miércoles, 31 de diciembre de 2014
Muere integrante cubano de la columna del Che en el Congo
El combatiente internacionalista Francisco Borge Belén Cervantes, integrante de la columna de Ernesto Che Guevara en el Congo desde 1964 hasta 1966, falleció Santiago de Cuba víctima de cáncer.
Belén Cervantes, nacido en una fecha tan especial para los cubanos como el 10 de octubre, contaba al morir con 76 años de edad.
Este majagüense fue fundador de los órganos locales del Poder Popular como delegado de la comunidad Los Hoyos, y militante del Partido Comunista de Cuba por más de cinco décadas.
El Negro Belén, como cariñosamente lo llamaban familiares y amigos, cambió su nombre por Leonel Nogueira Quirós en la misión del país africano, donde fue ascendido a teniente y jefe de armamento, por el Guerrillero Heroico.
En declaraciones a la AIN hace cuatro años, Belén dijo que el día del encuentro con el Che en tierra congoleña no lo olvidaría jamás, pues lo reconoció diciéndole que él era el Negrito de la Crisis de Octubre, en alusión a los días que compartieron juntos durante aquellos acontecimientos.
El majagüense Isaías Ulloa Pérez de Corcho manifestó sentir dolor por la pérdida de su amigo, porque Francisco encarnaba al revolucionario incondicional de principios morales y éticos, al trabajador ganadero que amaba los animales y al padre ejemplar.
Entre las condecoraciones que recibió Belén están la Medalla de Combatiente Internacionalista de primera clase, Liberación de Angola, 50 aniversario de las FAR, 28 de Septiembre, y la distinción Alfredo Corcho Cintra, que otorga el sindicato agropecuario.
17 instantes de un libro: “El 71. Anatomía de una crisis”
A través de 17 capítulos, 324 páginas, de las que 18, están dedicadas a recopilar una bibliografía minuciosamente consultada y que sobrepasa las 150 entradas; con una tirada de mil ejemplares; Jorge Fornet Gil (1963), estructura una cronología exhaustiva de lo ocurrido en 1971, al punto que permite el acercamiento, no solo a los 12 meses del año, sino a toda una época llena de definiciones y estremecimientos de la sociedad cubana y de la intelectualidad internacional de izquierda en general[i].
El 71. Anatomía de una crisis, fue publicado durante el año 2013 por la Editorial Letras Cubanas, y resultó seleccionado Premio de la Crítica.
Fornet Gil es autor de otros varios textos: La pesadilla de la verdad (1998), El escritor y la tradición: en torno a la poética de Ricardo Piglia (2005), ¿Para qué sirven los jarrones del Palacio de Invierno? (2006), que obtuvo los premios Alejo Carpentier y de la Crítica. Es Director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas y se graduó de Doctor en Literatura hispánica en El Colegio de México.
Este es un libro casi imposible de encontrar, pues con una edición de mil ejemplares –lo admite el pie de imprenta- ha servido para concretar su existencia, aunque sin potenciar su presencia, aun cuando era sabido que un estudio de ese año y añado, de ese tipo y envergadura, tendría muchísimos más lectores ávidos de conocer los vericuetos y condiciones por los que se llegó al clímax dramático del momento[ii].
El 71. Anatomía de una crisis encuentra su sentido en la recuperación de la atmósfera social, política, económica y cultural de un año de mucha tensión, en el que se sucedieron importantes acontecimientos.
Pero El 71…. no se queda solamente enfocado al tema cultural, se adentra en una serie de reflexiones y elucubraciones sobre momentos importantes y álgidos de la Revolución cubana que resultarán definitorios para los años posteriores y que tiene sus consecuencias lógicas en la actualidad.
Con la fluidez de la novela, con la profundidad de un ensayo y a la manera del cronista; el autor nos presenta un texto finamente acabado, con lo necesario de especulación y de visión hacia lo ficticio; pero ni satanizando ni sublimando, este libro, toma el espacio de distancia necesario para acercarnos a este complejo año y privilegiar el análisis.
Dos sucesos ocupan la trama central en el libro, el “caso Padilla” y las consecuencias de la celebración del Primer Congreso de Educación y Cultura. Analizar cuarenta años después en cartas, discursos, declaraciones, revistas y periódicos concebidos en medio de lo que fue, casi literalmente, una batalla, le permite a Fornet no solo entender los excesos, las pasiones, sino también evaluar sus consecuencias, sobre las que unos y otros contendientes perdieron el control[iii].
Ante una investigación de esta naturaleza pudiera pensarse que ya el año 71 y sus antecedentes inmediatos han sido superados; sin embargo, tras leer el libro, el efecto que deja puede ser exactamente su contrario, por las asociaciones que promueve, partir de la lectura de los datos que reúne y las ideas que aporta, porque muchos de ellos son poco conocidos hasta ahora y porque debería generar sucesivos estudios que lo complementen y, por qué no, que polemicen con El 71…
En 1971, “el país abandonaba, exhausto y desconcertado, una época que pondría fin, por otra parte, a un modelo económico y político[iv]”; entonces se comenzó a profundizar una sintonía política entre Cuba y la Unión Soviética por la que hubo que transitar, un largo y en ocasiones escabroso proceso, una relación erizada de tensiones y distanciamientos, una alineación que durante años se prefirió eludir [v]; y que continuaría ya de otra manera cuando Cuba tomaría abiertamente parte en el conflicto angolano, a mediados de los años 70, como un modo de participar activamente en la geopolítica global y potenciar su papel en ella…, una forma de establecer un camino propio, no necesariamente coincidente con el propugnado y transitado por la Unión Soviética[vi].
El libro permite aprendizajes fundamentales; el reconocimiento que la cultura aparece como síntoma de fenómenos que la exceden, desde la perspectiva no solo anticolonial, sino del gozo y disfrute de libertades que otros no dispusieron por razones lógicas de época y momentos históricos, así como el esclarecimiento de historias no enmarcadas contextualmente con precisión, con lo que se enriquece la valoración de los sucesos ya mencionados como fueron la realización del Congreso de Educación y Cultura, el llamado “caso Padilla”, así como la ruptura de vínculos con intelectuales que hasta el momento habían “acompañado” al proceso revolucionario cubano, la “adhesión luminosa” de Julio Cortázar, el permanente apoyo de Mario Benedetti, entre muchos, la actitud desafiante de Haydée Santamaría y la lealtad, de la mayoría de nuestros mejores artistas[vii].
Si entendemos el socialismo como la posibilidad de emancipar, desenajenar, descolonizar a una sociedad y a los individuos que la componen, y desarrollar los derechos de la ciudadanía, sus capacidades personales y sus estructuras sociales para permitir una mayor socialización del poder y de la propiedad; el daño infringido a la cultura jamás quedará limitado a sus espacios o sus representantes. Ese dilema entre emancipación y exclusión es una de las ideas que atraviesa todo El 71[viii]…
Pero al analizar la anatomía de las crisis, nos lleva a acercarnos a estas desde la óptica de Albert Einstein:
“Las crisis son la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”[ix].
Durante las crisis se dan las posibilidades y las coyunturas para que se produzcan los cambios en cualquier aspecto de una realidad, no siempre de una forma organizada o estable, pero sujeta a evolución.
Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían solo reacciones automáticas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución. “Los grandes acontecimientos históricos son producto de las crisis”[x].
El 71. Anatomía de una crisis llama a la reflexión y al análisis, desnuda los hechos de un “año mediocre”. “No solo por el poder que adquirió entonces la ´mediocracia´, sino porque tras el agotamiento de la épica y la atenuación de la singularidad o la excepcionalidad cubanas, se empezó a pensar en función de la medianía. Podría decirse en términos espaciales, que el período de expansión de la década precedente, lo sucedía otro de contracción”[xi].
Este es un libro que intenta explicar lo ocurrido durante los años anteriores y durante 1971, y logra acercarse a las causas y a los efectos que se desprendieron de aquel momento, de la ruptura del consenso que Palabras a los intelectuales había creado y que establecía un equilibrio en las relaciones culturales. No es un libro ingenuo, es un libro complejo y difícil, que no deja un sabor amargo al final de su lectura, aunque si presupone muchas interrogantes de cara al futuro. Es un texto sereno, ecuánime y decente, contiene tachas, las necesarias para poder tratar de acercar y hacer comprender al lector el período que se estudia y la sucesión de acontecimientos que marcaron la Historia de Cuba, que la continúan y continuarán marcando.
F. Vladimir Pérez Casal
Notas
[i] Ver a Fernández de Juan, Laidi enhttp://www.lajiribilla.cu/articulo/7567/el-escrupuloso-analisis-de-un-ano-mediocre
[ii] Ver a Padura, Fuentes, Leonardo en:http://www.ipscuba.net/index.php?option=com_k2&view=item&id=9901:el-71-anatom%C3%ADa-de-una-crisis&Itemid=11
[iii] Ver en Arango, Arturo:http://www.lajiribilla.cu/articulo/7173/el-71-en-perspectiva
[iv] Fornet Gil, Jorge (2013): El 71. Anatomía de una crisis. Editorial Letras Cubanas, pág. 16.
[v] Fornet Gil, Jorge (2013): El 71. Anatomía de una crisis. Editorial Letras Cubanas, pág. 26.
[vi] Fornet Gil, Jorge (2013): El 71. Anatomía de una crisis. Editorial Letras Cubanas, pág. 261.
[vii] Ver a Fernández de Juan, Laidi enhttp://www.lajiribilla.cu/articulo/7567/el-escrupuloso-analisis-de-un-ano-mediocre
[viii] Ver a Fernández de Juan, Laidi enhttp://www.lajiribilla.cu/articulo/7567/el-escrupuloso-analisis-de-un-ano-mediocre
[ix]http://www.renuevodeplenitud.com/reflexiones-la-crisis-segun-albert-einstein.html
[x] Castro Ruz, Fidel, ver enhttp://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/fidel-castro.html
[xi] Fornet Gil, Jorge (2013): El 71. Anatomía de una crisis. Editorial Letras Cubanas, pág. 6.
domingo, 28 de diciembre de 2014
viernes, 26 de diciembre de 2014
El Che en Montevideo, 1961
El 17 de agosto de 1961 Ernesto "Che" Guevara habló en el Paraninfo de nuestra Universidad ante autoridades universitarias, estudiantiles, el querido Salvador Allende en representación del Senado chileno, dirigentes del movimiento en solidaridad con Cuba y cientos de personas dentro y fuera del local.
Tan sólo cuatro meses antes, en abril, había protagonizado junto a Fidel y muchos cubanos más, la resistencia de la invasión militar de Estados Unidos a Cuba, ordenada por John F. Kennedy.
Irónicamente el imperialismo se disfraza tras la consigna "Alianza para el progreso", desarrollando una conferencia en Punta del Este, que comenzara en enero y culminara en agosto de ese mismo año. Donde abiertamente se busca la expulsión de Cuba de la OEA (Organización de Estados Americanos) y donde el Che en su discurso deja al desnudo la verdadera naturaleza del gobierno estadounidense. El 16 de agosto Cuba no vota el documento final de la conferencia. Al día siguiente varios fueron los intentos fascistas por impedir el acto en el Paraninfo.
Al término del mismo, el Che salió por una puerta lateral junto a Allende. Alguien le disparó, pero la bala hirió mortalmente al profesor universitario Arbelio Ramírez. Aunque nunca fue encontrado el asesino, este hecho no pudo ni podrá borrar de la memoria el significado de su presencia.
Previo a la oratoria del Che se escuchan palabras de presentación de Victorio Casartelli y Luis Gil Salguero por parte de los organizadores del acto.
domingo, 21 de diciembre de 2014
Una gran victoria política de Cuba
Espectacular giro en las relaciones de Estados Unidos y Cuba
En lo inmediato lo que más impactó fue la liberación de los tres cubanos presos en EE UU y del espía estadounidense preso en Cuba. Pero la noticia va muchísimo más allá. El imperio debió admitir su fracaso del bloqueo.
Lo primero que se puede decir es que cuando Cuba negocia discretamente algún tema con un gobierno, en este caso el de EE UU, todo se mantiene en secreto hasta que llega el día de los anuncios. Y así fue en esta compleja discusión entre Raúl Castro y Barack Obama, con intervención colateral de Canadá y el Vaticano, a quienes agradecieron los dos primeros por su facilitación del diálogo.
Así discutieron bastante pero sin que se colara a la prensa, seguramente para que la derecha republicana y demócrata de EE UU, opuesta a la negociación con el gobierno cubano, no pudiera poner el grito en el cielo y estropeara el acuerdo.
Antes del mediodía de ayer 17/12, cuando el espía norteamericano Alan Gross ya volaba hacia su país y los tres prisioneros cubanos antiterroristas habían salido de sus prisiones rumbo a La Habana, recién allí se destapó la noticia “bomba”. Esas liberaciones habían sido acordadas en sus aspectos finales por los dos presidentes involucrados, en una conversación telefónica de la noche anterior.
Cuando Castro extendió su saludo a Obama en diciembre de 2013 en Sudáfrica, cuando se encontraron entre varios mandatarios en el sepelio del gran Nelson Mandela, ¿alguien habrá imaginado que entre ambos estaba por empezar una negociación como la que terminó felizmente ayer?
Los tres cubanos
Siempre se habló de cinco cubanos, lo que sucede es que dos de ellos fueron liberados en los últimos dos años y restaban tres en las prisiones estadounidenses. Incluso esos liberados seguían hablando de cinco, porque dijeron que recién se considerarían completamente libres cuando también lo estuvieran sus otros compañeros.
En mayo de 2013 cumplió su larga condena de 14 años René González y pudo volver a Cuba. En marzo de 2014 arribó Fernando González, al que tampoco le regalaron en el imperio ni un día anticipado de libertad.
Ambos eran miembros de la “Red Avispa”, montada por la seguridad cubana en territorio norteamericano pero al exclusivo fin de monitorear a los terroristas de la mafia cubano-americana que ponían bombas en los hoteles de La Habana para sabotear el turismo, entre varias otras acciones violentas. En 1997 asesinaron al turista italiano Fabio Di Celmo, luego que un mercenario centroamericano pusiera una bomba en un hotel, todo pagado por Luis Posada Carriles, el mismo agente ligado a la CIA que había organizado el atentado contra Cubana de Aviación en 1976 y que provocó 73 muertos en el avión que cayó sobre Barbados.
La “Red Avispa” no picaba a ningún objetivo estadounidense: ni a la General Motors, el Citibank, el Capitolio ni al Pentágono. Sólo husmeaba en los círculos cubano-americanos que hacían terrorismo contra la Patria de José Martí.
Cuando el gobierno cubano hizo llegar a Bill Clinton los elementos de prueba que habían colectado sus hombres “in situ”, el presidente del Salón Oral (léase Oval) ordenó las detenciones de éstos, en vez de desmantelar a los grupos terroristas.
Y así fue como el 12 de setiembre de 1998 los cinco cubanos fueron detenidos. Se los juzgó en Miami, capital de la intolerancia contra Cuba, sobre todo en ese tiempo (ahora las cosas están cambiando como se comentará más adelante). Y en una parodia siniestra de “juicio”, en 2001 fueron sentenciados a 4 cadenas perpetuas y 77 años de prisión, en conjunto.
Las apelaciones de la defensa lograron algunas revisiones a la baja, pero leves. Como quedó dicho, René y Fernando González cumplieron 14 y 15 años de prisión. Quedaban Gerardo Hernández, condenado a dos perpetuas y 15 años de prisión, que iba a morir en la cárcel; Antonio Guerrero, a 22 años y Ramón Labañino, a 30 años.
Estos tres últimos son los que salieron en libertad ayer, luego de estar 16 años presos, en cambiantes cárceles, nunca juntos y en algunos casos, como Gerardo, sin haber podido recibir nunca la visita de su esposa Adriana Pérez, porque Washington no le daba la visa.
El 17 de diciembre fue un día de júbilo para Cuba y sus más de 11 millones de habitantes, pero especialmente para esas familias. Es un gran día, dijo Ignacio Ramondet a Telesur. Estaba en lo cierto.
El espía
El norteamericano Alan Gross, liberado ayer por el gobierno de Castro, había estado detenido desde 2009 y juzgado en 2011.
Gross era contratista de la USAID, la agencia que muchas veces actúa como tapaderas de la CIA. Y con la excusa de visitar y organizar a la colectividad judía de la isla, ingresaba equipos de telecomunicaciones y tecnologías satelitales para organizar una red de espionaje.
Lo arrestaron en diciembre de 2009 cuando realizaba su quinto viaje a Cuba, con computadoras, teléfonos celulares, discos duros y equipos de telecomunicaciones, para trabajar con estos fines. Según la prensa cubana “entre sus materiales contaba con chips informáticos para teléfonos móviles como los que usa la CIA y el Pentágono para evitar la detección electrónica de señales telefónicas”.
El espía tuvo un juicio justo, con todas las garantías y defensas. Además de las varias pruebas en su contra, se le cayó la excusa de visitas a la comunidad judía, pues ésta dijo que no lo conocían. En cinco viajes no se había ocupado de ellos. Lo condenaron a 15 años de prisión, de los que cumplió 5. Junto con él la isla liberó a otro espía norteamericano de nacionalidad cubana, no identificado, que estaba preso hace tiempo y que círculos del gobierno de Obama admitieron que se trataba de “uno de nuestros mejores espías en Cuba”. Fue de yapa, en un momento de generosidad del gobierno de Raúl Castro, que quería asegurar el éxito de un intercambio espectacular y muy favorable para su pueblo, que a su vez abría una nueva etapa de las relaciones con el hasta ahora mal vecino.
Lo más importante
Desde el punto de vista del gobierno de Cuba lo acordado con Estados Unidos el miércoles no supuso ningún cambio a sus puntos de vista y declaraciones oficiales.
Desde 1961 –fecha de la ruptura de relaciones entre los dos países en el año de la invasión derrotada en Playa Girón- Fidel Castro y luego su reemplazante Raúl siempre dijeron que estaban dispuestos a normalizar las relaciones con EE UU sobre la base del respeto recíproco y en pie de igualdad. En esencia eso mismo dijo ayer el mandatario cubano en su esperada intervención por radio y TV de las 14 horas (hora de Argentina).
El orador reiteró ese deseo de normalizar las relaciones diplomáticas y solamente planteó, con mucha honestidad, que a pesar de gran paso adelante dado con las liberaciones de los detenidos, eso no quiere decir que lo principal esté concluido. Se refería a que Cuba quiere que el imperio levante el bloqueo, como lo demandó en setiembre pasado la 69° Asamblea General de la ONU una vez más, con 188 votos a favor y 2 en contra (EE UU e Israel).
Por el lado norteamericano hay que destacar el gesto positivo de Obama, que al comienzo de su primer mandato aprobó algunas flexibilizaciones del bloqueo en cuanto a viajes y remesas de dinero de los familiares a la isla, pero que luego se convirtió en el presidente que más multas impuso a las empresas y bancos que comerciaban con La Habana.
Evidentemente el afroamericano ha dado un volantazo notable, un giro sino de 180 grados al menos de unos cuantos grados. Ha admitido que el bloqueo había fracasado y que no se debía seguir aplicándolo con el fin de llevar a la población cubana al colapso, tal el sentido de esa política criminal comenzada en forma total en febrero de 1962.
Se abrirá la embajada norteamericana en La Habana, donde hoy hay una Sección de Intereses. Y a demanda de Cuba se mejorarán el correo postal y las telecomunicaciones. Todo eso es positivo pero a condición que sea la antesala del fin del bloqueo que hasta ahora provocó un perjuicio directo de 116.880 millones de dólares, a precios corrientes.
¿Levantará EE UU ese bloqueo? Los anuncios de Obama fueron en esa dirección, pero tendrán resistencia en el lobby anticubano que integran corrientes de su mismo partido y el republicano, entre ellos los senadores Marco Rubio y Bob Meléndez, y la congresista Ileana Ros-Lehtinen, entre varios más.
Los defensores del bloqueo hoy nadan contra la corriente, porque aún en La Florida el 63 por ciento de los cubanos que viven allí se han manifestado a favor de terminar con esa anacrónica medida.
En junio de 2001, al conocerse el vergonzoso fallo que condenó a los cinco cubanos en Miami, Fidel Castro dijo que “los cinco volverán”. Han vuelto ayer en un día histórico. El cronista elige como un destinatario del festejo a alguien que no llegó a verlo: el abogado de los Cinco y en especial de Antonio Guerrero, Leonard Gleinglass, que falleció en 2011 y no pudo ver cómo su defendido podía ganar su ansiada libertad. Gleinglass fue el letrado de los 7 de Chicago que protestaban contra la Guerra de Vietnam, Jane Fonda, Angela Davis, Mumia Abu Jamal y tantos otros perseguidos políticos en el imperio. Con toda sapiencia y dedicación defendió a Antonio pero no pudo salvarlo porque en 2001 en Miami hubo un linchamiento nada judicial. Gleinglass hubiera sido feliz como un cubano más este 17 de diciembre.
Emilio Marín
La Arena
La amada mortal
Cuando el genial Beethoven escribió la carta a su amada inmortal, quizá siempre supo que nunca sería leída. Compuso música que no pudo oír y a lo mejor, también compuso un amor que no pudo compartir. Como toda singularidad, puede conmovernos aunque no la entendamos. Beethoven fue una singularidad. Fidel Castro también. Una singularidad tiene una marca insoslayable: no se repetirá nunca más. Una singularidad ni siquiera puede ser copiada o imitada. No hay segundas versiones. No hay remake que valga.
"El Estado tiene razones que el corazón no entiende"
Aforismo AG
Cuba revolucionaria es una singularidad en América. En toda la América. Mi primer curso en La Habana lo di en el año 1997 invitado por mi amiga y camarada Reina Rodríguez Mesa, en ese momento Jefa del Servicio de Psiquiatría del Hospital Joaquín Albarrán. De lunes a viernes dando una conferencia con la imagen del Che a mis espaldas y más de un centenar de colegas de varias generaciones.
Desde ese curso comenzó a soldarse un vínculo amoroso y político que nunca podrá disolverse. Yo había estado en La Habana en 1985 en ocasión de la Conferencia sobre la Deuda Externa de América Latina y el Caribe. Fui como delegado de la Confederación Socialista Argentina cuyo secretario general era Héctor Polino.
Tengo todavía el video en formato VHS de la conferencia del cierre de Fidel que duró 5 horas y parecieron 5 minutos. El permanente intercambio con mis colegas de la isla permitieron que por la infinita generosidad cubana, fuera designado miembro de honor de la Sociedad Cubana de Psiquiatría. Y no quiero renunciar a ese honor y tampoco quiero renunciar a ninguna lucha. Creo que para la izquierda clasista el pensamiento crítico es tan necesario como la clorofila para los vegetales. Producción permanente de oxígeno que no sólo sirve para respirar si no que sirve fundamentalmente para pensar. Pensamiento crítico que es lo opuesto al reproche.
Primero: siempre es colectivo. O sea: nuestro pensamiento está interpelado por el pensamiento crítico de nuestros compañeros. Y parafraseando a Rosa Luxemburgo, otra singularidad de la política, el pensamiento de los demás prolonga el mío hasta el infinito. De eso se trata. De amplificar lo propio en otros y otras. Es un imposible pero, como enseñó el Mayo Francés, por eso hay que pedirlo. Y exigirlo. Pero si el pensamiento crítico no es reproche, tampoco es alabanza. El pensamiento crítico es objetivo. No es absoluto ni es subjetivo. Objetivo en tanto incluye el análisis de la implicación del pensador.
El título de este texto da cuenta de mi propia implicación. Mi amada es la Cuba revolucionaria. En el territorio libre de América aprendí todo lo bueno y muy poco de lo malo. Como dijo Fidel: sólo los cubanos podrán destruir la revolución. “Desde mi elección como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, he reiterado en múltiples ocasiones, nuestra disposición a sostener con el gobierno de los Estados Unidos un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana, para tratar los más diversos temas de forma recíproca, sin menoscabo a la independencia nacional y la autodeterminación de nuestro pueblo”. (Raúl Castro).
El Estado tiene razones que mi corazón revolucionario entiende, pero no se conmueve. Este corazón partido en tantos sueños posibles interrumpidos por pesadillas genocidas. Aun en la larga siesta de la democracia, se filtra algún insomnio con su ropa de campaña y su ruido de borcegos. El Estado, aún el Socialista, no tiene la misma lógica que la del sujeto. Ningún revolucionario puede sostener un diálogo respetuoso con el Jefe de una máquina asesina.
Cuando la Junta Genocida decidió invadir las Islas Malvinas como manotazo de asesino ahogado, parte de nuestra izquierda apoyó “críticamente” esa aventura criminal. En esos ahora lejanos tiempos escribí: “Lloren por mí, Islas Malvinas” publicado en la Revista LOTE. Suponer que el absoluto mal puede generar el relativo bien, es a mi criterio una estafa filosófica y un suicidio político. Haber leído “Malvinas: de la guerra sucia a la guerra limpia” de León Rozitchner logró un efecto terapéutico, además de intelectual. Estos son los momentos en que más extraño al implacable pensamiento crítico de nuestro León. ¿Cómo no alegrarse de poder recuperar la soberanía sobre las “hermanitas perdidas”1? ¿Cómo no alegrarse de que los 5 patriotas prisioneros del imperio, héroes de la lucha anti imperialista, hayan regresado a la Cuba revolucionaria?
Y entonces: ¿Por qué será que no puedo alegrarme? Yo sé que ahora vendrán caras extrañas con su limosna de ayuda a mi tormento… Desviacionismo pequeño burgués, te quedaste en el 17, principismo de intelectual resentido… Futuros insomnios que sacudirán mis sueños posibles revolucionarios. Ya escucho el coro de socialdemócratas, progresistas, socialcristianos, centro derechistas, centro izquierdistas, centro centristas, incluso fascistas de consorcio, que alabarán el acuerdo.
Enemigos de la Revolución se entregarán al repugnante placer de aplaudirla tan solo porque exhibe su rostro menos revolucionario. Yo me seguiré conmoviendo con la profecía guevarista de “Uno, dos, tres, muchos Vietnam”. Profecía que a mi criterio no habla de un país, de un pueblo, de una guerra. Nos habla, nos interpela en no sepultar al “Vietnam” que bulle en nuestra sangre, que nos hace emocionar cuando escuchamos La Internacional, que nos sacude cuando el artista nos dice que pisará las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentado.
"Los verdaderos revolucionarios o triunfan o mueren"
Fidel Castro
No escribo contento este texto un jueves 18 de diciembre a las 2 de la madrugada. Me acompaña la singularidad de Beethoven. El Himno a la Alegría de su 9ª sinfonía. Pero no puedo alegrarme. Y no dejo de recordar mis peleas en la aventura de Malvinas, cuando hasta me acusaban de pro inglés. Sigo amando a Cuba revolucionaria. Como sigo amando a todas las madres de la plaza todas. Aunque algunos de esos amores casi me matan, y otros de esos amores me llevan de vida y coraje. Sigo amando a mi Cuba Revolucionaria. Pero no puedo estar contento. En esta soledad de computadora y mate ya lavado, empiezo a darme cuenta y con dolor aceptar que Cuba es ahora… mi amada mortal.
La amada mortal
Alfredo Grande (APE)
Nota:
1) La dictadura genocida acuñó lo de hermanitas perdidas. También lo del manto de neblina. Quisieron auto indultarse con esa parodia de lucha anti imperialista.
Entrevista exclusiva con René González, uno de Los 5 antiterroristas cubanos
El sub director de ANNCOL Dick Emanuelsson entrevistó a René González en La Habana tres semanas ANTES del regreso a Cuba de Gerardo, Antonio y Ramón. Es un relato de una hora de unos de los capítulos más heroicos de la lucha del pueblo cubano en defensa a la Revolución.
jueves, 18 de diciembre de 2014
"Los Cinco ya están en Cuba"
Alocución del Presidente cubano
Compatriotas:
Desde mi elección como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, he reiterado en múltiples ocasiones, nuestra disposición a sostener con el gobierno de los Estados Unidos un diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana, para tratar los más diversos temas de forma recíproca, sin menoscabo a la independencia nacional y la autodeterminación de nuestro pueblo.
Esta es una posición que fue expresada al Gobierno de Estados Unidos, de forma pública y privada, por el compañero Fidel en diferentes momentos de nuestra larga lucha, con el planteamiento de discutir y resolver las diferencias mediante negociaciones, sin renunciar a uno solo de nuestros principios.
El heroico pueblo cubano ha demostrado, frente a grandes peligros, agresiones, adversidades y sacrificios, que es y será fiel a nuestros ideales de independencia y justicia social. Estrechamente unidos en estos 56 años de Revolución, hemos guardado profunda lealtad a los que cayeron defendiendo esos principios desde el inicio de nuestras guerras de independencia en 1868.
Ahora, llevamos adelante, pese a las dificultades, la actualización de nuestro modelo económico para construir un socialismo próspero e sostenible.
Resultado de un diálogo al más alto nivel, que incluyó una conversación telefónica que sostuve ayer con el Presidente Barack Obama, se ha podido avanzar en la solución de algunos temas de interés para ambas naciones.
Como prometió Fidel, en junio del 2001, cuando dijo: ¡Volverán!, arribaron hoy a nuestra Patria, Gerardo, Ramón y Antonio.
La enorme alegría de sus familiares y de todo nuestro pueblo, que se movilizó infatigablemente con ese objetivo, se extiende entre los cientos de comités y grupos de solidaridad; los gobiernos, parlamentos, organizaciones, instituciones y personalidades que durante estos 16 años reclamaron e hicieron denodados esfuerzos por su liberación. A todos ellos expresamos la más profunda gratitud y compromiso.
Esta decisión del Presidente Obama, merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo.
Quiero agradecer y reconocer el apoyo del Vaticano, y especialmente, del Papa Francisco, al mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Igualmente, al Gobierno de Canadá por las facilidades creadas para la realización del diálogo de alto nivel entre los dos países.
A su vez, decidimos excarcelar y enviar a Estados Unidos a un espía de origen cubano que estuvo al servicio de esa nación.
Por otra parte, basados en razones humanitarias, hoy también fue devuelto a su país el ciudadano norteamericano Alan Gross.
De manera unilateral, como es nuestra práctica y en estricto apego a nuestro ordenamiento legal, han recibido beneficios penales los reclusos correspondientes, incluida la excarcelación de personas sobre las que el Gobierno de los Estados Unidos había mostrado interés.
Igualmente, hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.
Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en Ley, el Presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en uso de sus facultades ejecutivas.
Proponemos al Gobierno de los Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países, basados en los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Cuba reitera su disposición a sostener cooperación en los organismos multilaterales, como la Organización de Naciones Unidas.
Al reconocer que tenemos profundas diferencias, fundamentalmente en materia de soberanía nacional, democracia, derechos humanos y política exterior, reafirmo nuestra voluntad de dialogar sobre todos esos temas.
Exhorto al Gobierno de los Estados Unidos a remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos entre nuestros pueblos, las familias y los ciudadanos de ambos países, en particular los relativos a los viajes, el correo postal directo y las telecomunicaciones.
Los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas.
Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias.
Sobre estos importantes temas volveremos a hablar más adelante.
Muchas gracias.
Raúl Castro
martes, 16 de diciembre de 2014
Entrevista a Fernando González, antiterrorista cubano encarcelado durante 16 años en EE.UU.
"La manera como se nos procesó nos indicaba que era un caso viciado por influencias políticas"
Fernando González Llort es uno de los cinco cubanos que por denunciar terrorismo contra Cuba fue injustamente encarcelado al igual que sus cuatro compañeros. Ha pasado 16 años en la cárcel de Oxford (USA). Ahora ya fuera y en Cuba, también su compañero René, Fernando lucha por que liberen al resto de los tres compañeros que aún quedan en cárceles norteamericanas.
Así de sencilla es su inmensa historia. Un sistema "patas arriba" lo condenó -y se ensañó aún más con sus cuatro compatriotas-, mientras los criminales que ellos penetraron y luego desenmascararon frente al tribunal y el jurado, siguen a sus anchas, dividiendo su tiempo en función de dos obsesiones fundamentales: destruir a Cuba y hacer más y más dinero.
Esta es una humilde y emotiva entrevista, que demuestra que la felicidad parece imposible tras las rejas. Pero la esperanza y la solidaridad de la gente suele obrar milagros.
sábado, 13 de diciembre de 2014
Che en la ONU: El mensaje imborrable
Hace cincuenta años, el 11 de diciembre de 1964, la Asamblea General de la ONU tuvo su encuentro definitivo con la Historia. En atuendo guerrillero, Ernesto Che Guevara compareció ante el gran salón repleto de delegados y un público que escuchó en silencio reverente sospechando quizás que les hablaba el futuro.
En discurso que aun se comenta en los pasillos del rascacielos neoyorquino, Che repasó los problemas principales que agobiaban al mundo y presentó la plataforma indispensable para una salida revolucionaria.
Aquel era año de definiciones y requería pensamiento claro capaz de mostrar el camino.
En el Golfo de Tonkin se había producido el incidente que luego se supo fue uno de los tantos embustes fabricados por Washington y le sirvió para escalar su intervención y desatar una guerra de la que sólo saldría, en humillante derrota, una década después. La intervención foránea en el Congo, usando ilegalmente el nombre de la ONU, y el alevoso asesinato de Lumumba frustró la independencia de ese país y lo hundió en el caos y el terror. En América Latina se afirmaba la hegemonía norteamericana con asesores militares y de seguridad que la imponían por todas partes. El derrocamiento de Joao Goulart en Brasil, seguido por el de Paz Estenssoro en Bolivia daría paso al sombrío capítulo de las dictaduras militares como instrumento de dominación. El intento de restaurar la democracia en República Dominicana, un año más tarde, habría de provocar la invasión militar norteamericana que la OEA santificó desvergonzadamente.
Estados Unidos había logrado que la OEA decretase la ruptura de relaciones con Cuba acatada por todos salvo México. La agresividad contra la isla condujo, también en 1964, a extender el bloqueo al área de la salud prohibiéndole adquirir medicinas y productos médicos. Desde el territorio usurpado en la bahía de Guantánamo se producían numerosas provocaciones, 1323 en 340 días, incluyendo 78 en que los marines dispararon contra las posiciones cubanas como ocurrió el 19 de julio cuando mataron al joven Ramón López Peña.
A esos temas se refirió el Che expresando solidaridad con todos los pueblos de África, Asia y América Latina y el Caribe sin olvidar a los que encaran las situaciones más complejas y suelen ser a menudo ignorados en la oratoria diplomática: Palestina y Puerto Rico (junto a él, integrando su delegación, estaba Laura Meneses, la viuda de Pedro Albizu Campos, el gran patriota puertorriqueño fallecido poco antes, luego de salir del sistema carcelario que lo encerró durante buena parte de su vida).
El discurso abordó también otros temas urgentes como la necesidad de lograr el desarme general y completo y la de poner fin a un orden económico internacional injusto que frustra el desarrollo de los países subdesarrollados. Trató especialmente la cuestión de la paz y lo que bajo el rótulo de “coexistencia pacífica” algunos concebían apenas como el equilibrio y el entendimiento entre las dos superpotencias a fin de impedir una nueva conflagración bélica. Para el Che la paz exigía mucho más. Para que fuese auténtica y perdurable debía alcanzar a todos los países independientemente de su poderío. Tampoco podía extenderse la “coexistencia” a la contradicción entre opresores y oprimidos, explotadores y explotados, a escala internacional o al interior de cada país. Su visión revolucionaria demandaba desplegar, junto al empeño por evitar un conflicto armado entre las potencias nucleares, la solidaridad efectiva con los pueblos que bregaban por emanciparse del yugo extranjero y con quienes querían conquistar un mundo mejor.
Era indispensable la acción de la comunidad internacional. Pero la ONU estaba paralizada. La Asamblea General, que normalmente concluía sus labores antes de la Navidad, a esas alturas aun no salía de su fase inicial, el llamado debate general y sus comisiones todavía no se habían instalado a mediados de diciembre. El estancamiento era consecuencia del chantaje norteamericano que amenazaba con privar del derecho al voto a la URSS y a sus aliados por su justa negativa a contribuir financieramente a la operación en el Congo. Para evadir el enfrentamiento y la crisis, sin consultar a los demás, se había llegado, tras bambalinas, a un arreglo tácito: no habría votaciones y todo quedaría en discursos. Che lo denunció al comenzar el suyo:
“Quisiéramos ver desperezarse a esta Asamblea y marchar hacia delante, que las Comisiones comenzaran su trabajo y que este no se detuviera en la primera confrontación. El Imperialismo quiere convertir esta reunión en un vano torneo oratorio en vez de resolver los graves problemas del mundo, debemos impedírselo. Esta Asamblea no debiera recordarse en el futuro sólo por el número XIX que la identifica”.
Algunos ejercieron el “derecho de réplica” intentando vanamente refutarlo. Lo hicieron el representante de Estados Unidos y los de varios gobiernos de una América Latina que ya no existe y no vale la pena nombrarlos.
Uno de ellos le reprochó que sus palabras apartaban a Cuba de lo que denominó la “órbita occidental”. Che respondió simplemente: “órbita tienen los satélites y nosotros no somos satélites. No estamos en ninguna órbita, estamos fuera de órbita”.
Otros, balbuceantes, ensayaron contrastar su acento argentino con el habla cubana mientras pretendían justificar la sumisión al amo yanqui.
A todos respondió el Che con voz serena, sin estridencia:
“si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie”.
Quien así hablaba pertenecía a una estirpe rara que se creía en peligro de extinción. Los que dicen sencillamente la verdad y respaldan sus palabras con la conducta.
Cuando habló ante la ONU ya el Che estaba enfrascado en los planes que lo llevarían a realizar la meta anunciada con toda naturalidad.
Unos meses después estaría combatiendo en África a los asesinos de Lumumba. Y luego en Bolivia entregaría su vida por la emancipación continental “sin pedirle nada a nadie”.
Mucho cambió el mundo desde entonces. De Indochina tuvieron que huir, derrotados, los agresores; Viet Nam es un país libre y próspero; China, ayer ignorada, es una potencia indispensable al nuevo equilibrio planetario; el Apartheid y el Imperio portugués quedaron como referencias del pasado; América Latina vive una época nueva y busca su destino “fuera de órbita”.
Nada de eso hubiera sido posible sin el ejemplo de Ernesto Guevara. Profeta militante no sólo anticipó el futuro, sacrificó su vida por alcanzarlo. Por eso vive hoy más que nunca.
P.S. Mientras Che hablaba, un tal Guillermo Novo Sampol, terrorista radicado en New Jersey, disparó un bazucazo contra el edificio de la ONU. Reportando el inusitado hecho, al día siguiente en primera plana, el New York Times señalaba que el artefacto utilizado sólo estaba al alcance de las fuerzas armadas. Iniciaba aquel personaje su larga carrera criminal que incluyó el asesinato de Orlando Letelier y Ronnie Mofit en plena capital norteamericana y más recientemente, el plan para atentar contra Fidel Castro y centenares de personas en Panamá. Perdonado por la ex Presidenta de ese país se instaló en Miami donde disfruta total impunidad junto a sus socios de la llamada Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA). Aun busca inútilmente un arma capaz de matar al Che.
Ricardo Alarcón de Quesada
Punto Final, Nº 818
viernes, 12 de diciembre de 2014
Mentiras y verdades sobre los médicos cubanos en el mundo
Páginas y páginas se escriben cotidianamente en el mundo contra Cuba. En su gran mayoría, apoyándose en mentiras y tergiversaciones. Sin embargo, en el último tiempo algunos medios han intentado golpear en uno de los fuertes de la Revolución Cubana: su solidaridad internacional y sus profesionales de la medicina.
Cuba ha enviado más de 250 profesionales de la salud a combatir el virus del Ébola en África Occidental. Más que los que han aportado grandes potencias como Estados Unidos y China u organizaciones como Médicos Sin Fronteras.
Hoy por hoy son más de 48 mil los médicos cubanos que prestan servicio diariamente en más de 60 países, principalmente de América Latina, pero también en África y Asia.
En este escenario es que se ha dado una ofensiva reciente hacia este punto fuerte de la Revolución Cubana ya que es una de las principales herramientas diplomáticas de La Habana y un ejemplo mundial que va en contra de la propaganda estadounidense.
Estados Unidos financia la deserción
Hace algunas semanas, el prestigioso diario estadounidense The New York Times, publicó una editorial cuestionando el Cuban Medical Profesional Parole (CMPP).
Este programa implementado por Washington desde 2006 ofrece a los médicos cubanos que realizan misiones en el extranjero “asilo político”. Según explica el periódico solo acercándose a una embajada o consulado “pueden ingresar a Estados Unidos en cuestión de semanas” y en “pocos años convertirse en ciudadanos estadounidenses”.
El artículo es contundente al respecto: “Es incongruente que Estados Unidos valore las contribuciones de los médicos cubanos enviados por el gobierno para asistir en crisis mundiales, como aquella del terremoto en Haití en 2010, mientras procura desestabilizar al Estado facilitando las deserciones”.
Sin embargo, los medios de comunicación occidentales, siempre tan prestos a citar a los diarios estadounidenses cuando critican a los gobiernos de izquierda, en esta oportunidad decidieron olvidarlo. En cambio se despacharon con el dato de las deserciones de profesionales cubanos, como si esto sucediera por arte de magia.
“Los médicos enviados por Cuba a Venezuela huyen en masa a EEUU”. Ese es el título que eligió la corresponsal del diario ABC de España en Caracas para su artículo donde da cuenta que, en promedio, 15 profesionales cubanos desertan semanalmente y que “en total, han desertado de Venezuela y otros países unos tres mil profesionales encuadrados en los programas sociales auspiciados por La Habana en el exterior”.
Independientemente de que la fuente es simplemente la ONG con sede en Miami llamada Solidaridad Sin Fronteras, y que en ningún momento se menciona el programa CMPP, supongamos que ese dato es real.
Tal como se mencionó, hay 48 mil médicos cubanos brindando su solidaridad en el mundo y su estadía fuera del país en cada misión es de aproximadamente dos años. Considerando que el CMPP comenzó a funcionar en 2006, desde entonces casi 200 mil profesionales de la salud de la isla han sido potenciales receptores del beneficio de la ciudadanía estadounidense sólo con acercarse a cualquier consulado o embajada.
Ahora bien, según el artículo de ABC “en total” se han escapado tres mil. Esto quiere decir que sólo el 1,5% ha optado por desertar. Y aquí cabe la pregunta ¿cuántos profesionales latinoamericanos desean hoy tener los beneficios de trabajar en EEUU? ¿Por qué los cubanos, si viven en tan malas condiciones, teniendo esta posibilidad no la aprovechan masivamente?
La primera de estas preguntas fue respondida por Eugenio Martínez, embajador de Cuba en España, en una carta dirigida al diario ABC ante la publicación de ese artículo. Allí expresaba su “sorpresa” por darle tanta relevancia al asunto y omitir que en España, a mayo de este año, “3.400 médicos han pedido el certificado para emigrar”. Esto da un promedio de 85 por semana, seis veces más que los supuestos 15 médicos cubanos que “huyen en masa a EEUU”.
La solidaridad que no pueden tapar las mentiras
Aunque la propaganda internacional intente ocultarlo, la solidaridad cubana no tiene precedentes ni comparación. Más de 320 mil profesionales de la salud han participado en misiones internacionalistas desde la llegada al gobierno de los revolucionarios cubanos en 1959.
Varias de estas personas lo han hecho en más de una oportunidad. Actualmente en África hay algunos médicos que han estado anteriormente en dos o tres misiones distintas.
Sólo para dar algunos datos recientes, la ayuda cubana en Haití tras el terremoto de 2010 ha brindado hasta la fecha más de 22 millones de atenciones médicas; le ha devuelto o mejorado la visión a alrededor de 62 mil pacientes; ha efectuado más de 400 mil intervenciones quirúrgicas y ha salvado alrededor de 315 mil vidas humanas. Todo esto mientras el resto de los países ha enviado soldadospara garantizar las inversiones de empresas multinacionales y el saqueo de las riquezas haitianas.
Para sumar más información: 1.750.000 vidas fueron salvadas en Venezuela desde la llegada de los médicos cubanos en 2003, 292.640 en Guatemala desde 1998 y 74.946 en Bolivia desde 2006.
Por otra parte, el aporte cubano no se acaba en un apoyo temporal, si no que supone una construcción a largo plazo. La Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), con sede en Cuba y que recientemente ha cumplido 15 años, ha egresado desde su fundación a más de 24 mil profesionales de más de 30 países. Todas las personas que han estudiado allí lo han hecho de forma gratuita gracias al Estado cubano.
Estos son sólo algunos datos de muchos que se pueden agregar sobre la irrenunciable solidaridad cubana con todos los pueblos del mundo. Algunos datos que Ludmila Vinogradoff, la corresponsal deABC en Caracas debería tener en cuenta. Más cuando, hace algunos meses, la misma periodista encabezó una nota (que luego debió eliminar) en la que denunciaba la supuesta represión en Venezuelacon una foto de manifestaciones en Egipto.
Como decía John Lennon: “Mientras más realidad enfrentamos, más nos damos cuenta de que la irrealidad es el programa principal del día”.
Santiago Mayor
domingo, 7 de diciembre de 2014
Boicot a Ron Bacardí: la empresa que redactó la Ley Helms-Burton y hoy financia el bloqueo a Cuba
Existe desde hace años una iniciativa internacional de boicot a la marca Ron Bacardí. Y es que ninguna empresa ha dedicado tanto dinero a financiar acciones contra Cuba como Bacardí. Edición: Juan Ignacio
De Michael Brown a Assata Shakur, la activista negra refugiada en Cuba
Se decía que el primer presidente negro de EEUU traería una nueva era postracial. Pero las muertes -nada excepcionales- de los jóvenes negros Trayvon Martín en Florida y Michael Brown en Ferguson a manos de policías blancos... apuntan a lo contrario. Edición: José Ignacio Antón.
Veracruz: Cuba gana 12 veces más medallas per cápita que México: noticias son sobre `desertores´
Si repasamos los resultados de estos Juegos, comprobamos que Cuba sigue siendo una potencia deportiva sin competencia. Las 123 medallas de oro conseguidas por Cuba, país de 11,2 millones de habitantes, multiplican por 12 las 115 de su inmediato seguidor, México, con 122,3 millones de habitantes, si tomamos en cuenta las poblaciones respectivas. Pero, durante los citados Juegos, ¿qué hemos leído en la prensa latinoamericana y de Miami sobre la participación de Cuba? Edición: Esther Jávega.
sábado, 6 de diciembre de 2014
Los jueces de Cuba
El próximo día 10 de diciembre se conmemora a nivel internacional, por resolución de la ONU, el día de los Derechos Humanos, de acuerdo con ello en la mayoría de los países se celebran actividades apropiadas a estos efectos.
En Cuba también. A pesar de que los enemigos de la Revolución Cubana y los anexionistas de siempre continúan con su política de agredir a nuestro proceso revolucionario y tratan de presentarnos como violadores de los principios que emanan de la Declaración hecha por el organismo internacional y mostrarnos con una imagen tergiversada y plagada de mentiras.
Por lo general aquellos que son nuestros principales acusadores y se atribuyen el papel de jueces a nivel internacional, en realidad son los mayores violadores de lo que dicen defender. Así vemos que los Estados Unidos de América y sus fieles seguidores en otras partes del mundo ejecutan o son cómplices de la muerte en gran escala de cientos de miles de civiles con sus acciones guerreristas, tratando de imponer gobiernos afines a sus intereses. Así ha sido en Guatemala, Nicaragua, Santo Domingo, Chile hasta Irak, Afganistán, Libia, Pakistán, etc. Allí el principal derecho humano, ese de respetar la vida de nuestros semejantes, ha sido simplemente pisoteado.
Además de lo anterior están sus millonarias cifras de personas abandonadas, sin trabajo, educación, ni atención médica y sin las mínimas condiciones para sobrevivir en la sociedad capitalista. A otros, como Puerto Rico, les han robado su independencia en violación de las resoluciones de la ONU sobre descolonización.
En la mayoría de los países que conforman el mundo capitalista prevalecen este tipo de problemas, que son ocultados por sus medios de comunicación en manos de grandes magnates, generalmente militantes de los grupos más reacios a todo lo que sea igualdad social, económica y política.
En cambio, nuestro pequeño país garantiza a todos los cubanos el derecho a la vida, la sobrevida en los nacimientos de niños es menor de 5 muertos por cada 1000 nacidos vivos, así como la esperanza de vida de hombres y mujeres cubanos sobrepasa los 78 años. Todos los ciudadanos de nuestro país tienen el derecho gratuito de la salud pública y a la educación. También a disfrutar de la práctica y espectáculos deportivos y poseer un trabajo acorde a sus conocimientos.
Nuestra prensa no es la mejor representada, pero tiene el aval de no publicar noticias falsas y en Cuba se desconocen la tortura, la ejecución extrajudicial y las desapariciones. El cubano no necesita un centavo para elegir y ser elegido en nuestro sistema político.
Nuestros niños son nuestra mayor preocupación para que tengan la educación garantizada hasta la secundaria básica como mínimo y un desarrollo normal. Como bien se ha dicho, ningún niño cubano muere de hambre, ningún niño cubano es pordiosero, ningún niño cubano es abandonado, todo ello porque nuestros principios solidarios empiezan por nuestras casas.
En el orden internacional, la solidaridad de Cuba con los pueblos del Sur está mas que demostrada. Desde ofrecer nuestra propia sangre, hasta repartir no lo que nos sobra, sino parte de lo que tenemos, entre ellos los conocimientos trasladados en la distintas esferas de la salud, la educación y también en la construcción. A nivel mundial se conoce ampliamente nuestro permanente apoyo a las causas justas, sin tener en cuenta el tamaño de quien nos pide ayuda.
A los jueces occidentales que nos acusan, les podemos preguntar si pueden decir lo mismo. Ellos carecen en absoluto de moral, argumentos y decencia para condenarnos.
Pedro Pablo Gómez
La Resistencia indígena y nuestra herencia histórica
Este texto guarda estrecha relación -por su espíritu antineocolonialista- con el de Fernando Martínez Heredia que publicamos recientemente sobre el libro Cuba entre tres imperios. Por eso -a pesar de haber pasado unas semanas- de su publicación en Rebelión.org lo traemos acá.
La identidad nacional cubana está actualmente desconectada de su herencia aborigen. Esa realidad explica por qué no pocos compatriotas ven el tema de la lucha de los hermanos indígenas en América, como algo muy justo, pero lejano. Así la propuesta del movimiento indígena de conmemorar el 12 de octubre como Día de la Resistencia, Dignidad, Rebeldía y Lucha, no se ha generalizado en el país, a lo que se suma que aún hay espacios donde persiste el mito colonialista eurocéntrico “del descubrimiento realizado por el valeroso y tenaz Almirante Cristóbal Colón , el 12 de octubre de 1492”.
Es cierto que la ausencia de un núcleo poblacional indígena fuerte en Cuba y el Caribe de hoy, limita una acción cultural y política sólida, encaminada a rescatar los aportes a la historia de los primeros descubridores de nuestro archipiélago, pero la dificultad principal está en que la memoria histórica en lo fundamental, se basa en la construcción desde la época colonial, de una falsa conciencia que sustenta la extinción y desvalorización de la población indígena. Así la mayoría de los cubanos y cubanas no asumen sus antepasados indígenas, y perdemos la riqueza de incorporar toda la herencia cultural y cosmovisiva de no menos de siete mil años de historia.
Debemos explicarnos cómo y porqué, lo mejor del pensamiento y liderazgo intelectual y revolucionario cubano, siempre se sintió parte del movimiento de resistencia de los pueblos originarios. Hora es de rescatar los valores del indigenismo revolucionario de José Martí, Julio Antonio Mella, y Fidel Castro.
La presencia indígena
Las culturas indoamericanas, fueron severamente diezmadas por la criminalidad que acompañó la conquista y colonización española. Según afirmaciones del padre Bartolomé de las Casas, el costo mortal de la conquista para los habitantes de Cuba , Jamaica , Borinquén y las Antillas Menores fue de 3 millones de vidas, y solo para Quisqueya , consideraba una pérdida similar 1 . Independientemente de errores en una u otra apreciación de cálculo, el balance es brutal: De veinte a treinta millones de muertos en toda la región!”. En lugar del “encuentro de culturas y civilizaciones” que se ha intentado sustentar, la conquista y colonización fue, como señala Steven Katz el, el peor desastre civilizatorio y demográfico conocido en la historia de la humanidad 2 . Pero a diferencia de lo que comúnmente se ha repetido, la población aborigen en Cuba no desapareció ni fue completamente exterminada.
La sociedad excluyente y legalidad pigmentocrática y racista del colonialismo, que imponía como condición de movilidad y ascenso social la “limpieza de sangre”, determinó el “blanqueamiento” de numerosas familias de colonos, que tenían en su base materna lo indígena y, sus descendientes ya mestizados y transculturados, acompañaron la constitución de la sociedad criolla primero, y la formación de la nacionalidad después, para estar presentes en nuestro actual mosaico etno-sociológico.
No todo fue asimilación. Núcleos significativos de la población aborigen sobrevivieron hasta el siglo XIX, para constituirse en el grueso del primer campesinado cubano. Sus descendientes arribaron al siglo XX, con una presencia que fue documentada por cientistas del calibre de Manuel Rivero de la Calle y Antonio Núñez Jiménez. Hoy están entre nosotros, abriendo como cubanos y cubanas el nuevo milenio de retos y confirmaciones. Los he visto y disfrutado en pueblos de leyenda y heroicidad como Jiguaní, Yateras o El Caney, están en el honrado hacer del campo, en los seres emancipados y cultos de la Revolución, entre maestros y médicos, constructores e ingenieros, en la sonrisa alegre de niños y niñas, trigueños, de cuerpos robustos y bellos, vivaces, felices, en cualquier pueblo o ciudad.
Los genuinos descubridores del archipiélago cubano, nos legaron saberes, conocimientos sobre plantas y modos de cultivarlas y utilizarlas, con distintas funciones de alimentación y salud, así como una rica mitología conservada en la memoria colectiva, en costumbres y hábitos de la vida cotidiana. Está la presencia aborigen en la toponimia, comida, artesanías, arquitectura, creencias, música, fiestas, y espiritualidad popular. Muchos cubanos y cubanas, independientemente del color de su piel, no saben que también tienen lo indígena incorporado en su idiosincrasia, gestualidad y genes.
Hombres y mujeres de combate
El nervio emancipador que rescata el Día de la Resistencia Indígena, nos compulsa a repensar y precisar nuestra común historia. El tema adquiere una connotación sumamente actual, cuando hemos comenzado a celebrar en Cuba los 500 años de fundación de las primeras siete villas. No se puede olvidar que estas poblaciones nacieron en medio de la operación militar de la conquista, sobre la ruina de los cacicatos aborígenes, diezmados por el secuestro de sus pobladores para el trabajo forzado en las llamadas encomiendas, sometidos a extensas jornadas –“mientras había luz”- en los lavaderos de oro, apaleados y torturados, vejados con la esclavización sexual de sus mujeres, flagelados por enfermedades mortales portadas por sus verdugos 3 .
Los indígenas que habitaban Cuba, no fueron mansos ni se dejaron victimizar impunemente. En las encomiendas, en acto de rebeldía, no pocos optaron por el suicidio, se ahorcaban en grupos y con ellos a sus hijos. Muchos más optaron por enfrenar y combatir a aquellos demonios que habían asaltado sus vidas y sociedad. Estos hombres y mujeres iniciaron la tradición combativa de nuestro pueblo.
Cristóbal Colón arriba a nuestras costas al día 27 de octubre de 1492. Al mes de estar explorando la isla de Cuba – el 27 de Noviembre-, el Almirante invasor recoge en su diario el primer encontronazo con los habitantes, que intentaron empuñando sus armas, impedir un desembarco por la hoy costa guantanamera. Como certeramente anotó Hortensia Pichardo este es el primer amago de resistencia de los indígenas en la Isla, y el primero que reporta Colón como cronista a su llegada a América 4 . Colón vuelve a encontrarse con indígenas en son de guerra el 3 de diciembre, pero en esta ocasión actúa con más inteligencia “ por manera que todos se apaciguaron” 5 .
En 1510, la primera batalla victoriosa de nuestros indígenas contra una tropa de invasores, dará desde entonces, el nombre de la bahía y provincia de Matanzas. El cacique Yaguacayex (o Guayucayex) , con la cooperación del cacique Habaguanex, trazó y ejecutó el plan de ataque contra los invasores 6 . Estos fueron nuestros primeros rebeldes.
La guerra de conquista
Cuando en 1510, el teniente Diego Velázquez invadió Cuba, encontró la fuerte resistencia de cacique Hatuey. De Maisí y Baracoa a Bayamo, se extendieron los combates. El 2 de febrero 1512, el cacique quisqueyano fue juzgado como sacrílego y rebelde, y quemado vivo 7 , tal como hacía la Iglesia Católica en la época, con los revolucionarios y hombres de ciencia y cultura europeos. Con Hatuey llegó a Cuba el concepto de cimarrón, de insubordinación y resistencia activa frente a los colonialistas. Desde entonces, los invasores nunca disfrutaron de paz 8 .
Los indígenas afrontaron con espíritu rebelde la represión y el asesinato de la conquista y ocupación territorial, que sucedió al asesinato de Hatuey. Matanzas como la realizada en Caonao (probablemente en las inmedia ciones de las actuales provincias de Camagüey y Ciego de Ávila), donde fueron acuchillados más de 2 mil hombres, mujeres y niños, con el único y bárbaro propósito de sembrar el terror, y paralizar la resistencia a los invasores, dejaron una memoria que mantuvo la constante hostilidad de los aborígenes. Luego de su fundación en 1515, Puerto Príncipe, la villa más cercana al trágico acontecimiento, fue objeto de sistemática hostilidad, ataca e incendiada.
El conocimiento sobre sus enemigos, costumbres y armamento, el saberlos hombres y mortales en lugar de demonios, hizo de la resistencia un hecho mucho más efectivo. A partir de 1520 en Cuba –y también en Quisqueya-, los documentos demuestran que los ataques de los aborígenes ganan en efectividad.
Entre 1522 y 1532 el cacique Guamá también en el oriente cubano, dio una dura pelea contra los encomenderos que explotaban y asesinaban a sus hermanos. Los vecinos de las villas y los hacendados vivieron en constante sobresalto. Ya entre los combatientes de Guamá estaban los cimarrones negros, los primeros esclavos africanos emancipados por rebelión 9 La resistencia a la conquista como subraya el arqueólogo cubano José Jiménez Santander , fue la primera guerra que los habitantes de nuestro archipiélago enfrentaron contra la dominación colonial 10 .
Diez años después de decretarse por el gobierno colonial en 1542, el fin de las encomiendas, aún los encomenderos en complicidad con la jerarquía de la Iglesia Católica en Cuba, se resistían a reconocer la libertad a los aborígenes. Entonces se les compulsó a vivir en pueblos de indios, con el incentivo de otorgarles algunas tierras realengas. Pero esta “paz” no impidió que en 1661 ante la escasez de esclavos, los vecinos de Santiago de Cuba, Bayamo y Puerto Príncipe, solicitaran al Rey hacer la guerra y esclavizar a los indígenas que se negaban a aproximarse a sus villas y se mantenían aislados en palenques, acompañados de negros esclavos fugitivos, petición que es satisfecha por el monarca.
Paradoja y reencuentro
Los terratenientes que dominaban los cabildos y la impartición de justicia, tratarían una y otra vez de arrebatar las tierras realengas otorgadas a los indígenas. El robo y la injusticia, pueden hallarse en los archivos que guardan los documentos más antiguos de la jurisdicción habanera de Guanabacoa. Esta situación se hizo crítica para los avecinados en San Luis de Los Caneyes, lo que los llevó a protagonizar en 1758 una rebelión 11 . La continua situación explosiva, hizo que el Rey Carlos IV interviniera en 1796 a favor de los indígenas de San Luis, en momentos en que se censuraba al protector de indios, por ser ese funcionario cómplice de los hacendados santiagueros.
Los conflictos con los terratenientes continúan 12 y la paradoja de ser el Rey, quien “protegiera” a los indígenas del acoso de los terratenientes criollos, sin dudas estuvo en la base de las relaciones clientelares que se establecen entre los indígenas, algunos campesinos peninsulares – como el líder oriental realista Pedro Garrido-, y la Corona española, y que explica la alineación de los “indios” en el bando colonialista al iniciarse la contienda independentista. Este por demás, fue un fenómeno que también se produce en otras regiones de América Latina.
Recién, en la excelente entrega del serial histórico Duaba: La Odisea del Honor, muchos compatriotas conocieron de las unidades militares irregulares de indígenas, organizadas por el mando español recién reiniciada la guerra de independencia en 1895, y la oposición que realizaron estos combatientes al General Antonio Maceo y a los expedicionarios que desembarcaron por Duaba. Pienso que merita un esfuerzo de divulgación histórica, de libros y artículos, de seguro que una obra audiovisual tan apasionante como la que nos han hecho llegar el MINCULT, las FAR y la Televisión Cubana, para que también se aprecie la continuidad de aquella historia.
Fue precisamente Antonio Maceo, con su certero sentido de la unidad nacional, quién se propuso recolocar a los indígenas frente a su propia historia. Consciente de la trascendencia más que militar, política, de la alineación junto a los españoles de los descendientes de los pueblos aborígenes, el jefe mambí pidió a varios de los insurgentes que mantenían relaciones con familias indígenas, trabajar en la incorporación de estos a las filas independentistas. Fue Cristina Pérez, una criolla casada con Ramón Ramírez, un cacique menor, la que logró convencer a quienes estaban luchando en el bando equivocado. El éxito de tan brillante operación política, de profundo contenido ético, se concretó en la formación del Regimiento Hatuey. Ya el 31 de agosto de 1895, un centenar de indígenas estaba incorporado al regimiento, y el valor y destreza militar de sus integrantes decide la batalla de Sao del Indio. Estos combatientes terminaron la contienda insurrecta y legaron la leyenda que hasta hoy habla de los “guapos de Yateras” 13 .
Lo hispano
Conmemorar el Día de la Resistencia Indígena el 12 de octubre, no es un acto anti-español. Con la raíz étnica que se reconoce hispana, para identificar a los pueblos del actual Estado español, nos sentimos los cubanos y latinoamericanos íntimamente vinculados.
En medio milenio de colonia, de la Europa ibérica no solo llegaron los genocidas soldados de fortuna que masacraron y robaron a los pueblos originarios, y la plaga de comerciantes, jerarcas eclesiásticos, funcionarios monárquicos y burócratas ladrones que se enriquecieron con las relaciones colonialistas de explotación. También arribaron sujetos portadores de todo lo progresivo y laborioso que latía en los pueblos del Viejo Continente: campesinos y artesanos, intelectuales, maestros y artistas, hombres y mujeres de bien —no pocos sacerdotes y religiosas que como el padre Bartolomé de La Casas, dieron su aporte de entrega humanista y sabiduría—, campesinos y artesanos humildes, que hicieron de estas tierras su nuevo hogar, y con ello las convirtieron en el escenario de sus amores, pasiones, resistencias y luchas 14 .
El encuentro de culturas se dio definitivamente en la sociedad colonial de los siglos XVI y XVII, en la relación profunda con la España humilde, trabajadora, culta y popular, con las civilizaciones, culturas y naturaleza indoamericanas, con los negros esclavos y demás migrantes. La latinoamericanidad vista desde lo indoamericano, lo afroamericano y lo hispano, integra las principales raíces que fundamentan nuestra identidad nacional y regional.
Frente a la España feudalizante, del egoísmo monárquico, frente al anti héroe del pillaje; siempre estuvo –latente una veces, explícita otras- la España antifeudal y antimonárquica, junto al héroe del trabajo honrado y la cultura, no faltaron los que sin titubear, se incorporaron en el siglo XIX, a la causa de la independencia nacional.
Desde la ética y la ideología de la Revolución
La decodificación en clave de emancipación y dignificación humana, nos califica y cualifica el hacer y lo por hacer de la historiografía revolucionaria. De la mano de Martí procuremos privilegiar la historia real, y en vez de “descubrimiento” precisemos que se trató de una invasión. Que renunciemos a la neutralidad genérica del concepto viaje, y puntualicemos sobre las expediciones militares que organizó el Almirante invasor Cristóbal Colón. Así mismo debemos decodificar el mito fundador, y ratificar que no existió un “encuentro de civilizaciones y culturas”, sino un hecho de guerra de rapiña, de apropiación forzada y depredatoria del territorio y sus recursos naturales y humanos, que devino en genocidio y etnocidio.
Precisamente la afirmación sobre la extinción y/o desaparición de los aborígenes cubanos, y los apasionantes debates que sobre esta problemática se pueden sostener, tienen como incuestionable realidad histórica, la criminalidad genocida de los conquistadores europeos. También somos herederos de ese mundo colonial de injusticias y explotación que forjaron los hombres que simboliza el Almirante Cristóbal Colón. De lo que se trata es de saber a qué herencia renunciamos y cual reivindicamos.
Es necesario reconocer la impronta de las personalidades en la Historia, y para quienes trabajamos por un mundo mejor, resulta de particular interés estudiar el universo ético de los sujetos de y en la historia. Cristóbal Colón, sus capitanes y continuadores, fueron audaces e inteligentes soldados, líderes con la capacidad de fundar un nuevo orden de explotación colonialista en esta parte del planeta, que a su vez impactó y reconfiguró el mundo de entonces. En interés de ese orden desataron nuevas fuerzas productivas, fundaron villas, construyeron iglesias y conventos, importaron bienes y tecnología. Jugó un papel fundamental la ambición de victoria y riquezas que movía a aquellos hombres: Son los héroes de la acumulación originaria del capital, anti-héroes frente al humanismo y la dignificación humana.
Nuestros caciques e indígenas rebeldes, también fueron audaces e inteligentes soldados, líderes con capacidad de resistencia, que además de aprestarse a derrotar la tecnología y la experiencia militar de los invasores, tuvieron que vencer sus propios temores y limitaciones cosmovisivas, que si fueron malévolamente utilizadas por los europeos para aumentar su ventaja. Estos primeros rebeldes de América fueron héroes de los derechos humanos, de la emancipación.
Las interesantes polémicas acerca de la llegada por uno u otro puerto oriental, del Almirante invasor Cristóbal Colón, no puede dejar de significar para todos los implicados, que el 28 de octubre de 1492, marcó el acto militar de la ocupación del territorio poblado por nuestros antepasados aborígenes, y en tanto, de la imposición de la lógica egoísta del sistema de dominación del colonialismo europeo.
Con criterio político
El estado de la problemática historiográfica repercute directamente en decisiones concretas en política cultural, comunicacional y educacional.
Los padres de la patria, se fueron a la manigua en 1868, enarbolando el recuerdo rebelde de Hatuey, y desde entonces en Granma es tradición el recuerdo de honor, que ha quedado tangible en hermoso monumento. Hay que felicitar a los matanceros en su certeza de fijar en monumento y sobre todo en la memoria histórica local, la batalla de la bahía que recuerda la estirpe rebelde de sus antepasados indígenas. ¿Cuánto más nos falta? ¿Ahora en vísperas de la fundación de las primeras villas, hemos pensado en el nuevo monumento que merecen las víctimas del exterminio masivo del cacicato de Caonabo? ¿Dónde hacer el obelisco que recuerde esa primera resistencia del 27 de noviembre de 1492? ¿Nuestros primeros rebeldes atacaron con éxito Baracoa, Puerto Príncipe, y otras villas españolas, merecen estas acciones una tarja antes o durante los actos oficiales por los 500 años de fundación? ¿Se ha estudiado esta necesidad de expresión patria a escala de país?
¿Qué efeméride realmente merece que se destaque y honre, el día de protesta armada de noviembre, hasta ahora irrelevante en el universo comunicacional cubano, o el que se celebra generalmente para glorificar la llegada del conquistador? ¿Hasta cuándo el 2 de febrero 1512 y el recuerdo hermoso de Hatuey, va a ser solo un acto de historia local de los granmenses, que apenas merece unas pocas líneas de cobertura periodística?
Aún permanece en Cuba, dando su pelea de conservadurismo, el espíritu del Día de la Raza. Julio Antonio Mella hace 85 años, batió lanzas contra este espectro del colonialismo 15 . Ahora “la Raza” aparece metamorfoseada como “fiesta Iberoamericana”, pero la esencialidad de antaño se mantiene, con blasones y honores de conquista, y teatralidades que “reconstruyen”, el momento primigenio del desembarco del Almirante invasor “de rodillas” en la tierra que acaba de posesionar como propiedad europea! ¿Por qué no celebrar en Cuba, con mucha alegría, la sobrevivencia y el renacer comprometido de nuestros pueblos originarios, y también la presencia irredenta de Afroamérica, de los cimarrones indígenas y negros, que se unieron en la resistencia y el amor a la libertad?
La actual realidad educativa cubana es de sostenida recuperación y avances, y la enseñanza de la Historia constituye uno de los carriles por donde afortunadamente transita el perfeccionamiento. Pero sobre el tema aborigen y el legado combativo de los indígenas, aún es muy débil la propuesta historiográfica escolar. Un hecho sumamente significativo, es que ningún programa de estudios, desde la enseñanza general hasta la universitaria, presenta a los estudiantes y al púbico cubano, una sistematización histórica de la resistencia indígena a la conquista y ocupación.
La primera guerra colonial que se emprendió contra las comunidades aborígenes que poblaban Cuba, no se referencia como tal en nuestras escuelas y universidades. El sujeto de la historia es, en todos los casos, el conquistador español, y los hechos de armas de nuestros primeros rebeldes, a lo sumo se tratan minimizados y con una significativa inconexión.
Los estudios que sobre este tema se han realizado en el país, permanecen fuera del circuito masivo de distribución de la información científico-docente, y hoy solo constituyen rarezas bibliográficas en algunas bibliotecas. Hay propuestas muy serias del Instituto Cubano de Antropología, incluso premiadas como resultados de ciencia por la Academia de Ciencias de Cuba, que aún no se introducen.
La patria Nuestroamericana
Cuando reconstruimos el pasado, aprendemos de sus saberes, y nos autodefinimos como lo que somos, actuales herederos en este archipiélago de siete mil años de historia, realizamos un acto de universalidad, respeto e integración solidaria a esa parte-raíz de nuestro tiempo. Nos auto reconocemos en los esfuerzos revolucionarios que lideran los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, por recuperar la historia y el espacio, la dignidad, los derechos y recursos, que les fueron arrebatados a los pueblos originarios que conforman y enriquecen la vida de estas naciones.
El conocimiento de la historia de los pueblos indoamericanos que poblaron nuestro archipiélago, también nos sitúa en condiciones para interactuar en la complejidad del momento que vivimos, libres de visiones edulcoradas y facilismos. Entendemos por qué con frecuencia, la imagen que muchos indígenas tienen de sí mismos es de impotencia, miseria y abandono, lo que produce marginalidad, deterioro social y hostilidad. Comprendemos cómo tras quinientos años de opresión económica y enajenación ideológico-cultural, no está libre el mundo indoamericano actual, de peligros de mayor desestructuración, de arcaísmo y fundamentalismos, de las relaciones clientelares y el acecho de la demagogia y la manipulación política, de la presión del mercado y la ideología burguesa y egoísta hegemónica.
Veamos el Día de la Resistencia implicados en el cambio progresivo de los pueblos y sus circunstancias, en la historia que forjaron nuestros maestros internacionalistas junto a los misquitos, afines del pasado siglo, en época de la asediada Revolución Sandinista, epopeya de alfabetización, ciencia, cultura y salud, recuperada hoy con nuevos educadores y médicos que trabajan junto a los hermanos nicaragüenses, que se ha multiplicado con la Alianza Bolivariana para las Américas-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), en las selvas y sabanas de la República Bolivariana de Venezuela, y los andes ecuatorianos y bolivianos, que llega a otros muchas comunidades aborígenes de centro y suramérica, y recién se abre a la Amazonía brasileña.
Felipe de J. Pérez Cruz
La grandeza de los pequeños
Pueblos mestizos, descendientes en su mayoría de seres humanos traídos de lejanas tierras en condiciones de esclavitud o semiesclavitud, que en varios lugares mezclaron sus diversos orígenes con nativos rebeldes que sobrevivieron al colonizador, los caribeños conocen como nadie el valor de la unidad.
Tal vez es por ello la Comunidad del Caribe (CARICOM) el que de todos los esquemas de integración en nuestra región el que más ha avanzado y ha logrado institucionalizarse.
Llegados últimos a la independencia, demostraron con la decisión colectiva de establecer relaciones con Cuba cuando hacerlo era aún pecado en América Latina. Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago rompieron en 1972 el muro del aislamiento impuesto por Washington a La Habana, en una tradición de tomar decisiones propias que ha sido ejemplar con respecto a países mucho mayores y con economías más potentes.
A pesar de ser en su mayoría países pequeños, dependientes muchos de ellos de la agricultura y receptores del turismo norteamericano, nunca se han doblegado a presiones externas con respecto a Cuba y siempre han condenado el bloqueo estadounidense.
La visión del Comandante Fidel Castro acogió e impulsó esa relación de colaboración, amistad y respeto. Por ello, Fidel ha sido la primera personalidad no perteneciente al órgano regional en recibir la Orden Honoraria de la Comunidad del Caribe, “por el fervor y sacrificio con que el líder cubano, durante toda la vida, ha trabajado por su país, la región y el resto del mundo en desarrollo”.
Es una colaboración cuyos frutos son palpables en la vida de los pueblos caribeños. Sólo desde 2005 se han graduado en Cuba mil 305 jóvenes de países miembros de CARICOM y dos mil 972 estudian actualmente acá, de los que mil 478 de lo hacen para hacerse médicos. Mil 115 médicos y trabajadores de la salud cubanos laboran en países de CARICOM y la Operación Milagro creada por Fidel ha devuelto la vista a más de 56 mil caribeños.
Como expresión de las relaciones entre Cuba y CARICOM, se celebran desde 2002, alternamente entre nuestro país y una nación caribeña, las Cumbres Cuba-CARICOM, que realizan en La Habana su quinta edición.
En estos tiempos en que desde algunas blancas naciones del Norte que esquilmaron y saquearon estas tierras suelen pasar por La Habana queriéndonos dar como consejos lo que no han logrado imponernos como órdenes, Cuba acoge con máxima hospitalidad a quienes nos han tratado siempre como iguales y han desafiado el precio de hacerlo desde la pequeñez de su geografía y la grandeza de sus corazones.
Hay un par de versos de Roberto Fernández Retamar que hablan de los negros de este lado del Océano Atlántico y explican como pocos porque son como son: “escogidos y purificados a través de pruebas horribles, de modo que sólo los mejores sobrevivieron y son la única raza realmente superior del planeta”. Deberían leerlos quienes nos han querido imponer la desunión y la servidumbre como único futuro.
Iroel Sánchez
La pupila insomne
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