martes, 10 de mayo de 2022

Elecciones en Irlanda del Norte: la victoria del Sinn Féin


Por primera vez, desde que Irlanda fue brutalmente dividida, un partido nacionalista irlandés gana una elección autonómica en Irlanda del Norte. Dicho territorio es parte del Reino Unido y sus estructuras políticas han sido diseñadas para garantizar el dominio unionista, es decir probritánico. Aun así el Sinn Féin, que fue el brazo político del hoy disuelto Ejército Republicano Irlandés (IRA por sus siglas en inglés), dio el gran batacazo encendiendo las alarmas en Londres. 
 Los cómputos arrojaron los siguientes datos: Sinn Féin obtuvo 250.388 votos, un 29% frente a los 184.000 votos que equivalen al 21,3% del Partido Unionista Democrático (DUP). Tercero, el partido liberal, Alianza, con el 13,5% el cual no se identifica con ninguna de las dos fracciones sociales de Irlanda. Con respecto a las elecciones pasadas el voto del Sinn Féin solo aumentó un 1,1%. Sin embargo, los guarismos se explican en la caída electoral del 6,7% del DUP. De los 90 escaños que componen la Asamblea de Belfast, el Sinn Féin ganó 27, mientras que el DUP obtuvo 24 y Alianza alcanzó los 17, el resto se lo reparten otras fuerzas. 
 Con la victoria, el Sinn Féin puede nombrar a un Primer Ministro ejecutivo por primera vez en 101 años de historia. Pero siguiendo el acuerdo de paz del Viernes Santo, que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, la segunda fuerza debe nombrar al viceministro para establecer un reparto del poder entre ambos bloques. Según los medios de comunicación, las negociaciones se anuncian difíciles. Esto debido a que los unionistas se niegan a integrar el gabinete mientras persistan los controles aduaneros entre la isla y el resto de Gran Bretaña, establecidos por los acuerdos del Brexit. Como ya auguran varios analistas políticos, el ejecutivo de Irlanda del Norte corre el riesgo de quedar paralizado por la negativa del DUP a ser un segundo violín del Sinn Féin, y el estancamiento político podría generar tensiones. 
 Este posible empantanamiento ya se ve con preocupación desde Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson -debilitado por el revés en las elecciones en el resto del país, el escándalo de las fiestas durante el confinamiento y las dificultades económicas- tendrá que lidiar con los resultados en Belfast. Más que nunca sobrevuelan los fantasmas de un referéndum sobre la reunificación de Irlanda, que implicaría la salida de la isla del Reino Unido.

 Crisis política y crisis social 

Irlanda del Norte no ha tenido un gobierno que funcione desde que Paul Givan, del DUP, renunció como primer ministro en febrero. Actualmente, está gobernada por ministros interinos, que no pueden aprobar nuevas leyes o presupuestos. 
 El "Protocolo de Irlanda'' que fija a Irlanda del Norte dentro del sistema aduanero y el Mercado Común europeo ha sido en gran medida uno de los puntos centrales de la crisis del DUP. No solo porque los unionistas más radicales entienden dicha regulación como una división de hecho con el Reino Unido, sino también porque el envío de mercancías, desde cualquier ciudad británica a Irlanda del Norte se toma como una exportación, y esto ha jalonado un aumento de precios y escasez. De hecho, la campaña del Sinn Fein se centró en la denuncia de las malas condiciones de atención médica y el permanente aumento en el costo de vida, que afecta principalmente los precios del combustible y los alimentos, motivo de protestas sociales en los últimos meses. Esta situación se agravó notablemente durante la pandemia del Covid-19 y luego se profundizó aún más con la guerra entre Rusia y Ucrania. De esta manera, el Sinn Féin se benefició del profundo rechazo hacia el gobierno de Johnson. 
 Los trabajadores norirlandeses no han estado ausentes en este panorama; en la última semana, trabajadores del transporte, estatales, la manufactura, la educación y la economía informal han votado ir a huelga. Los trabajadores de Caterpillar y las autoridades educativas han estado en lucha contra las ofertas salariales por debajo de la inflación. Incluso, frente al centro de conteo electoral de Belfast hubo protestas de los trabajadores del consejo contra su miserable oferta de pago del 1,75%. 
 Una Irlanda unida bajo los intereses de la burguesía irlandesa no resuelve las reyertas entre los trabajadores católicos y protestantes, solo la unidad socialista de las Irlandas bajo la dirección de los trabajadores podrá quebrar el sectarismo. La tarea de los trabajadores en ambos lados de la isla es romper con los partidos de la burguesía irlandesa y británica, que no tienen nada que ofrecer a los asalariados. La lucha contra el ajuste y la miseria va a necesitar de un gran movimiento obrero que se proponga como alternativa política. 

 Mauri Colón 
 09/05/2022

No hay comentarios: