sábado, 8 de septiembre de 2012
“El hombre que amaba a los perros”
"El hombre que amaba a los perros" es una novela cuyo autor es Leonardo Padura, cubano que a través de una ficción enclavada en la historia quiere dar cuenta de como se pervierte la principal utopía del siglo xx.
Por fin una novela sin la levedad posmoderna, al fin un texto de verdadera calidad literaria, el texto de Leonardo Padura nos obliga a repensar uno de los grandes dramas histórico del siglo XX.
La novela se ajusta a la teoría planteada por el Premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, con quien discrepamos totalmente de sus posiciones políticas, ya que como buen neoliberal posmoderno ha tomado la noble tarea humanizadora de defender los intereses de los más poderosos, incluso encontrando ciertos elementos liberales progresivos en los planteamiento del Tea Party norteamericano. Con todo su tesis de: “la verdad de las mentiras” en literatura, paradoja dialéctica que define a gran parte del quehacer novelístico, es aplicable a la novela de Padura, es decir, a través de una ficción muy bien articulada con la historia podemos penetrar en los entresijos de un drama colosal que echó por los suelos la gran utopía del siglo XX, dejando sumidos a muchos en las más aterradora de las desesperanzas.
Cuando uno piensa en esa tesis, también dialéctica, en la cual, lo uno se vuelve en su contrario, esta fórmula abstracta encuentra su expresión concreta en lo ocurrido con el ideal del socialismo marxista en Rusia que expresaba un gran paradigma liberador; y de proceso de liberación es convertido por obra de poderosas fuerzas sociales, el atraso de la formación social rusa, en la peor pesadilla totalitaria y burocrática, que pasó a llamarse “Socialismo real”. Stalin y el stalinismo actuaron como portadores y sepultureros del gran ideal humano y humanista del socialismo. La represión burocrática suprimió totalmente todas formas de la nueva democracia socialista (los soviets) que son consubstanciales al proyecto socialista.
Aún hay gente de izquierda que le cuesta entender que el triunfo de Stalin fue el triunfo de la contrarrevolución, no es ninguna casualidad, ni ninguna coincidencia que quien más eliminó físicamente a revolucionarios comunistas sea Stalin, ni los peores fascistas pueden igualar el record sangriento de la dictadura bonapartista de Stalin. Una parte de ese proceso que va desde la liberación, la primera república de los soviets, a la más terrible dictadura opresiva de los trabajadores esta descrito en esta magnífica novela.
¿Qué pasó con el socialismo del siglo XX?
En realidad no pretendemos contestar acabadamente en este espacio una pregunta tan compleja como esa, solo queremos plantear una reflexión general sobre esta cuestión,
Los principales intentos de construcción socialista se dieron en países de un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, cuestión que también determinó elementos subjetivos culturales, como niveles de conciencia y cultura política cuyo acumulado en el caso ruso se extinguieron o desgastaron en la guerra civil. Un ejemplo de este tipo de factores es cuando Lenin ve tardíamente tendencias al despotismo en Stalin que provenían de lo profundo de las características de los regímenes de dominación de la historia rusa. El “déspota oriental”. Este tipo de condiciones objetivas y subjetivas fueron las que en última instancia determinaron los procesos de burocratización y de restauración finalmente del capitalismo.
El planteamiento anterior resultaría demasiado mecánico y determinista sino lo matizamos con la ley del desarrollo desigual y combinado que explica los desarrollos de países como Rusia, China y otros en que se produce una combinación explosiva entre desarrollo y atraso. Quizás algunos países de Europa del Este escapen relativamente a esta determinación, decimos relativamente porque Alemania estaba dividida y Checoeslovaquia unida artificialmente, además fueron sometidas coercitivamente a la aplicación de un modelo. No tengo respuestas definitivas este es un problema abierto al análisis y la discusión, pero hay que reconocer que el peso del factor político es decisivo ya que una conducción política revolucionaria, habría orientado a la única salida viable al problema, que es la extensión y triunfo de la revolución sobre todo a la Europa occidental. Como esto no ocurrió surgió la “teoría” stalinista del “socialismo en un solo país” y posteriormente en un solo bloque y con eso el socialismo ya tenía los días contados, ya que empezaron a operar las determinaciones del atraso, el socialismo será “histórico universal o no será”, la cuestión de la liberación, es una cuestión del conjunto de la humanidad.
Volviendo a la novela el hecho de reconocer sus virtudes no significa compartir todo lo que allí se dice, me parece que le faltó al autor una comprensión cabal de las propuestas políticas de León Trotsky, lo que si queda claro es que quien quiera adentrarse en el problema hay dos libros que están mencionados en la novela que son de indispensable lectura. La famosa trilogía de los Profetas de Isaac Deutscher y la Revolución traicionada del propio Trotsky. Estos libros, confiesa Iván el personaje cubano de la novela le resultaron muy útiles a la hora de entender tan complejas y dramáticas situaciones. Celia Hart la revolucionaria cubana también confesaba lo útil que le significaron a ella ambos libros en la comprensión del fenómeno de la degeneración burocrática.
Ahora el drama individual de un tipo como Ramón Mercader del Rio, que de creyente y abnegado militante comunista es convertido por la KGB en un asesino fanático, es también el drama de muchos militantes comunistas que creyeron ciegamente en las directrices stalinistas.
Pero en realidad el mayor crimen de Stalin fue echar por tierra el proyecto de liberación social de la humanidad, haciendo un daño incalculable al proyecto socialista.
Por último tampoco comparto con la novela el pesimismo final y la tendencia a la igualación entre trotskismo y stalinismo, según el desesperanzado protagonista de la novela hubiera resultado lo mismo. Iván termina suicidándose. Creo que la humanidad, los revolucionarios encontrarán una salida progresiva.
Leonardo Gabriel Ogaz Arce
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