viernes, 29 de octubre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
domingo, 24 de octubre de 2010
Ida Garberi: signada por la pasión y el compromiso
Se describe como “ítalo-cubano-hondureña”: la signan la pasión y el compromiso, mismo que demostró en los meses pasados….
Pero esa es una historia que contaremos a su debido tiempo… veamos en una breve introducción algo de la historia personal de esta mujer antes de llegar a su historia de compromiso y valentía:
1. Nacida en Italia, ¿cómo llega IG a Cuba?
Bueno, por mis ideales de izquierda y comunistas. Yo no tengo miedo a declararme así, al revés de muchos europeos que conozco; creo que determinados ideales siempre son válidos, no se derrumban con los muros, son los hombres los que fracasan en aplicarlos a la realidad... Después de muchos años de militancia en la Asociación de Amistad Italia-Cuba, en el grupo directivo de mi ciudad, Bolonia, al final del 1999 dejé todo: trabajo, casa, carro… y decidí ir a estudiar en el Caimán Verde y soñaba de poder quedarme a vivir en mi isla querida. La primera vez que pisé tierra cubana fue en el 1997 como turista, por falta de posibilidades económicas. En seguida vino el trabajo en Prensa Latina como traductora.
2. Conocimos que te formaste como especialista en veterinaria… ¿cómo y cuando te convertiste en periodista? Y, ¿cuándo el periodismo llega a ser para ti, más que oficio, un combate en el que, como alguien dijera alguna vez del arte, “es preciso poner hasta la piel”?
Siempre me gustó escribir; desde adolescente, me encantaba relatar determinados sentimientos que tenía en mi alma en determinadas situaciones, pero en Italia no es fácil dedicarse al periodismo, hay que ser lacaya del capitalismo, lastimosamente, no existen muchos periódicos de la verdadera izquierda... Estudié periodismo en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí de La Habana, gracias a un curso que pude recibir por ser responsable de la página en italiano de Prensa Latina. Empecé a escribir directamente en español cuando entendí que luchar para la Revolución cubana no era sólo permitir que los italianos pudieran leer lo que escribían los cubanos y los revolucionarios comprometidos, si no participar directamente en español en la defensa de mis ideales. Cuba me enseñó una actitud frente al periodismo de total respeto de la verdad y de tutela de la fuente de la información, no me enseñó la competencia despiadada y tampoco la preocupación de la velocidad a toda costa, sin averiguar la calidad de la información.
3. Más que una simple traductora, pudiéramos decir que eres el alma detrás de la página en italiano de una de las principales referencias periodísticas en lo que a información sobre Cuba se refiere: Prensa Latina (http://pl-it.prensa-latina.cu/ ). Allí te hemos visto abrazar una causa, con igual o mayor pasión y dedicación que algunos de tus colegas cubanos; me refiero, claro está, a la lucha por el regreso a nuestra Patria de 5 cubanos prisioneros en Estados Unidos. ¿Cómo llegas a involucrarte en esta especie de cruzada universal? ¿Por qué tu activo batallar por su libertad? ¿Has tenido algún contacto con alguno de los Cinco?
Conocí el caso de los Cinco cuando empecé a trabajar en Prensa Latina hace 8 años y desde el 2005 trabajo directamente en el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco cubanos, en La Habana. Yo creo que el caso de los Cinco cubanos es la barbarie más absurda cometida por la falsa justicia de “gringolandia”. Como dijo Roberto González, hermano de René: ¡tenemos que luchar tan fuerte hasta que nuestras denuncias sean tan contundentes que los Cinco representen una “amenaza” por los EEUU mas dentro, que libres! Yo he escrito cartas a Gerardo y a Antonio. Tengo que confesar que hace poco Tony contestó a mis felicidades por su cumpleaños agradeciéndome por mi trabajo internacionalista: no me da vergüenza confesar que lloré de orgullo, es más que hermoso saber que un hombre tan íntegro valore mi humilde tarea... ¿qué puedo pedir más grande como gratificación por la entrega al trabajo?
4. ¿Qué significo para Ida Garberi haber conocido y gozar de la amistad y el aprecio de Celia Hart Santamaría?
Mucho, si no casi todo de lo que soy hoy en día. Es una de las personas más revolucionarias y honestas que conocí en mi vida. La conocí en la batalla para liberar los Cinco cubanos y enseguida nos unió el deseo de derrotar las mentiras y el silencio sobre nuestros Cinco compañeros y la impetuosidad de una pasión enorme por la Revolución Cubana. Las horas que pasaba conversando con Celia fueron fundamentales para mi crecimiento político; estas reflexiones tan profundas ayudaron a mi "yo" con raíces europeas, a compenetrarse con las luchas de la América Latina, a absorber en mis venas los procesos históricos de otro continente. Todavía la extraño mucho, sé que su alma me acompañó en mi lucha en Honduras, porque desde el día de su desaparición física todas las revoluciones mundiales tienen un ángel más para protegerlas.
5. El 28 de junio de 2009, América Latina despertó estremecida por los rugidos de un monstruo al que creíamos desaparecido… el golpismo militar a gobiernos democráticamente establecidos: Mel Zelaya, el legítimo Presidente de Honduras, fue secuestrado y obligado a dejar el país, con la adicional nota humillante de no permitirle siquiera cambiar sus ropas de dormir…
Todo el pueblo de Cuba siguió a través de la TV nacional y los sitios digitales los reportes de la prensa no oficial, del fallido intento de Mel por regresar al país y los primeros actos de represión, con el asesinato del que se convertiría de hecho en el primer mártir de la resistencia hondureña, el joven Isis Obed. ¿Pensaste en esos momentos que algún día estarías involucrada directamente en las luchas de esa resistencia? ¿Qué motivó tu primer viaje a Honduras? ¿Cómo fue -para la ítalo cubana que ya comienza también a sentirse hondureña- poder establecer contacto por vía telefónica con Zelaya? ¿Cuáles son tus primeros contactos con la resistencia?
Desde el día del golpe estuve muy impresionada por los acontecimientos: como todos, pensaba que la etapa del Plan Cóndor era solo un pesadilla del pasado, pero nos dimos cuenta rápidamente que los halcones yankees estaban trabajando otra vez. Me sentía impotente y furiosa, no sabía como poder ayudar, hasta cuando el mismo Frente Nacional contra el golpe de estado me invitó al Primer Encuentro Internacionalista Contra el Golpe de Estado y por la Asamblea Nacional Constituyente en Honduras, que tenía que desarrollarse en Tegucigalpa en octubre del 2009: no se pudo realizar porque el goriletti, perdón, el dictador Micheletti, declaró los toques de queda y el estado de sitio, aumentando la represión. ¿Como podíamos, los 600 participantes, principalmente periodistas alternativos, pasar inobservados? No obstante, personalmente decidí ir igualmente para conocer de cerca los horrores de las barbaries de la oligarquía hondureña.
Mi primer contacto con la Resistencia fue una asamblea en el siempre beligerante STIBYS (Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares) el 3 de octubre del 2009: en seguida quedé contagiada por la fuerza, el compromiso, la alegría, la creatividad de los “caminantes” hondureños. Este mismo día, gracias a Arcadia Gómez, ex ministra social del gobierno de Zelaya y miembro activo del frente, pude contactar con el presidente por vía telefónica mientras estaba en la embajada y hacerle una entrevista.
6. Honduras se metió en tu sangre, y tras una breve estancia de regreso en La Habana, regresas a Honduras y eres convocada a participar en un órgano de defensa de los DD HH en Honduras. ¿Cuál fue este organismo? ¿Recibiste algún tipo de amenaza por tu labor de rescate de prisioneros del gobierno de facto?
En Honduras trabajé como periodista y procuradora de los DDHH con el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), principalmente dedicada al trabajo de la Comisión de Verdad impulsada por la Plataforma de los DDHH de Honduras. Tengo el honor de haber trabajado principalmente con los comisionados hondureños de esta comisión, Helen Humaña Portillo y el padre Fausto Milla: dos personas maravillosas, ejemplo viviente de compromiso y honestidad. La Coordinadora general del COFADEH es Bertha Oliva de Nativí, a la que aprovecho para agradecerle la posibilidad que me dio de vivir esta experiencia única y para felicitarla por el premio Letelier-Moffit, que recibió en Washington hace algunos días, en nombre de la Plataforma. Bertha es una mujer integra en su compromiso, que sufrió en carne propia la persecución de los años 80, cuando mataron a su esposo Thomas Nativí. Desde el 28 de junio del 2009 no ha parado un momento, día y noche, de luchar para salvar vidas, pedir justicia y denunciar las violaciones de los DDHH a nivel internacional, combatiendo con todo su equipo de trabajo porque el gobierno de facto de Porfirio Lobo sea reconocido delante del mundo por lo que es: un ejecutivo espurio, continuación ilegal, parida desde un golpe de estado cívico militar.
Las amenazas fueron diarias, principalmente de parte del sub comisionado de la policía de Tegucigalpa, Mario René Chamorro: no le gustó un reportaje sobre un desalojo violento que él y sus hombres realizaron en un barrio de la capital, Cerro Grande. El llamaba a la coordinadora Bertha Oliva, diciendo que si me encontraba otra vez reportando me habría atrapado porque yo no tenia el permiso de ejercer como periodista. Pero yo escribía por la página en Internet del COFADEH, que no es exactamente un periódico: la demostración que todo era legal fue el hecho que cuando pedí la prorroga de la visa me la dieron sin problema. Su objetivo era asustarme, callarme, como a todos los que quieren gritar al mundo las violaciones que tuvimos que vivir a diario. Denuncio públicamente que a mi regreso a Cuba los “chepos” gorilas del aeropuerto destrozaron mi maleta y se robaron mis libros del Premio Nacional de Literatura Helen Humaña y del famoso dramaturgo Rafael Murillo Selva. Creo que fue para herirme y quitarme bienes para mi muy preciosos, porque me lo habían dedicados personalmente: una vez más, la Resistencia tiene la razón cuando grita la consigna “leer, escribir, aprender para chepo nunca ser”.
7. ¿No sólo ejerciste como periodista sino que tus fotos fueron difundidas en todo el mundo, verdad?
Sí, quise mostrar hasta donde puede llegar el fascismo ciego de las 10 familias oligarcas dueñas de todo Honduras
8. Compartiste, hombro con hombro, con las principales figuras de la resistencia: Bertha Cáceres, Bertha Oliva, Juan Barahona, Rafael Alegría o Edwin Robelo Espinal, cuya novia, Wendy Elizabeth Ávila, murió víctima de los gases lacrimógenos lanzados por los matarifes del gobierno de facto; con poetas como Fabricio Estrada y Mayra Oyuela o artistas de la calidad de Karla Lara y los chicos de Café Guancasco, el grupo agredido en el acto de recordación de la Independencia de Honduras en San Pedro Sula. ¿Qué puedes decirme, en sentido general, para no personalizar ni olvidar nombres, del Frente Nacional de Resistencia Popular Hondureño?
Creo que es un movimiento maravilloso, formado por casi 50 organizaciones distintas, principalmente de los movimientos sociales, que cubren un abanico muy estimulante de todos los sectores populares, con una estructura horizontal: en el país, que desde siempre fungió como “portaaviones” de los gringos se desató una reacción química completamente nueva, que espero sea un camino para vencer el capitalismo. La lucha es larga, pero como dijo el Comandante en Jefe Fidel Castro: “Hemos visto surgir una nueva conciencia en el pueblo hondureño. Toda una legión de luchadores sociales se ha curtido en esa batalla… De los combativos movimientos sociales están destacándose nuevos y admirables cuadros, capaces de conducir a ese pueblo por los difíciles caminos que les espera a los pueblos de Nuestra América. Allí se engendra una Revolución”.
9. Finalmente el permiso de estancia en Honduras culminó y regresaste a tus tareas habituales… ¿cómo se siente Ida Garberi?
Cansada y más adulta, pero con mucha tristeza adentro, con el horrible presentimiento que después de Honduras y Ecuador, el cóndor seguirá volando sobre América Latina: es por eso que todos somos Honduras y Ecuador, hay que seguir la lucha, defender a Cuba, el faro principal, para que el fascismo no gane otra vez como en los años 80… hoy no debe, no podemos permitirlo, porque como dijo el Che Guevara: “Ahora esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir, porque ahora los campos y las montañas de América, por las faldas de sus sierras, por sus llanuras y sus selvas, entre la soledad o el tráfico de las ciudades, en las costas de los grandes océanos y ríos, se empieza a estremecer este mundo lleno de corazones con los puños calientes de deseos de morir por lo suyo, de conquistar sus derechos casi quinientos años burlados por unos y por otros”.
10. Sé que hay un motivo, una ilusión, que te amarra a La Habana en estos tiempos y es la esperanza de estar entre los que recibamos a algunas personas muy esperadas… Para terminar esta entrevista ¿Cómo será para Ida el día en que este sueño se haga realidad?
La verdad es que por primera vez todos los solidarios del mundo casi tocamos con manos la posibilidad que los Cinco cubanos pudieran regresar pronto, principalmente por lo que dijo nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro. Tu sabes… muchas veces traté de imaginar cómo será poderlos abrazar de verdad y no sólo con el calor de mis palabras para ellos; creo que voy a llorar mucho y con seguridad voy a dejar Antonio casi sin aliento por el abrazo que le debo por las palabras hermosas que me envió. Es que estos Cinco hombres son tan temidos por su ejemplo que aterran a los fascistas: ¡en Honduras el 12 de septiembre de este año los gorilas militarizaron la embajada yankee para no permitir el plantón TOTALMENTE PACIFICO de la Sociedad de Amistad Honduras-Cuba que pedía la libertad por los Cinco cubanos!
Te agradezco tu tiempo, tu amistad y tu cariño, del que me siento honrada y feliz, y muchas gracias por ese sentirte ¡¡tan cubana como las palmas!!
Lic. Rosa Cristina Báez Valdés "La Polilla Cubana"
Moderadora Lista e-mail Cuba coraje
miércoles, 20 de octubre de 2010
domingo, 17 de octubre de 2010
sábado, 16 de octubre de 2010
jueves, 14 de octubre de 2010
lunes, 11 de octubre de 2010
Nuestros Cinco Héroes: Derecho y justicia
En ocasión del 12 de septiembre de 2010, al cumplirse 12 años de su arbitrario e injusto secuestro, y en homenaje a nuestros Cinco Héroes René, Ramón, Gerardo, Antonio y Fernando, y a sus familias ejemplares, es propicio que recordemos algunos principios relacionados con la justicia y el Derecho.
Desde hace tiempo vengo insistiendo en la necesidad de estudiar el valor de la juridicidad para los tiempos que vivimos. Incluso, ya en 1952, mi tesis de abogado la titulé La crisis del Derecho en el siglo XX, y recordando específicamente lo que escribí entonces, sentí gran satisfacción al comprobar que en aquellos tiempos, sin plantearse todavía el mundo los desastres que hoy estamos viendo, escribí sobre «la crisis del Derecho» tal como se viene planteando para el siglo XXI, teniendo en cuenta nuevas condiciones históricas.
Del documento que entonces elaboré puedo extraer conclusiones válidas para el momento actual, cuando hay que salvar la vida de una catástrofe colosal que implica la posible liquidación de todas las normas jurídicas, de la humanidad, e incluso del planeta, con los desastres que ya se producen como la crisis medioambiental y el cambio climático. Esto para comprender la situación actual del mundo al que solo podemos salvar con principios de juridicidad y ética política, como establece la frase de nuestro Apóstol: «(…) dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos».1
Analicemos las realidades actuales del mundo en relación con el Derecho universal y comprenderemos que únicamente con el cumplimiento de sus preceptos podremos ser felices y salvar a la Tierra de una gran catástrofe.
Invito en particular a los estudiantes de Derecho de nuestras universidades a estudiar con profundidad esta crisis generalizada de la justicia y el Derecho, esta violación global de los principios jurídicos aparentemente más reconocidos y consolidados por su uso y tradición. El Golpe de Estado que se produjo contra el Gobierno constitucional de Honduras es clara muestra de lo que señalamos y marcó un sangriento retroceso de la misma.
Si examinamos la situación mundial desde los más diversos ángulos, hallaremos que el denominador común de todas sus insatisfacciones y miserias, peligros y amenazas, se concentra en la violación sistemática de los principios jurídicos —tanto públicos como privados—, generalmente por parte de los poderosos que actúan con impunidad y pretensiones hegemónicas.
Todos los temas que debate la humanidad actual requieren para su solución la aplicación del Derecho.
Entre ellos, resalta con particular fuerza el caso de nuestros Cinco Héroes prisioneros del imperio, donde todos los principios, garantías y procedimientos han sido brutalmente pisoteados en aras de obtener las sanciones negativas que expresan el odio, la frustración y la impotencia ante la Revolución y ante Cuba.
Este nuevo aniversario de su secuestro debe servirnos de acicate en la lucha sin tregua por obtener, en este caso, el cumplimiento de la más elemental justicia; es un caso que ejemplifica como pocos el desprecio y la violación más grosera del Derecho y la justicia.
1José Martí, Periódico Patria, Nueva York, 14 de abril de 1893, t. 2, Obras Completas, p. 298
Armando Hart Dávalos •
14 de Septiembre del 2010 22:43:55 CDT
La crisis universal del sistema imperialista y sus trágicas consecuencias
Los grandes imperios en la historia de la humanidad suelen derrumbarse provocando de antemano desastres de proporciones incalculables. Esta vez, el colapso que se avecina del imperio norteamericano tiene un efecto aterrador porque podría provocar la desaparición de la humanidad en pleno y sus consecuencias no solo en los hombres y mujeres, sino también en la naturaleza y la propia vida de nuestro planeta.
Hay que tomar conciencia de la gravedad de la situación que se está gestando: se viene generando un proceso que conduce a un colapso de proporciones —como decíamos— incalculables, que afecta no solo la vida del hombre sobre la Tierra sino también la existencia del planeta, es decir, de la naturaleza, de la cual se nutre la capacidad de vivir. Es indispensable encontrar los fundamentos teóricos para su solución.
Estoy en realidad planteando un tema de la práctica y de las exigencias más inmediatas. Recuérdese que Lenin dijo: «Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario»1. Esto lo expresó el hombre práctico más importante de la primera mitad del siglo XX, y digo de la primera mitad porque en la segunda tenemos a nuestro Comandante en Jefe.
Martí, por su parte, expuso ideas y sentimientos similares. La Revolución, pues, tendrá que encontrar la vía necesaria para abordar el destino del hombre y del planeta, para ello, proponemos las siguientes ideas: lo expresado por Lenin y que señalamos anteriormente, y la expresión de Martí «Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre». Les ofrezco, además, las siguientes palabras claves: Ética, Moral, Valores morales o sus designaciones, Conciencia, Principios morales o sus designaciones, Deber ser, Ideales, Capital humano, Humanismo, Actitud y Revolución.
Lo cual nos conduce a buscar las concepciones necesarias para hallar estos caminos concretos de la práctica necesaria y que se revelan en lo que he llamado «cultura de hacer política». Ello consiste, en nuestra opinión, en desarrollar a partir de la filosofía de Martí, de Marx, Engels y Lenin, la ruta hacia la transformación del mundo a favor de la justicia.
Para esto se necesita el análisis concreto de los grandes problemas que tenemos delante y en especial en la fase terminal de una civilización basada en la explotación del hombre por el hombre. Dentro de esto último (habría que) analizar cómo las contradicciones internas del imperialismo están generando tragedias que pueden conducir al fin de la Humanidad.
Todas las grandes crisis en la historia del hombre agudizan las contradicciones de los círculos gobernantes de un sistema dado y en este caso se trata de una que afecta a toda la Humanidad y pone al planeta al borde de un colapso de impredecibles consecuencias.
Debemos tomar muy en cuenta la cultura de hacer política, que puedo sintetizar en una idea clara: radical y armonioso. He ahí la gran dificultad, porque los intereses a proteger en este caso son de toda la Humanidad sin excepción.
No es exigible que todos los seres humanos sepan hacer política como tampoco lo es que sean médicos, ingenieros, abogados o de cualquier otra profesión, pero sí es imprescindible que quienes se dediquen a hacer política profesionalmente posean la cultura necesaria y la capacidad indispensable para ejercerla.
Por eso, siguiendo las ideas de Martí, podemos subrayar que a la vocación de hacer política, especialmente en los revolucionarios, deben añadirse dos cualidades: ser radical y ser armonioso; y además, desde luego, poseer una cultura general integral que postuló José Martí. No encuentro otro modo de enfrentar estas responsabilidades con la patria, es decir, con la humanidad.
1 V. I. Lenin. Qué hacer. Escrito entre fines de 1901 e inicios de 1902. Tomo 6 de las Obras completas, páginas 1 a 203, Editorial Progreso, Moscú, 1981.
Armando Hart Dávalos •
19 de Julio del 2010 21:08:19 CDT
Hay que tomar conciencia de la gravedad de la situación que se está gestando: se viene generando un proceso que conduce a un colapso de proporciones —como decíamos— incalculables, que afecta no solo la vida del hombre sobre la Tierra sino también la existencia del planeta, es decir, de la naturaleza, de la cual se nutre la capacidad de vivir. Es indispensable encontrar los fundamentos teóricos para su solución.
Estoy en realidad planteando un tema de la práctica y de las exigencias más inmediatas. Recuérdese que Lenin dijo: «Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario»1. Esto lo expresó el hombre práctico más importante de la primera mitad del siglo XX, y digo de la primera mitad porque en la segunda tenemos a nuestro Comandante en Jefe.
Martí, por su parte, expuso ideas y sentimientos similares. La Revolución, pues, tendrá que encontrar la vía necesaria para abordar el destino del hombre y del planeta, para ello, proponemos las siguientes ideas: lo expresado por Lenin y que señalamos anteriormente, y la expresión de Martí «Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre». Les ofrezco, además, las siguientes palabras claves: Ética, Moral, Valores morales o sus designaciones, Conciencia, Principios morales o sus designaciones, Deber ser, Ideales, Capital humano, Humanismo, Actitud y Revolución.
Lo cual nos conduce a buscar las concepciones necesarias para hallar estos caminos concretos de la práctica necesaria y que se revelan en lo que he llamado «cultura de hacer política». Ello consiste, en nuestra opinión, en desarrollar a partir de la filosofía de Martí, de Marx, Engels y Lenin, la ruta hacia la transformación del mundo a favor de la justicia.
Para esto se necesita el análisis concreto de los grandes problemas que tenemos delante y en especial en la fase terminal de una civilización basada en la explotación del hombre por el hombre. Dentro de esto último (habría que) analizar cómo las contradicciones internas del imperialismo están generando tragedias que pueden conducir al fin de la Humanidad.
Todas las grandes crisis en la historia del hombre agudizan las contradicciones de los círculos gobernantes de un sistema dado y en este caso se trata de una que afecta a toda la Humanidad y pone al planeta al borde de un colapso de impredecibles consecuencias.
Debemos tomar muy en cuenta la cultura de hacer política, que puedo sintetizar en una idea clara: radical y armonioso. He ahí la gran dificultad, porque los intereses a proteger en este caso son de toda la Humanidad sin excepción.
No es exigible que todos los seres humanos sepan hacer política como tampoco lo es que sean médicos, ingenieros, abogados o de cualquier otra profesión, pero sí es imprescindible que quienes se dediquen a hacer política profesionalmente posean la cultura necesaria y la capacidad indispensable para ejercerla.
Por eso, siguiendo las ideas de Martí, podemos subrayar que a la vocación de hacer política, especialmente en los revolucionarios, deben añadirse dos cualidades: ser radical y ser armonioso; y además, desde luego, poseer una cultura general integral que postuló José Martí. No encuentro otro modo de enfrentar estas responsabilidades con la patria, es decir, con la humanidad.
1 V. I. Lenin. Qué hacer. Escrito entre fines de 1901 e inicios de 1902. Tomo 6 de las Obras completas, páginas 1 a 203, Editorial Progreso, Moscú, 1981.
Armando Hart Dávalos •
19 de Julio del 2010 21:08:19 CDT
Constitución de 1940, un hito esencial de la tradición jurídica cubana
Hace ya siete décadas se reunían en Guáimaro, el 1ro. de julio de 1940, la mayoría de los constituyentistas que habían redactado y aprobado la nueva Constitución para firmarla allí, en aquel escenario histórico donde en abril de 1869 se había aprobado la primera Constitución, que marcó el nacimiento de la República en armas con sus autoridades elegidas y dotada de un marco jurídico para sus instituciones.
El hecho de que la Constitución de 1940 fuese firmada en Guáimaro y se dispusiera su entrada en vigor el 10 de octubre de ese propio año, subraya el interés de insertar el nuevo texto constitucional en la rica tradición jurídica de la nación cubana, no siempre divulgada y estudiada como merece. Su aprobación se vincula, por tanto, a dos momentos esenciales de esa tradición: los decretos aboliendo la esclavitud dictados por Céspedes en la ciudad libre de Bayamo, después del alzamiento en la Demajagua, y la Constitución de Guáimaro en abril de 1869.
Estamos rememorando, pues, el aniversario 70 de la aprobación de ese texto constitucional que tuvo un significado clave en los procesos políticos y jurídicos de las décadas del 40 y el 50 del pasado siglo.
Una de las más progresistas de su tiempo
Recordemos que como reflejo político asociado al estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, se propició un proceso de carácter pacífico en el que intervinieron todas las fuerzas políticas del país para plasmar en la Constitución de 1940, con el consenso nacional, los puntos más avanzados del pensamiento político de la época. Su texto es el resultado histórico del proceso forjado desde los tiempos de Mella y el Directorio Estudiantil y la acción revolucionaria de Antonio Guiteras.
El período que siguió a su aprobación hasta el golpe de estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952, fue el de los llamados gobiernos auténticos con Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, que devinieron símbolos de la corrupción, la venalidad, el latrocinio, el gangsterismo y la subordinación a la política norteamericana.
No obstante estas profundas debilidades derivadas del sistema social dominante, la Carta Magna de 1940 fue una de las más progresistas de su tiempo entre los países capitalistas. Entre las naciones del llamado Occidente, fue una de las más cercanas a un pensamiento social avanzado. Desde luego, sus medidas más progresistas nunca se cumplieron porque los gobiernos corrompidos y entreguistas lo impedían. La lucha posterior por hacerla cumplir y respetar fue el punto de partida de un proceso que nos conduciría al socialismo.
Nervio de la rebeldía nacional
La defensa de ese texto constitucional influyó, de manera decisiva, en la lucha contra la tiranía. Ello tenía su fundamento en la tradición jurídica mencionada y que se ejemplificó, de manera muy evidente, en dos momentos del período neocolonial (1902-1959). En ese período histórico, en dos ocasiones fue violentado el orden constitucional instaurándose una tiranía: la de Gerardo Machado (1927-1933), con la prórroga de poderes; y la de Fulgencio Batista (1952-1958), a partir del golpe de Estado. Ambos generaron procesos revolucionarios radicales, que tuvieron como fundamento la lucha contra el quebrantamiento de la ley. El rechazo popular a la ilegitimidad de gobiernos tiránicos está en la médula de la cultura jurídica y política cubana.
Para el 1ro. de junio de 1952 se habían convocado elecciones generales, en las cuales iba a triunfar un partido de amplia base popular. Menos de tres meses antes, el 10 de marzo de aquel año, Fulgencio Batista, con el apoyo norteamericano, derrocó al gobierno constitucional y abolió la Constitución de 1940. De esta forma, impidió la victoria popular y afianzó el dominio de Estados Unidos en el terreno económico del país.
En 1953, Fidel y los moncadistas proclamaron los principios jurídicos de la nación cubana y denunciaron a los que habían quebrantado el sistema jurídico del país. La lucha contra el régimen ilegal de Batista significó combatir a favor de la Constitución de 1940 y plantearse el tema de lo jurídico en un primer plano. Así comenzó la lucha contra la tiranía.
Fidel, en La Historia me absolverá, se apoya textualmente, para la aplicación de las medidas revolucionarias más importantes, en preceptos de la Constitución de 1940 y en especial en el que validaba la resistencia nacional frente a las violaciones de la misma.
Contiene elementos esenciales de esta cultura jurídica de la nación cubana; ningún otro documento lo expresa con mayor nitidez.
Esta Constitución y su aplicación consecuente están insertadas en la historia filosófica y social de nuestro país y forma parte, además, de la mejor y más depurada tradición cultural universal.
Lecciones de la historia
La historia nuevamente dio una lección a los reaccionarios y al imperialismo porque el rechazo del pueblo a aquel régimen tiránico generó un proceso revolucionario radical que culminó con el triunfo de la Revolución, el 1ro. de enero de 1959, con la que conquistamos la plena libertad y la independencia.
La Revolución, en su desarrollo, rebasó el marco de la Constitución de 1940, pero ella ha constituido siempre una de nuestras sagradas memorias. Expresa el pensamiento político cubano de la década del 40 logrado por consenso público y formalizado por la Asamblea Constituyente, en la que estuvieron presentes tanto figuras de la derecha como una destacada representación de los comunistas y de las fuerzas revolucionarias provenientes de la lucha contra Machado.
Como representantes de un pensamiento conservador burgués sobresalen Emilio Núñez Portuondo, Carlos Márquez Sterling, José Manuel Cortina o Alfredo Hornedo, entre otros, y en el campo de las fuerzas revolucionarias y progresistas habría que mencionar a Blas Roca, Eduardo Chibás, Salvador García Agüero y Juan Marinello.
Durante el proceso de aprobación del texto constitucional se mantuvieron movilizaciones de obreros convocados por la organización de los trabajadores, liderada por Lázaro Peña, en torno del Capitolio, que jugó un importante papel como elemento de presión durante los debates. Como ha señalado el siempre recordado profesor Julio Fernández Bulté, la Constitución del 40 fue la primera en América Latina en establecer los derechos económicos y sociales junto a los civiles y políticos. Reconoció el derecho de los obreros a la huelga, declaró el trabajo como un derecho inalienable del hombre, proscribió la discriminación racial por motivo de sexo o color, estableció la protección especial a la familia y a la igualdad de la mujer, se pronunció por la educación general y gratuita, por la salud pública al alcance de todos.
Aunque es incuestionable el carácter avanzado del texto constitucional aprobado en 1940, sin embargo, el sistema económico y político dominante en el país hacía imposible llevar a la práctica las disposiciones más revolucionarias contenidas en la Constitución de la República. Para citar una de ellas, que resulta clave, disponía la abolición del latifundio. Esto, obviamente, no pudo instrumentarse: el sistema vigente lo impedía. Fue solo la Revolución triunfante el 1ro. de enero de 1959 la que logró hacerlo.
La vida demostró que el obstáculo del latifundio en manos de los círculos más reaccionarios del país y de los grandes consorcios norteamericanos nos obligó a chocar concretamente con el imperialismo.
Tras el triunfo revolucionario, la primera y fundamental legislación fue la Reforma Agraria y, por tanto, la extinción del latifundio. Se generó a partir de entonces un acelerado proceso de radicalización revolucionaria y fueron proclamadas otras medidas nacionalizadoras, pero fue la ley agraria lo que en definitiva determinó el curso de la Revolución y originó, en última instancia, que Estados Unidos comenzara a concretar su acción, incluso armada en Girón, contra la Revolución.
Consagrar jurídicamente los derechos del pueblo
Como la Revolución triunfante en 1959 fue producto de una insurrección armada popular, hay quienes pretenden escamotear el hecho de que ella se llevó a cabo con apego a la tradición jurídica nacional cubana y que posee alcance latinoamericano y universal.
Si se quieren entender los nuevos caminos de Cuba, nuestra América y el mundo para salvarnos del holocausto universal que nos amenaza, invito a los juristas y a los hombres y mujeres de más alta sensibilidad cultural a tomar en cuenta que en Cuba la Revolución triunfó por la vía de la insurrección armada a partir de que el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 quebrantó el orden jurídico y abolió la Constitución de 1940, una de las más avanzadas del mundo de hace 70 años.
En nuestros días, los procesos que han tenido lugar en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, para dotar a esos países de textos constitucionales que plasmaran las aspiraciones populares y el golpe de Estado en Honduras, ponen de manifiesto dramáticamente, una vez más, la enorme importancia de la juridicidad en la vida política de las naciones. Históricamente, han sido siempre la contrarrevolución y las clases reaccionarias de América Latina las que se han colocado al margen de la legalidad y, sin embargo, han pretendido presentarse, cínicamente, con las banderas del derecho. De ahí la importancia de asumir en este continente la defensa de una tradición jurídica que consagre los derechos del pueblo y de sus instituciones.
No hay tarea política más importante e inmediata en nuestros días que asumir la defensa de la ética y el derecho. Ella se vincula directamente con las acciones que es necesario desplegar para hacer frente a los colosales desafíos que hoy tiene ante sí la nación cubana, inserta en un mundo en el que las desigualdades, las violaciones del derecho internacional, el peligro de guerra nuclear, las agresiones y la destrucción sistemática del medio ambiente amenazan con poner fin a la vida de nuestra especie y de las demás especies en el planeta Tierra. Es una bandera con la que podemos sumarnos al gran movimiento convocado por Fidel a favor de la paz y para detener la maquinaria de guerra en marcha que podría desatar una confrontación de incalculables consecuencias y conducirnos a la destrucción de toda la obra acumulada por el hombre a través de su dilatada historia.
Armando Hart Dávalos
JR
El hecho de que la Constitución de 1940 fuese firmada en Guáimaro y se dispusiera su entrada en vigor el 10 de octubre de ese propio año, subraya el interés de insertar el nuevo texto constitucional en la rica tradición jurídica de la nación cubana, no siempre divulgada y estudiada como merece. Su aprobación se vincula, por tanto, a dos momentos esenciales de esa tradición: los decretos aboliendo la esclavitud dictados por Céspedes en la ciudad libre de Bayamo, después del alzamiento en la Demajagua, y la Constitución de Guáimaro en abril de 1869.
Estamos rememorando, pues, el aniversario 70 de la aprobación de ese texto constitucional que tuvo un significado clave en los procesos políticos y jurídicos de las décadas del 40 y el 50 del pasado siglo.
Una de las más progresistas de su tiempo
Recordemos que como reflejo político asociado al estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, se propició un proceso de carácter pacífico en el que intervinieron todas las fuerzas políticas del país para plasmar en la Constitución de 1940, con el consenso nacional, los puntos más avanzados del pensamiento político de la época. Su texto es el resultado histórico del proceso forjado desde los tiempos de Mella y el Directorio Estudiantil y la acción revolucionaria de Antonio Guiteras.
El período que siguió a su aprobación hasta el golpe de estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952, fue el de los llamados gobiernos auténticos con Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, que devinieron símbolos de la corrupción, la venalidad, el latrocinio, el gangsterismo y la subordinación a la política norteamericana.
No obstante estas profundas debilidades derivadas del sistema social dominante, la Carta Magna de 1940 fue una de las más progresistas de su tiempo entre los países capitalistas. Entre las naciones del llamado Occidente, fue una de las más cercanas a un pensamiento social avanzado. Desde luego, sus medidas más progresistas nunca se cumplieron porque los gobiernos corrompidos y entreguistas lo impedían. La lucha posterior por hacerla cumplir y respetar fue el punto de partida de un proceso que nos conduciría al socialismo.
Nervio de la rebeldía nacional
La defensa de ese texto constitucional influyó, de manera decisiva, en la lucha contra la tiranía. Ello tenía su fundamento en la tradición jurídica mencionada y que se ejemplificó, de manera muy evidente, en dos momentos del período neocolonial (1902-1959). En ese período histórico, en dos ocasiones fue violentado el orden constitucional instaurándose una tiranía: la de Gerardo Machado (1927-1933), con la prórroga de poderes; y la de Fulgencio Batista (1952-1958), a partir del golpe de Estado. Ambos generaron procesos revolucionarios radicales, que tuvieron como fundamento la lucha contra el quebrantamiento de la ley. El rechazo popular a la ilegitimidad de gobiernos tiránicos está en la médula de la cultura jurídica y política cubana.
Para el 1ro. de junio de 1952 se habían convocado elecciones generales, en las cuales iba a triunfar un partido de amplia base popular. Menos de tres meses antes, el 10 de marzo de aquel año, Fulgencio Batista, con el apoyo norteamericano, derrocó al gobierno constitucional y abolió la Constitución de 1940. De esta forma, impidió la victoria popular y afianzó el dominio de Estados Unidos en el terreno económico del país.
En 1953, Fidel y los moncadistas proclamaron los principios jurídicos de la nación cubana y denunciaron a los que habían quebrantado el sistema jurídico del país. La lucha contra el régimen ilegal de Batista significó combatir a favor de la Constitución de 1940 y plantearse el tema de lo jurídico en un primer plano. Así comenzó la lucha contra la tiranía.
Fidel, en La Historia me absolverá, se apoya textualmente, para la aplicación de las medidas revolucionarias más importantes, en preceptos de la Constitución de 1940 y en especial en el que validaba la resistencia nacional frente a las violaciones de la misma.
Contiene elementos esenciales de esta cultura jurídica de la nación cubana; ningún otro documento lo expresa con mayor nitidez.
Esta Constitución y su aplicación consecuente están insertadas en la historia filosófica y social de nuestro país y forma parte, además, de la mejor y más depurada tradición cultural universal.
Lecciones de la historia
La historia nuevamente dio una lección a los reaccionarios y al imperialismo porque el rechazo del pueblo a aquel régimen tiránico generó un proceso revolucionario radical que culminó con el triunfo de la Revolución, el 1ro. de enero de 1959, con la que conquistamos la plena libertad y la independencia.
La Revolución, en su desarrollo, rebasó el marco de la Constitución de 1940, pero ella ha constituido siempre una de nuestras sagradas memorias. Expresa el pensamiento político cubano de la década del 40 logrado por consenso público y formalizado por la Asamblea Constituyente, en la que estuvieron presentes tanto figuras de la derecha como una destacada representación de los comunistas y de las fuerzas revolucionarias provenientes de la lucha contra Machado.
Como representantes de un pensamiento conservador burgués sobresalen Emilio Núñez Portuondo, Carlos Márquez Sterling, José Manuel Cortina o Alfredo Hornedo, entre otros, y en el campo de las fuerzas revolucionarias y progresistas habría que mencionar a Blas Roca, Eduardo Chibás, Salvador García Agüero y Juan Marinello.
Durante el proceso de aprobación del texto constitucional se mantuvieron movilizaciones de obreros convocados por la organización de los trabajadores, liderada por Lázaro Peña, en torno del Capitolio, que jugó un importante papel como elemento de presión durante los debates. Como ha señalado el siempre recordado profesor Julio Fernández Bulté, la Constitución del 40 fue la primera en América Latina en establecer los derechos económicos y sociales junto a los civiles y políticos. Reconoció el derecho de los obreros a la huelga, declaró el trabajo como un derecho inalienable del hombre, proscribió la discriminación racial por motivo de sexo o color, estableció la protección especial a la familia y a la igualdad de la mujer, se pronunció por la educación general y gratuita, por la salud pública al alcance de todos.
Aunque es incuestionable el carácter avanzado del texto constitucional aprobado en 1940, sin embargo, el sistema económico y político dominante en el país hacía imposible llevar a la práctica las disposiciones más revolucionarias contenidas en la Constitución de la República. Para citar una de ellas, que resulta clave, disponía la abolición del latifundio. Esto, obviamente, no pudo instrumentarse: el sistema vigente lo impedía. Fue solo la Revolución triunfante el 1ro. de enero de 1959 la que logró hacerlo.
La vida demostró que el obstáculo del latifundio en manos de los círculos más reaccionarios del país y de los grandes consorcios norteamericanos nos obligó a chocar concretamente con el imperialismo.
Tras el triunfo revolucionario, la primera y fundamental legislación fue la Reforma Agraria y, por tanto, la extinción del latifundio. Se generó a partir de entonces un acelerado proceso de radicalización revolucionaria y fueron proclamadas otras medidas nacionalizadoras, pero fue la ley agraria lo que en definitiva determinó el curso de la Revolución y originó, en última instancia, que Estados Unidos comenzara a concretar su acción, incluso armada en Girón, contra la Revolución.
Consagrar jurídicamente los derechos del pueblo
Como la Revolución triunfante en 1959 fue producto de una insurrección armada popular, hay quienes pretenden escamotear el hecho de que ella se llevó a cabo con apego a la tradición jurídica nacional cubana y que posee alcance latinoamericano y universal.
Si se quieren entender los nuevos caminos de Cuba, nuestra América y el mundo para salvarnos del holocausto universal que nos amenaza, invito a los juristas y a los hombres y mujeres de más alta sensibilidad cultural a tomar en cuenta que en Cuba la Revolución triunfó por la vía de la insurrección armada a partir de que el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 quebrantó el orden jurídico y abolió la Constitución de 1940, una de las más avanzadas del mundo de hace 70 años.
En nuestros días, los procesos que han tenido lugar en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, para dotar a esos países de textos constitucionales que plasmaran las aspiraciones populares y el golpe de Estado en Honduras, ponen de manifiesto dramáticamente, una vez más, la enorme importancia de la juridicidad en la vida política de las naciones. Históricamente, han sido siempre la contrarrevolución y las clases reaccionarias de América Latina las que se han colocado al margen de la legalidad y, sin embargo, han pretendido presentarse, cínicamente, con las banderas del derecho. De ahí la importancia de asumir en este continente la defensa de una tradición jurídica que consagre los derechos del pueblo y de sus instituciones.
No hay tarea política más importante e inmediata en nuestros días que asumir la defensa de la ética y el derecho. Ella se vincula directamente con las acciones que es necesario desplegar para hacer frente a los colosales desafíos que hoy tiene ante sí la nación cubana, inserta en un mundo en el que las desigualdades, las violaciones del derecho internacional, el peligro de guerra nuclear, las agresiones y la destrucción sistemática del medio ambiente amenazan con poner fin a la vida de nuestra especie y de las demás especies en el planeta Tierra. Es una bandera con la que podemos sumarnos al gran movimiento convocado por Fidel a favor de la paz y para detener la maquinaria de guerra en marcha que podría desatar una confrontación de incalculables consecuencias y conducirnos a la destrucción de toda la obra acumulada por el hombre a través de su dilatada historia.
Armando Hart Dávalos
JR
domingo, 10 de octubre de 2010
El mayor homenaje
El mayor homenaje a Mella es el triunfo de sus ideas el Primero de Enero de 1959. Desde entonces, éste es permanente.
Desde 1959 con el triunfo de la Revolución comenzó una etapa de recordación permanente a las personalidades históricas que ocupan un lugar destacado en cada Salón de los Mártires y Héroes de las Universidades de Cuba, entre ellos Julio Antonio Mella
Por ello, el 19 de marzo de 1963 se fundó en la Universidad de La Habana el Instituto que llevó su nombre con el objetivo de reunir toda la documentación sobre el líder continental, publicar sus obras y fundar otros institutos o instituciones en América Latina con el mismo objetivo.
Ese mismo año fue inaugurada la Facultad Preparatoria Obrero – Campesina que llevó su nombre.
Esa Facultad fue un sueño realizado por la clase obrera por la que tanto se preocupó Mella.
El rector, en ese momento de la Universidad de La Habana, Juan Marinello, expresó que aunque la convocatoria llamando a los primeros alumnos precisaba en buena medida su naturaleza, propósitos y objetivos, creía útil dejar establecidas ciertas precisiones sobre el nuevo organismo docente.
Explicó que la Facultad nació al calor de la gran revolución que se desarrollaba en Cuba y que era una expresión de los cambios profundos que determinan la feliz etapa actual en el campo de la enseñanza superior.
Después de una amplia exposición, Marinello dijo:”Alguna vez hemos señalado el singular calado de la afirmación de Mella estableciendo que no podía realizarse una revolución universitaria si no se producía, para ello, una revolución social. La Universidad Popular de su día fue, en verdad, hija de este criterio primordial. Ahora que su país ha hecho una revolución social de magnitud histórica, la transformación universitaria propicia a los trabajadores la superación que Mella quiso. Por eso, por ser la Facultad que nace como realización dichosa de su sueño, debe llevar el nombre claro y ejemplar de JULIO ANTONIO MELLA”.8
En 1963 se realizó un Seminario para estudiar y divulgar el pensamiento de Mella, presidido por el eminente psiquiatra argentino Gregorio Bermann, quien fuera uno de los participantes del movimiento de la Reforma Universitaria iniciada en Córdoba, Argentina, en 1918. En plena labor del Seminario, surgió la propuesta de crear el Instituto Julio Antonio Mella con el objetivo de reunir toda la documentación posible sobre su vida y trabajar por la publicación de sus obras completas debidamente expuestas y comentadas; formar y acrecentar la biblioteca y archivo de publicaciones cubanas y latinoamericanas relacionadas especialmente con el Instituto, principalmente de orden histórico, político y de la Reforma Universitaria; dar a conocer, dentro y fuera de Cuba, la vida y obra de Mella, particularmente en lo que son antecedentes de la Revolución Cubana; auspiciar en los países de Latinoamérica la creación de instituciones con el mismo o similar sentido; mantener relaciones y realizar intercambios con entidades similares
Adys Cupull y Froilán González
Conocerlo es creer en él
(dijo Juan Marinello)
Alma Mater, la revista de los estudiantes universitarios de Cuba, fundada en 1922 que tuvo como administrador, fundador y reportero a Julio Antonio Mella, nos invita, a escribir un resumen acerca de las investigaciones que hemos realizado sobre la vida y obra del querido joven cubano que se proyectó en su tiempo como líder continental antimperialista.
Le haremos una relación cronológica de las obras que hemos escrito y han sido publicadas desde la década de 1970 del siglo XX, hasta hoy; exactamente treinta y cuatro años de trabajo dedicados a él, con algunas interrupciones, por haber tenido que enfrentar otras investigaciones referidas a temas diferentes.
Nos preguntan ¿qué nos ha aportado Mella? y ¿cómo le sugerimos a los universitarios que se acerquen al joven que fue? Le respondemos tratando de ser breves porque es difícil resumir la experiencia de más de treinta años de estudios.
Mella nos ha aportado, un arma valiosísima, como estudiosos de su vida: que es el conocimiento de los hechos históricos a través de la fiel interpretación martiana y marxista que hizo de los problemas de la sociedad en que vivió, de su tiempo: el de la expansión e imposición del neocolonialismo de Estados Unidos de Norteamérica en los países de América Latina; el tiempo de lucha por la Reforma Universitaria en nuestra América, el de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, el triunfo del Socialismo y la aparición del fascismo en Italia.
Fuimos detrás de los pasos, de ese joven que al decir de Juan Marinello “…fue, como Martí, un caso sorprendente de superación de lo nuestro, meditador y audaz, sonriente y contenido, alegre y responsable, imaginativo y práctico”. 1) Afirmó que era muy difícil escapar a su ámbito, que conocerlo era creer en él..., y nos detenemos en esta última frase de Marinello: conocerlo era creer en él. A eso invitamos a todos los jóvenes universitarios, a creer en él, en quien desnudó la voracidad imperialista, y las corrientes reformistas, anexionistas, y divisionistas de su época, que se convirtieron en aliadas del desarrollo imperial norteamericano.
Sus manifiestos, cartas, crónicas, artículos, comentarios, escritos literarios, cuentos, críticas de arte, fueron publicados en más de diez órganos de prensa. Leerlos es una forma de conocer e interiorizar sobre la Historia de Cuba y Universal.
Conocer y reflexionar sobre los testimonios de quienes fueron sus compañeros y amigos es una forma maravillosa de acercarnos a él, a los que les siguieron, admiraron, y respetaron. Estudiar profundamente su formación e identidad, su dedicación a la lectura de las obras de José Martí, Vladimir I. Lenin, José Ingenieros, Emilio Roig de Leuschering, Enrique José Varona, y otras personalidades de las letras, y la política que él menciona en sus escritos, es acercarnos a él.
Conocer exactamente por qué Mella dice al caer herido de muerte: "Muero por la Revolución".
Analizar las ideas y características de los que tramaron y ejecutaron su asesinato, y las causas del crimen, eso es muy necesario, para que nadie nos engañe, ni se pueda vestir el lobo de caperucita roja, para comernos.
Por eso los invitamos a la lectura, al estudio de todos los autores cubanos que han escrito sobre él, porque sólo con el dominio de la verdad podrán defender las ideas de Julio Antonio Mella, es también defender las ideas de Antonio Guiteras, las de José Antonio Echeverría, las de Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara, que son las de José Martí, la de aquella Generación del Centenario del Apóstol, de aquel inolvidable 26 de julio de 1953, guiada por el continuador, el compañero Fidel Castro, que pudo ver la Victoria y cumplir junto a ustedes y los sobrevivientes de las heroicas gestas libertarias el ideario soñado por ellos.
Adys Cupull y Froilán González
Nota:
1) Nelio Contrera, Julio Antonio Mella, El Precursor
Editora Política. 1987, P. 34
Investigaciones publicadas:
-Julio Antonio Mella, en los mexicanos.
-Hasta que llegue el tiempo.
-En medio del fuego
-Así mi corazón
-Julio Antonio Mella y Tina Modotti contra el fascismo.
-Centroamérica en Julio Antonio Mella.
-Julio Antonio Mella y México.
-Documentales: Canción a Gastone Sozzi.
En medio del fuego.
sábado, 2 de octubre de 2010
viernes, 1 de octubre de 2010
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