en un edificio de algún lugar no identificado del enclave costero que los soldados israelíes demolieron con disparos de tanques de guerra. Lo encontraron por casualidad, ya que no fue un operativo específicamente planificado para acabar con su vida. Un video filtrado por Israel muestra a un hombre enmascarado, que sería el propio Sinwar, lanzando un palazo a un dron que monitoreaba el lugar. Al difundir estas imágenes como un trofeo, Tel Aviv no reparó en que en el mundo árabe ha terminado de configurar una leyenda.
Sinwar se unió en los ‘80 a Hamas, organización islámica que nació en 1987, el mismo año de la primera Intifada, levantamiento popular palestino contra las fuerzas de ocupación israelíes. Estuvo detenido durante más de dos décadas en Israel debido al secuestro y muerte de dos soldados israelíes, y allí se transformó en uno de los referentes de los presos políticos palestinos. En 2011, fue liberado junto a otros 1.026 detenidos, como parte de un intercambio por un soldado israelí apresado. Israel lo considera el ideólogo y ejecutor de la incursión y captura de rehenes por parte de las organizaciones de la resistencia palestina el 7 de octubre de 2023.
La muerte de Sinwar, que había asumido también la jefatura política de Hamas en agosto, tras el asesinato, en Irán, de Ismael Haniyah, es un golpe severo a la resistencia palestina, que ha perdido dirigentes muy importantes en las últimas semanas, del mismo modo que Hezbollah perdió a su líder histórico, Hassan Nasrallah. A raíz de ello, desde la Casa Blanca y desde algunos sectores políticos israelíes se especula con la posibilidad de que Hamas se vea forzado a aceptar un acuerdo desfavorable, que incluya la liberación de los 100 rehenes en poder de la milicia y la permanencia militar de Israel en el enclave.
De todos modos, el análisis se confunde aquí con el deseo. Netanyahu dijo que las operaciones contra Gaza y Líbano continuarán. La escalada creciente del sionismo, que aún tiene pendiente, además, un prometido ataque clave contra Irán, podría producir también el efecto contrario, es decir, una mayor radicalización en su contra en la región.
Aún es pronto para hacer conjeturas. Por el momento, Hamas ratificó, en su primera declaración posterior a la muerte de Sinwar, el planteo que había llevado a la mesa de negociaciones patrocinada por Egipto y Qatar: el retiro de las tropas israelíes de Gaza, dice, es la condición para la liberación de rehenes y un cese al fuego.
La situación en la región, mientras tanto, es cada vez más dramática como fruto de la invasión de Gaza, Líbano y los bombardeos contra Siria y Yemen (nuevamente atacado por Washington en las últimas horas). En el enclave costero, según denuncias de la ONU, hay días enteros que no ingresa un solo camión con asistencia humanitaria. Están matando de hambre al pueblo gazatí. En Líbano, hay más de un millón de desplazados en pocas semanas, y Netanyahu amenaza con una nueva Gaza en la tierra de los cedros.
Esta barbarie exige la movilización solidaria de los pueblos del mundo. Abajo el genocidio. No a la invasión de Gaza y Líbano, fuera las tropas israelíes. Viva la lucha del pueblo palestino y libanés. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de Medio Oriente.
Gustavo Montenegro
Con el apoyo de la UE, Meloni inaugura un centro de detención de migrantes en Albania
El acuerdo migratorio firmado el año pasado entre los gobiernos de Italia y Albania dio sus primeros pasos prácticos en los últimos días, cuando un buque militar italiano trasladó a las costas de la nación adriática a 16 viajantes (egipcios y bangladesíes) que en verdad aspiraban a llegar, a través del Mar Mediterráneo, a la península itálica.
El centro erigido por el gobierno de Giorgia Meloni en la localidad de Gjader, en Albania, donde los migrantes permanecerán detenidos mientras se sustancian sus solicitudes de asilo, ha sido definido como una “Guantánamo italiana”, en referencia a la base de detención norteamericana en Cuba. Puede sonar exagerado, pero lo cierto es que los antecedentes indican que esta especie de “tercerización” del control migratorio emprendida por Roma, por medio del financiamiento de centros de detención en el extranjero, se caracteriza por la violación sistemática de los derechos humanos.
Referentes del opositor Partido Democrático, la principal formación centroizquierdista italiana, criticaron a Meloni, pero lo cierto es que estando en el gobierno aplicaron medidas semejantes. En 2017, el entonces primer ministro Paolo Gentiloni firmó un acuerdo con Libia (aún en vigencia) por el que se entregan fondos a ese país a cambio del control de las migraciones, que ha sido puesto en tela de juicio más de una vez debido a la brutalidad de los guardacostas libios, muchas veces vinculados, además, a las mafias de traficantes que Bruselas dice querer combatir.
El plan de Meloni, pese a todo, recibió la bendición de la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien lo considera una prueba piloto que podría ser tomada luego por la Unión Europea (UE) en su conjunto. Además, la funcionaria prepara un proyecto para facilitar las deportaciones del bloque.
Desde 2016, la UE impulsó varios convenios con el propósito de contener las migraciones. Primero fue con Turquía, a cuyo gobierno acaban de prometer 1.000 millones de euros adicionales para no cese en su empeño de taponar la llegada al viejo continente de los refugiados sirios que huyen de la guerra.
Otro acuerdo involucra a Marruecos, Túnez y Mauritania. En mayo de 2024, estalló un escándalo cuando algunos medios revelaron que muchos migrantes (especialmente negros) eran detenidos, torturados o abandonados en medio del desierto. Todo esto, financiado con los fondos de la UE, que sigue adelante con estos pactos.
Los acuerdos con los países del Magreb posibilitaron un descenso significativo en el flujo de migrantes por las rutas respectivas en 2024. Pero, en su lugar, se disparó en la misma proporción el porcentaje de los que toman otra de las vías mediterráneas, la que conduce a las Islas Canarias y el Estado Español. Para esto, la UE evalúa una misma respuesta represiva: nuevos acuerdos con otros países, como Senegal. No obstante, dada la envergadura de la crisis mundial, el cierre y control en las fronteras (cada vez está más restringida la libre circulación por el territorio de la UE), la represión, el levantamiento de murallas y los centros de detención no frenan el fenómeno migratorio sino que, en todo caso, modifica las rutas, las hace más peligrosas, y acentúa el dramatismo de los traslados.
El imperialismo atiza deliberadamente la xenofobia y el racismo para encontrar un chivo expiatorio ante la crisis y dividir a las masas. Hay que oponer a esto la defensa del derecho de asilo y la unidad de los trabajadores nativos y migrantes en una lucha común contra el capitalismo, el responsable de esta barbarie.
Albania, un socio de la Otan
El flamante socio de Meloni en el control de las migraciones, el primer ministro albanés, Edi Rama, es un dirigente del Partido Socialista, la fuerza en que se reciclaron muchos de los referentes del viejo Partido del Trabajo de Enver Hoxha.
Rama aspira a sumar a Albania a la Unión Europea. Y, aunque el club comunitario no tiene ningún apuro en hacerlo, el país sí fue integrado a la Otan en 2009. Este año se inauguró una base aérea de la alianza atlántica en el territorio (Kucove).
En 2022, el salto de hasta el 50 por ciento en el precio de alimentos y combustibles desató protestas populares contra el gobierno de Rama. Albania, que apoya activamente a Ucrania en su guerra con Rusia, se vio afectada económicamente por el conflicto, ya que importaba gran cantidad de productos, que subieron de precio, desde Moscú. Con Ucrania, Albania tiene aún otra cosa en común, acaso más importante: se trata de uno de los países más pobres del continente.
Gustavo Montenegro
domingo, 20 de octubre de 2024
sábado, 19 de octubre de 2024
viernes, 18 de octubre de 2024
jueves, 17 de octubre de 2024
Murió Antonio Skármeta, el escritor que le puso poesía a la narrativa
Este martes la Universidad de Chile anunció la muerte del escritor Antonio Skármeta a los 83 años, que más tarde fue confirmada por el presidente Gabriel Boric. "Gracias maestro por la vida vivida. Por los cuentos, las novelas y el teatro. Por el compromiso político. Por el show de los libros que amplió las fronteras de la literatura. Por soñar que la nieve ardía en el Chile que te dolió tanto", expresó el primer mandatario en X, y retuiteó el comunicado de la institución: "Nuestra comunidad universitaria despide con pesar a Antonio Skármeta Vraničić, escritor, Premio Nacional de Literatura 2014, egresado de Filosofía y académico de la Universidad de Chile en múltiples etapas de su inspiradora carrera que impulsó la lectura y el amor por los libros".
Autor de novelas como El cartero de Neruda, Soñé que la nieve ardía, El baile de la Victoria o Un padre de película, Skármeta fue una de las figuras más destacadas de las letras latinoamericanas. Su novela más famosa (publicada originalmente como Ardiente paciencia) lleva en el título el nombre del poeta chileno más ilustre y, aunque Skármeta nunca se desenvolvió en ese género, tuvo un lugar importante en su narrativa. En una clase literaria que dio en 2014 junto al brasileño Eric Nepomuceno, se explayó sobre el vínculo con la poesía, un elemento que suele aparecer como motor de sus tramas y personajes: "Como un escritor que no escribió poesía, soy tan gran admirador de los poetas que si ustedes revisan mis obras van a ver que en el corazón de estos relatos hay un poema o alguna situación vinculada con la poesía que desencadena el drama o fortalece alguna relación".
El protagonista de esa novela es un joven cartero que visita al poeta de Isla Negra y plagia sus poemas para seducir a una chica. Según el autor, estas criaturas demuestran que "imbricar vida y poesía es posible". Aquella charla de 2014 había tenido lugar en Tecnópolis y, en ese contexto, también habló sobre la inclusión como un eje que atraviesa su obra: "He notado que uno de los lemas de este encuentro es 'la palabra incluye'. Interesante; no sólo porque la inclusión es el gran tema de las políticas latinoamericanas actuales sino porque es casi el leitmotiv de mi literatura. Siempre he intentado hacer una narrativa de roce, de fricción, en que personajes de distintas esferas se compenetran, se rozan; y de allí, de las chispas de ese roce, surge una energía que yo llamaría inclusiva".
Skármeta nació en Antofagasta (1940) y pertenece a la generación de escritores de los 60. Estudió Filosofía en la Universidad de Chile, pero su vocación lo condujo a la literatura y se convirtió en un autor prolífico. A lo largo de su trayectoria cultivó diversos géneros: cuentos, novelas, obras de teatro, libros infantiles y hasta óperas. En 2014 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile y, sobre ese reconocimiento, declaró: "Es una gratitud muy grande. Este premio confirma la relación tan grande y tan íntima que tengo con Chile, su historia, las alternativas históricas, los personajes, la gente más vulnerable, a la cual me he dedicado en mi obra y a sus artistas, poetas".
El autor adquirió reconocimiento internacional con varios galardones y gran resonancia en el campo cinematográfico. Tres de sus libros llegaron a la pantalla grande: El cartero de Neruda (Michael Radfor, 1994), El baile de la Victoria (Fernando Trueba, 2009) y la obra de teatro El plebiscito, que inspiró el film No (Pablo Larraín, 2012). Cuando la dictadura de Pinochet terminó con el gobierno democrático de Salvador Allende, Skármeta tenía 33 años, militaba en la izquierda y estaba vinculado al Movimiento de Acción Popular y Unitaria (MAPU). Por esa razón decidió exiliarse: primero viajó a la Argentina y luego partió hacia Alemania, donde finalmente se radicó. En Berlín cultivó su interés por el séptimo arte: ejerció como docente en la Academia Alemana de Cine y Televisión, dirigió dos películas, actuó en cinco y escribió varios guiones que fueron dirigidos por el alemán Peter Lilienthal.
El compromiso político y social fue algo que siempre estuvo en primer plano. Skármeta se desempeñó como embajador en Alemania durante el gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006) y a lo largo de su carrera expuso sus ideas con convicción: en Soñé que la nieve ardía (1975) elogiaba el socialismo de Allende y en Insurrección (1982) narraba la revolución sandinista en Nicaragua. En una entrevista con este diario en 2011, el autor se refirió al plebiscito de 1988 y dijo: "La derecha siempre ha tenido una fuerte presencia, pero ese poema que fue la campaña del 'No' tuvo el mérito de mostrarle a los indecisos que la alternativa era entre la dictadura y la libertad".
Laura Gomez
15 de octubre de 2024 - 18:02
miércoles, 16 de octubre de 2024
Una comisión investigadora de la ONU acusa al ejército israelí de cometer “crímenes de guerra y exterminio”
El informe, presentado el 10 de octubre, investigó violaciones del derecho internacional y crímenes “cometidos por todas las partes entre el 7 de octubre y el 31 de diciembre de 2023” en los territorios ocupados (Gaza y Cisjordania) y Jerusalén Oriental.
En las conclusiones se sostiene que los israelíes “han impuesto un castigo colectivo a los palestinos en represalia por los ataques del 7 de octubre que militantes de Hamás dirigieron contra Israel hace un año desde Gaza”.
Según el informe, “el asedio israelí posterior ha impedido que los hospitales reciban alimentos, combustible, agua y suministros médicos, y también ha limitado el número de pacientes que pueden salir de Gaza para recibir tratamiento”. “Israel debe poner fin de inmediato a su destrucción gratuita sin precedentes de las instalaciones sanitarias de Gaza”, declaró en un comunicado Navi Pillay, directora de la comisión que realizó la investigación.
Pillay, ex alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, afirmó: “Israel ha perpetrado una política concertada para destruir el sistema de atención sanitaria de Gaza como parte de un asalto más amplio contra Gaza, cometiendo crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminio con ataques implacables y deliberados contra el personal y las instalaciones médicas.”
En su informe de 24 páginas, la comisión afirma que “las fuerzas de seguridad israelíes han matado, herido, arrestado, detenido, maltratado y torturado deliberadamente a personal médico y han atacado vehículos médicos, lo que constituye los crímenes de guerra de asesinato y maltrato deliberados y el crimen de lesa humanidad de exterminio”.
El informe continúa: “el trato dado por Israel a los detenidos palestinos recluidos en campos militares y centros de detención, entre ellos miles de niños, constituye crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad”. Cita acusaciones de violación y violencia sexual, y afirma que “los palestinos detenidos arbitrariamente son objeto de abusos generalizados”.
Israel “no cooperó con la comisión para la elaboración del informe”, y “obstruyó su investigación” negándole a la comisión investigadora el acceso a Israel y a los territorios palestinos. Los sionistas no solo no contestaron la solicitud de información y acceso a los territorios sino que, además: “Al parecer, funcionarios israelíes prohibieron a profesionales de la medicina y otras personas entrar en contacto con la Comisión”. Algunos médicos israelíes han denunciado que se les prohibió curar a los presos y que dejaron avanzar las infecciones causadas por precintos y esposas hasta que la única alternativa fue la amputación.
No es la primera vez que Israel acusa a la comisión de parcialidad en su contra, pero las relaciones con Naciones Unidas se han deteriorado aún más en el último año de guerra después de que funcionarios de la ONU denunciaron al asalto militar a Gaza como un genocidio.
La semana pasada, cuando Israel conmemoró el aniversario del 7 de octubre en la sede de la ONU en Nueva York, no invitó al secretario general António Guterres ni a ningún otro funcionario.
En junio pasado, la misma comisión publicó un informe donde acusaba tanto a Hamás como a Israel de haber cometido crímenes de guerra. Este informe reitera algunas de esas conclusiones.
Por ejemplo, que los militantes palestinos habían cometido crímenes de guerra al tomar y maltratar a rehenes, tanto civiles como soldados y que “los rehenes fueron objeto de abusos físicos y psicológicos, violencia sexual, aislamiento forzoso y acceso limitado a instalaciones higiénicas, agua y alimentos”.
El Informe reproduce las cifras de Netanhayu de muertos israelíes a manos de las milicias el 7 de octubre y dice que “halló pruebas de malos tratos a civiles y a miembros de las fuerzas de seguridad israelíes en varios lugares, así como evidencias elocuentes de profanación de cadáveres, a saber, profanaciones sexualizadas, decapitaciones, magulladuras, quemaduras, cercenamiento de miembros y desnudamiento de cadáveres”.
La Comisión “documentó la profanación de cadáveres de hombres y mujeres, incluyendo actos sexuales, como el desnudado de sus cuerpos y/o la exhibición pública de esos cuerpos medio desnudos”.
También describe que las milicias avanzaron “incendiando viviendas, disparando contra refugios privados y públicos, sacando a la gente de sus escondites y matando, hiriendo y secuestrando a civiles”. En el punto 16 dice que “de los aproximadamente 3.000 jóvenes que asistían al festival de música Nova en Re’im15, 364 personas murieron a manos de miembros del ala militar de Hamás y otros grupos armados palestinos, y otras 40 fueron secuestradas y trasladadas a Gaza”.
Mucho más adelante, sin embargo, la Comisión vuelve sobre sus pasos y admite que “tiene conocimiento de las denuncias de que las fuerzas de seguridad israelíes utilizaron la Directiva Aníbal para impedir la captura de civiles israelíes y su traslado a Gaza, incluso a costa de matarlos”. Y menciona testimonios, incluso de jefes militares respecto de que hubo “helicópteros de ataque de las fuerzas de seguridad israelíes que dispararon contra automóviles civiles israelíes, lo que provocó la muerte de israelíes”. La Comisión confirmó la presencia de al menos ocho helicópteros de ataque (Apache) en diversos lugares el 7 de octubre, pero no pudo confirmar que dispararan contra civiles o automóviles civiles, ni siquiera en la zona del festival.
La Comisión también documentó una declaración de un miembro de la dotación de un tanque de las fuerzas de seguridad israelíes, que confirmó haber aplicado la Directiva Aníbal al disparar contra un vehículo sospechoso de transportar a miembros de las fuerzas de seguridad israelíes secuestrados.
La Comisión verificó información que indicaba que, en al menos otros dos casos, las fuerzas de seguridad israelíes habían aplicado probablemente la Directiva Aníbal, con el resultado de la muerte de hasta 14 civiles israelíes. Una mujer murió por disparos de helicóptero de las fuerzas de seguridad israelíes mientras era secuestrada por militantes en Nir Oz con destino a Gaza. En otro caso, la Comisión descubrió que algunos o todos los 13 rehenes civiles retenidos en una casa del kibutz Be’eri habían muerto por disparos de tanques israelíes.
El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Danny Danon, rechazó las acusaciones y catalogó al informe como “alejado de la realidad e incluye afirmaciones infundadas sobre Israel”. Por otra parte, les recomendó “centrar su investigación en los crímenes cometidos por Hamás el 7 de octubre y en los rehenes tomados ese día que siguen retenidos en Gaza”.
Sin embargo, la masacre sigue a la vista de todo el mundo. Unas 300 personas murieron en el campo de refugiados de Jabalya en el norte de Gaza desde el inicio de la última operación terrestre israelí en el área hace nueve días, dijo este domingo la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza.
Hussam Abu Safiya, director del Hospital Kamal Adwan, la instalación médica más cercana a Jabalya, dijo que los equipos médicos en el hospital estaban abrumados por el alto número de víctimas que siguen llegando en medio de los intensos combates. Y agregó que el campo de Jabalya estaba ahora "completamente sitiado", lo que hacía imposible llevar suministros de salud, alimentos y los equipos médicos especializados que se necesitan desesperadamente allí.
Olga Cristóbal
15/10/2024
martes, 15 de octubre de 2024
lunes, 14 de octubre de 2024
El sionismo continúa la masacre en Gaza y El Líbano y bombardea hasta a los Cascos Azules
La ONU dijo que tanques israelíes irrumpieron en su base el domingo, las últimas acusaciones de violaciones israelíes contra las fuerzas de mantenimiento de la paz, que han sido condenadas por Hezbollah y por los aliados de Israel.
El ataque fue al comando de la fuerza internacional, que se halla en la zona ocupada por 4 divisiones del ejército sionista (unos 60.000 soldados). Israel ha ampliado las órdenes de evacuación a aproximadamente una cuarta parte del territorio libanés y hay unos 1.200 muertos y más de un millón de desplazados. Los sionistas han arrasado aldeas y convertido las carreteras en polvo. Este lunes ordenó a los residentes de 25 aldeas que evacuen a zonas al norte del río Awali, mientras intensifica sus ataques en la región.
Netanhayu pretende que la fuerza de paz de la ONU se retire hacia el norte, dejándoles un tercio del territorio libre para arrasarlo todo estilo Gaza. Los responsables de Unifil no aceptaron el apriete y la respuesta fueron los bombardeos. Los portavoces militares israelíes dijeron que ellos antes les habían ordenado replegarse y que los atacaron de forma involuntaria. Una “involuntariedad” que se repite.
También el miércoles y el jueves pasados, las tropas israelíes atacaron al contingente de la ONU, que está formado por más de 10.000 efectivos de medio centenar de países y abrieron fuego “deliberadamente” contra la sede y las cámaras de vigilancia del perímetro de la posición hasta inutilizarlas
Mientras, el ejército israelí ha seguido bombardeando de manera intensa zonas densamente pobladas por civiles en la capital libanesa, Beirut.
No parece suficiente. “Los encarnizados combates fronterizos, cuerpo a cuerpo, sugieren que no será fácil ganar”, advierte la CNN. Cuando lsrael lanzó la invasión dijo que cualquier acción sería «limitada» tanto en su alcance geográfico como en su duración. “Pero la realidad sobre el terreno indica que podría estar preparándose para la posibilidad de una guerra mucho mayor”, dice CNN.
Aunque Israel ha asesinado a la plana mayor de Hezbollah e infligió un grave daño a la organización y a la población en general con la masiva explosión de los beepers y walkie-talkies, y los implacables bombardeos, sigue enfrentándose a una feroz resistencia en el sur del Líbano.
El nivel de resistencia de Hezbollah “ha sorprendido a muchos”. “Sobre el papel, el ejército israelí es muy superior a las milicias”. Dispone de armas más sofisticadas, un número significativamente mayor de tropas, mejor inteligencia y aliados más fuertes. Pero fuentes militares sionistas admiten que “estas ventajas no cuentan mucho en el tipo de combate que se libra en las colinas del sur del Líbano, en un terreno abierto y montañoso”.
La organización chiita sigue lanzando cohetes contra Israel con regularidad y algunos proyectiles atravesaron limpiamente los sistemas de defensa antiaérea. El miércoles, dos israelíes murieron por el impacto de un cohete en Kiryat Shmona, a pocos kilómetros de la frontera.
El domingo, un avión no tripulado lanzado desde el sur del Libano, fue capaz de penetrar las defensas aéreas israelíes sin ser detectado y alcanzó la base de la Brigada Golani, una unidad de infantería de elite, a unos 65 kilómetros de la frontera. Golpeó el domingo poco después de las 19 horas, a la hora de la cena, y aunque el ejército no ha revelado ningún detalle, las fotos del lugar dejan claro que el dron alcanzó el comedor de la base. Habría causado por lo menos 4 muertos y 60 heridos, alguno de gravedad. El dron consiguió colarse sin activar los sistemas de alerta. Y no era la primera vez que ocurría.
La represalia israelí el lunes, con bombardeos que llegaron hasta el Norte de El Líbano, causaron una treintena de muertos. Gallant habló con Austin de madrugada y “destacó la seriedad del ataque y la fuerte respuesta que se le dará a Hezbollah” (LN 14/10).
En tanto, el Pentágono dijo el domingo que enviaría tropas estadounidenses a Israel junto con un avanzado sistema antimisiles denominado Defensa Terminal de Área a Gran Altitud.
Daniel Sobelman, experto en seguridad internacional de la Universidad Hebrea de Jerusalén, opina que Hezbollah sigue siendo capaz de atacar: “Es un claro indicio de que está recuperando su equilibrio estratégico y su capacidad operativa.
Si bien el aval a Netanhayu de los israelíes creció con el atentado terrorista con beepers y el asesinato de Nasrallah, un sector importante “no están tan seguros de que entrar en Líbano sea una buena idea”, sobre todo entre los que vivían en el norte de Israel y hace un año están desplazados. Temen que la guerra terrestre dilate el regreso y sea muy mortífera.
Un puñado de jóvenes, como Itamar Greenberg, están dispuestos a ir a la cárcel en protesta contra la guerra. El joven de 18 años es objetor de conciencia, o «refusenik». Greenberg declaró a CNN que se niega a incorporarse al ejército en protesta por la ocupación israelí de Cisjordania, su guerra en Gaza y, más recientemente, su operación en el Líbano.
Gaza
Desde hace dos semanas, mientras mantiene los bombardeos en el sur de Gaza, Israel lleva a cabo una ofensiva implacable en el norte, donde una decena de personas han muerto en las últimas horas en el ataque a un centro de distribución de comida, en una escuela de la ONU en Nuseirat. Y otros tantos en un centro de desplazados en Deir el Balah. Beit Hanun y Jabalia también fueron bombardeados.
“No queda nada de dos hileras de tiendas de Deir el Balah”, describe la reportera gazatí Ghada Oudah. Las llamas, calcula, tardaron alrededor de dos horas en ser extinguidas: “Ha sido horrible: se han quemado vivos sin que pudieran hacer nada por ellos”.
La ofensiva de este octubre es la tercera tentativa de las tropas israelíes por hacerse con el control del norte de Gaza, donde la resistencia armada encabezada por Hamás no ha logrado ser descabezada.
Las tropas de ocupación sionistas tratan nuevamente de acabar con la indomable resistencia armada palestina mediante una incursión terrestre y aérea en la que, según la ONU, se han producido ya “cientos de muertos”. La zona sigue vedada para la prensa internacional y solo hay “un puñado de reporteros locales que, según aseguran, se han convertido en objetivos para los sionistas también”.
“Parte de la estrategia para someter a los cerca de 400.000 gazatíes que quedan en el norte de la Franja es impedir la llegada de alimentos y otros suministros básicos, por ejemplo, para los hospitales, lo que obliga así a la población a desplazarse hacia el sur. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado el “gran número de víctimas civiles en la intensificación de la campaña israelí en el norte de Gaza”.
“Desde el 30 de septiembre, no se ha permitido a Naciones Unidas proporcionar ningún tipo de asistencia, ni siquiera alimentos”, denuncia Lazzarini.
En otro bombardeo este lunes, al menos 18 personas han muerto en una escuela que gestiona la UNRWA en Nuseirat, en el centro de la Franja. “Gaza es un infierno sin fin”, describe Lazzarini en un mensaje en la red social X en el que informa de que la campaña de vacunación de la polio, que iba a llevarse a cabo en las instalaciones desde este lunes, ha tenido que ser suspendida por los daños.
Olga Cristóbal
14/10/2024
domingo, 13 de octubre de 2024
Milei envia tropas a Medio Oriente en apoyo al genocidio sionista
Argentina interviene abiertamente en el bando sionista-norteamericano, en el marco de la matanza sin fin que lleva a cabo en Gaza y de la guerra contra Libano, Siria, Yemen, Cisjordania e Irán.
Como esta decisión requeriría la venia del Congreso Nacional, desde el Ministerio de Defensa señalaron que las tropas solo irían a “entrenar y conocer cómo se desarrollan las actividades de protección de líneas de comunicación naval”. Petri también anunció el envío de fuerzas de la Armada en 2025, de nuevo, “para entender el entorno operativo”.
No es la primera vez que fuerzas armadas argentinas participan de operaciones militares digitadas por el imperialismo. Durante el gobierno de Carlos Menem, como “aliado extra OTAN”, Argentina sumó tropas al Golfo Pérsico durante la guerra de George Bush contra Irak y su antiguo aliado, Saddam Hussein. Más cerca en el tiempo, durante los gobiernos ´nac & pop´ de los Kirchner, militares argentinos participaron de la Minustah una “misión humanitaria” que actuó como una verdadera fuerza de ocupación en Haití. En esa ocasión, el imperialismo cedió la conducción de un consorcio de tropas de diferentes países al mando brasilero, bajo el gobierno de Lula. Milei, en la ONU, habló sobre “abandonar la neutralidad” para apoyar las masacres del sionismo. Pero tal “neutralidad” nunca existió, excepto en el relato libertariano.
Por otra parte, Luis Petri presentó formalmente el pedido de ingreso a la Argentina a la OTAN. Por lo pronto, Argentina fue incorporada al Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania y participa del Programa de Asociación Estatal con la Guardia Nacional de Georgia.
El gobierno libertario ha convertido al país en un engranaje de la guerra mundial del imperialismo, con la complicidad completa de radicales y peronistas.
Emiliano Fabris
10/10/2024
miércoles, 9 de octubre de 2024
Argentina: Macristas, peronistas y radicales blindan el veto de Milei
Semejante abanico de acuerdos no puede ser presentado simplemente como una sucesión de corruptelas individuales. Pone de manifiesto la profunda corriente de apoyo al “golpe” liberticida que recorre a los principales partidos capitalistas. En el telón de fondo de estos respaldos, están los intereses mineros y petroleros, entre otros.
Antes de que el veto se refrendara, Milei había advertido que no pensaba cumplir con el “financiamiento universitario” -el plan, en ese caso, era subsumir el debate sobre el salario y los fondos de las universidades en el debate del presupuesto 2025, cuyo proyecto contempla otro ajuste adicional al ya perpetrado este año sobre las casas de estudio. La victoria del veto le ha ahorrado ese choque: el debate sobre los fondos universitarios del año que viene tendrá lugar cuando se ha consolidado un retroceso de los salarios docentes y no docentes del orden del 50% en 2024.
El rescate del veto concluye una etapa de la lucha universitaria. Desde que se presentó el proyecto de financiamiento, la agenda de los sindicatos universitarios e incluso del movimiento estudiantil giró en torno del destino de este proyecto de ley. Las movilizaciones y paros no respondieron a un plan de lucha propio, sino al recorrido parlamentario del proyecto. Lo mismo ocurrió con la postergada segunda “Marcha federal”, que recién se concretó el miércoles pasado y con el segundo cuatrimestre ya avanzado. La ruta seguida ha mostrado sus limitaciones insalvables: la oposición parlamentaria es, esencialmente, una rueda de auxilio crucial del gobierno de vetos y decretazos. Es lo que ya demostró la cuestión jubilatoria. El arco político que se presenta circunstancialmente opuesto a Milei es el mismo que dejó pasar la ley Bases y la vigencia del megadecreto 70.
En los últimos días, el escenario universitario fue sacudido por un hecho nuevo -la escalada de tomas y vigilias que envolvió a más de treinta universidades en todo el país. Las tomas se anticiparon al pacto político de Milei y el Congreso, y expresaron una desconfianza en el derrotero parlamentario que acaba de truncarse. Es necesario recoger este hilo para plantear las reivindicaciones urgentes que quedaron pendientes -salarios, becas, recortes en las carreras. Con asambleas inmediatas, incluso conjuntas de trabajadores y estudiantes, es necesario debatir una lucha de conjunto que deberá reposar enteramente en la determinación de docentes, no docentes y jóvenes.
Marcelo Ramal
09/10/2024
El genocidio sionista cumple un año
Un asalto al territorio israelí estaba inscripto en el curso de los acontecimientos, del mismo modo que las dos Intifadas, las sublevaciones de masa palestinas de 1987 y 2000. Bajo el gobierno de Trump, EE. UU. suscribió con Netanyahu los “acuerdos de Abraham”, que daban por tierra en forma oficial a la salida ficticia de los dos Estados y establecían a Jerusalén como capital única del Estado sionista; varios emiratos del Golfo Pérsico adhirieron a ese acuerdo y estuvo a punto de hacerlo Arabia Saudita. La expulsión de palestinos de la Cisjordania cobró un impulso mayor, con expropiaciones "legales" e ilegales de tierras y destrucción de viviendas, acciones avaladas en su mayor parte por la Corte Suprema de Israel. Dependiente política y económicamente de Estados Unidos, el sello de aprobación de esta política del sionismo llevaba el sello del imperialismo norteamericano y, más allá, del conjunto del imperialismo mundial. A fin de cuentas, expulsado de Afganistán y luego de su fracaso para imponer un cambio de régimen en Siria, en la guerra internacional que se desató en el marco de la “primavera árabe” a partir de 2011, sólo una nueva guerra podría devolver al imperialismo norteamericano la posibilidad de convertir al Medio Oriente en una plaza fuerte de sus ambiciones internacionales, o sea, Rusia y China fundamentalmente.
El asalto al sur de Israel comandado por Hamás tiene lugar en este contexto. La Franja de Gaza se había convertido, como consecuencia de bombardeos a repetición por parte de Israel, en “la prisión a cielo abierto más grande del mundo”. Sus habitantes son víctimas de la Nakba, la expulsión de sus tierras por parte del sionismo, en 1948; los ‘kibutzim’ que tenían enfrente ocupaban sus propios terrenos. Los gobiernos sionistas se habían asegurado, asimismo, la colaboración de la Autoridad Palestina, para la tarea de reprimir las protestas y la organización de la lucha en Cisjordania. Esta “prisión” se había convertido, a pesar de todo, en uno de los espacios de mayor alfabetización de la población, o sea, altamente politizada. Aunque Hamas es ideológicamente reaccionaria, el asalto fue una acción revolucionaria, pues quebró el cerco sionista, a pesar de su sofisticado sistema de seguridad: la cúpula de hierro. La finalidad del asalto era limitada: canjear presos palestinos, encerrados incluso sin proceso legal y sometidos a vejámenes y torturas, por los rehenes que serían obtenidos mediante los secuestros. El gobierno de Netanyahu declaró a Israel en estado de “amenaza existencial”, lo cual era a todas luces sólo el pretexto para lanzar una guerra que ya tenía preparada. Apenas poco después destruía hospitales y escuelas, con personas adentro, alegando que escondían en la superficie o debajo de ella a militantes de la organización islamista. Desde el mismo comienzo de esta masacre se negó a investigar lo ocurrido durante el asalto, que limitó a la imprevisión de la seguridad estatal. Desde el comienzo, sin embargo, la prensa liberal israelí denunció la aplicación de la doctrina militar Hannibal, que ordena al ejército a disparar sobre la población propia para impedir el secuestro de personas vivas. Estas denuncias fueron corroboradas, después, por la investigación de diversas organizaciones internacionales, incluida la ONU. Al cabo un año de masacres, el famoso ejército sionista sólo ha logrado liberar a tres rehenes, lo que podía haber conseguido, en cambio, por medio de un canje de prisioneros palestinos. Los familiares de estos rehenes se han negado a participar de la conmemoración oficial y han llevado a cabo otra, independiente del Gobierno.
Todo el desarrollo de la guerra es testimonio de que los planes de acción militar del Estado sionista se encontraban listos para su ejecución. Este hecho refuta todos los pretextos acerca de una guerra impuesta por el asalto de hace un año. En la Asamblea General de la ONU, Netanyahu volvió a asegurar la intención de que el Estado sionista se adueñe de toda Palestina y, podemos añadir, de una franja considerable del Líbano. Más importante aún, ofreció a Israel como cabeza de puente para la penetración en Asia Central, lo cual equivale a una guerra con Rusia y China. El sionismo no opera como una fuerza local o enceguecida por delirios nacionales, sino como una punta de lanza de una guerra imperialista internacional.
De todos modos, sin embargo, el imperialismo mundial no se encuentra aún preparado para emprender la guerra que le propone el sionismo por adelantado. Enfrenta la oposición de sus propios pueblos a una guerra, incluso a proseguir la que se libra en Ucrania contra Rusia. Los gobiernos europeos enfrentan una serie de derrotas electorales. Pero la tendencia a la guerra opera más allá de las disputas y confusiones políticas del momento. El desarme político de la clase obrera frente a la guerra es extraordinario, impulsado meticulosamente por sus partidos de "izquierda" y la burocracia de los sindicatos. Algunos apoyan al imperialismo, como ocurre mayoritariamente en la guerra en Ucrania, por un lado, a la Otan, por el otro a la oligarquía capitalista de Rusia: lo mismo ocurre en Medio Oriente, con quienes apoyan a "la democracia" del genocidio.
El rearme político de los trabajadores es la tarea histórica fundamental.
Política Obrera
07/10/2024
martes, 8 de octubre de 2024
Milei, un gobierno de la barbarie capitalista al desnudo
La brutalidad del veto de Milei contra las universidades, ejecutado tan solo dos horas después de que millones de estudiantes y docentes ganaran las calles en todo el país, bastaría por sí sólo para que su gobierno fuera revocado, si tal derecho estuviera contemplado en el régimen constitucional argentino. Además de en Congreso, la movilización fue masiva en todo el interior, con grandes epicentros en Rosario y Córdoba. El ataque a la universidad es una patada contra la juventud y especialmente contra la juventud trabajadora que busca una salida de la mano de la educación pública. Esta juventud que copó el Congreso estuvo ausente del acto oficial apalancado por micros con financiamiento público en Parque Lezama el último sábado. El 9, cuando se trate el veto en el Congreso, será ocasión de una nueva movilización masiva para quebrar al gobierno.
En los fundamentos del decreto que veta la recomposición del presupuesto se defiende sin tapujos un aumento salarial para las universidades del 87% contra el 144% de inflación para el mismo período. El motivo, de acuerdo a Milei, sería la injusticia de reconocerles a los docentes universitarios un aumento inflacionario en el momento en el cual se impone al resto de los sectores de la administración pública una brutal desvalorización salarial. A Milei le viene como anillo al dedo el discurso del radicalismo, que defiende el presupuesto universitario mientras avala privatizaciones y recortes de todo tipo que golpean todas las áreas del Estado. Pero la comparación del gobierno es tramposa, porque la desvalorización del presupuesto educativo y social tiene su contrapartida en la revalorización del único ítem del presupuesto estatal que crece sin freno, que son, por supuesto, los intereses de la deuda externa. La contradicción entre una desvalorización general, no ya solamente del presupuesto público sino también de los activos, la producción y el consumo, por un lado, y el crecimiento de los intereses (y el capital) de la deuda externa, fue siempre el embrión de crisis explosivas en el país.
El sacrificio de la educación, la salud pública, las fuentes de trabajo, los salarios, en aras de recomponer la capacidad de pago de la deuda externa es una expresión de barbarie capitalista, pero por ahora no logra su objetivo de recomponer el acceso al crédito por parte de la Argentina. El veto es la manifestación de que el dominio de estos intereses sociales lleva incluso a violentar los mecanismos institucionales básicos de división de poderes, mal que le pese a Máximo Kirchner, para quien “hay que dejar de patalear” porque se trataría de una facultad constitucional. Pero con los vetos no alcanza, porque el FMI insiste con una nueva y pesada carga devaluatoria que haría volar por los aires el esquema antiinflacionario de Milei. El capital internacional desconfía de la capacidad del gobierno de establecer un régimen estable: muestra de ello es el retiro de la inversión de Petronas de la planta de GNL en Río Negro, que deja la “lluvia de inversiones” de Milei en igual grado de tentativa que la de Caputo con Macri.
Alineamiento internacional
La búsqueda desesperada de financiamiento lleva a la prostitución inclusive de las más firmes convicciones de los liberales libertarios. Así, después de ir a denunciar a las Naciones Unidas la capacidad de veto de Rusia y China, Milei prepara nada menos que un viaje a China para mendigar inversiones porque, dice, tienen menos condicionamientos. Es una expresión de un empantanamiento de fondo. Sin embargo, el viaje no altera los lineamientos fundamentales de la política del gobierno: como lo remarcó Milei en la ONU, la ruptura de la llamada “neutralidad” argentina es para alinear al país en el bando guerrerista de respaldo a la intervención de la Otan contra Rusia y fundamentalmente del expansionismo genocida del sionismo.
Que Argentina haya sido hasta ahora “neutral” en los conflictos internacionales es parte de las fantasías de un gobierno que vio “comunistas” hasta en el gobierno de Larreta. Sin irnos a hablar de Menem, inclusive el archicriticado acuerdo con Irán de Cristina Kirchner formó parte de una maniobra dialoguista del imperialismo yanqui hacia el régimen (el acuerdo con Obama), y no abandonó nunca la acusación a Irán de haber volado la Amia, construida por los servicios de inteligencia a los que nunca se investigó por su rol en el atentado. Ningún gobierno de la burguesía nacional rompió este alineamiento con el imperialismo norteamericano. Las recepciones en la embajada forman parte de los pactos fundantes a ambos lados de la grieta.
Pero el alineamiento militante en un momento en el cual se viene produciendo un genocidio sobre la población de Gaza, en el cual el sionismo amenaza a todos los pueblos de Medio Oriente con el respaldo norteamericano, en el cual la Otan redobla la apuesta contra Rusia, en el marco de contradicciones sociales y nacionales explosivas y de una crisis mundial que acentúa estos choques; ese alineamiento coloca al Estado nacional como gendarme de esta escalada guerrista y como corresponsable de los crímenes y masacres de la Otan y el sionismo en todo el mundo.
La causa contra Vanina Biasi, que deberá prestar indagatoria el 15 de octubre, por su denuncia implacable del Estado de Israel, muestra que para imponer esta orientación el sionismo, el gobierno y el Poder Judicial no renunciarán a intentar amordazar a quienes levantan la voz en defensa del pueblo palestino. Estaremos enfrentando esta línea en las calles el próximo 7 de octubre, cuando concurriremos a Plaza de Mayo a denunciar nuevamente las masacres en la franja de Gaza y la escalada guerrerista del sionismo.
Oposición cómplice
Esta barbarie a la cual el gobierno está arrastrando al país tiene un punto de apoyo en la oposición complice. La masividad de la movilización universitaria contrastó con los discursos adocenados de la burocracia y las fuerzas patronales convocantes, que evitaron a todo trance plantear la necesidad de una continuidad de las acciones para torcerle el brazo a un gobierno que va a recurrir a la compra de votos en el congreso para asegurar el tercio que le permita blindarse. Mientras se anuncian despidos masivos, la CGT se reunió con el gobierno para avanzar en un pacto cada vez mas abierto, que tiene como punto de partida el respaldo del gobierno al unicato sindical, para que la mayor “casta” de este país siga apoltronada negociando con las patronales a costa de los trabajadores. Sólo este sustento opositor explica que el gobierno haya podido hacer pasar el veto a los jubilados, la Ley Bases, el DNU 70, los golpes al salario y las fuentes de trabajo.
Pero los fracasos económicos del gobierno, la inestabilidad política y sobre todo el descontento popular que crece hacen que se empiece a agitar la cuestión de si Milei podrá finalizar su mandato. Lo pone en discusión Guillermo Moreno cuando plantea un juicio político, que vienen rechazando todas las fracciones “oficiales” del PJ. Pero también lo agita Patricia Bullrich, cuando preventivamente y para criminalizar y reprimir acusa de “golpistas” a las movilizaciones populares. En realidad, quien está dando un golpe contra la soberanía popular es un gobierno que impone a fuerza de vetos la enorme confiscación social que estamos viendo. El mismo contenido tienen el protocolo represivo -que otra vez fue arrollado por las masas el 2- y las detenciones y causas a organizaciones y militantes populares. Al advertirle a quienes defienden la universidad, la salud pública o los puestos de trabajo que no van a prosperar en ningún reclamo con este gobierno, empuja a una amplia masa de la población a madurar la idea de que el gobierno debe caer para obtener una respuesta a las necesidades populares más elementales.
Intervenir en la crisis
Este escenario abre un desafío enorme para la izquierda revolucionaria. Por un lado pone a prueba la capacidad de llevar adelante una agitación y un respaldo de las luchas en curso que pueda superar el corset de la burocracia sindical y piquetera, y poner en pie una lucha a fondo por cada uno de los reclamos. Es lo que vienen haciendo los trabajadores del Hospital Garrahan cuando salen masivamente a las calles en defensa del presupuesto para la salud pública. Lo que viene planteando la AGD UBA cuando para y se moviliza junto a los sectores estudiantiles combativos llamando a librar una lucha a fondo contra el gobierno. Está en juego la defensa de las libertades democráticas, contra la escalada represiva y criminalizadora.
Pero al mismo tiempo la situación exige intervenir en la crisis con un planteo capaz de hacer visible a los ojos de la población la necesidad de una lucha a fondo para terminar con este gobierno entreguista y poner en pie una alternativa que reconstruya a la Argentina sobre nuevas bases sociales, oponiéndole al sacrificio en el altar de la deuda externa el no pago y la investigación de la misma, y al ajuste y el hambre una salida propia de la clase trabajadora en defensa del trabajo, el salario, la salud y la educación. Planteando también, frente al alineamiento con las masacres del sionismo y el imperialismo, la unidad internacional de la clase trabajadora y la solidaridad con los pueblos oprimidos.
Una perspectiva de este tipo no se construye mediante una anticipada disputa electoral 2025/27, sino con una izquierda entrelazada en cada lucha obrera y popular como factor organizador en la lucha de clases; o sea, fundando la proyección política de la vanguardia como superación y ruptura de la contención de los fuerzas políticas capitalistas, en particular del peronismo y el kirchnerismo que pretenden polarizar con el facholibertario.
Juan García
lunes, 7 de octubre de 2024
¿Sri Lanka se hizo comunista?
El resultado electoral sacudió el sistema político en el país ¿Por qué está relacionado con el ajuste y los planes del FMI?
Se vino el zurdaje en una isla del Océano Indico
“Sri Lanka eligió a un líder marxista”, “¿quién es el nuevo presidente izquierdista de Sri Lanka?”, “el candidato izquierdista gana las elecciones presidenciales”, son algunos de los titulares estos días.
Se trata de Anura Dissanayake que ganó una elección dando la sorpresa al superar a los partidos tradicionales acusados de llevar al país a una profunda crisis económica.
Dissanayake fue candidato por la coalición Poder Popular Nacional, que unió a sectores de centroizquierda e izquierda. Pero el nuevo presidente es miembro del Frente de Liberación Popular, un grupo surgido en la década de 1960, que se reivindica marxista.
Que significa la elección del nuevo presidente
Es el mayor golpe al panorama político de Sri Lanka en décadas: un rechazo enfático a la élite política que se alternaba en el poder hace años, y cuyas políticas de ajuste llevaron en 2022 a un levantamiento popular por el colapso económico.
Ese año decenas de miles de manifestantes irrumpieron en la residencia presidencial en la capital de Sri Lanka, Colombo. El presidente Gotabaya Rajapaksa se escapó del país.
Más información: El Círculo Rojo. Sri Lanka, las causas detrás del estallido
Luego el parlamento completamente desacreditado votó en forma secreta al exprimer ministro Ranil Wickremesinghe para reemplazar al presidente hasta las elecciones del fin de semana pasado..
En ese tiempo el Gobierno firmó un acuerdo con el FMI que implicó más ajuste y aumento de servicios.
¿Se viene el comunismo en Sri Lanka?
Más allá de los titulares, la realidad es que la propuesta del nuevo presidente fue de algunas reformas moderadas.
Sus promesas fueron transparencia, de exigir responsabilidades a los dirigentes políticos anteriores por corrupción y de acabar con la cultura de privilegios de los parlamentarios resultaron populares, al igual que su promesa de renegociar los términos de un préstamo de 3.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, que se considera que conllevará duras condiciones de austeridad.
Sumemos que tuvo que adelantar las elecciones para el parlamento porque la coalición que asume tiene solo 3 bancas.
Sumemos relaciones exteriores de Sri Lanka en un momento de creciente tensión geopolítica en la región. En el pasado, el JVP ha tenido estrechos vínculos con China. Hasta hace poco se oponía ferozmente a la influencia india en Sri Lanka.
Pero volvamos al comienzo, más allá de los títulos un poco exagerados, la elección muestra que la rebeldía que genera el ajuste impuesto por el FMI, la inflación y la precarización de la vida, se pueden expresar por izquierda.
Diego Sacchi
@sac_diego
Viernes 27 de septiembre 09:10
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